Ian McKellen es uno de esos actores a los que el público no puede recordar sin pensar en sus personajes más famosos; cuando alguien dice su nombre, la mayoría lo recuerda con barba larga, sombrero y bata grises: Gandalf se ha vuelto parte de la identidad del actor.
Hoy en día nos cuesta no relacionar al actor con el personaje, al que interpretó de manera increíble en las sagas de El Señor de los Anillos y El Hobbit a tal grado de ser nominado para un Oscar en 2001. Sin embargo, McKellen no fue la primera opción para ser Gandalf, ni siquiera era la segunda opción.
En entrevista para Variety, Ian McKellen confesó que otros dos actores, ambos con carreras igual de destacables, habían sido contemplados antes que él para interpretar al gran sabio de la Tierra Media.
Tanto Anthony Hopkins (Silence of the Lambs, 1991) como Sean Connery (James Bond, 1962-19983) fueron invitados a formar parte del proyecto como Gandalf el Gris. Curiosamente, a ninguno le interesó el papel y terminaron rechazándolo. Esta fue la oportunidad de McKellen.
"Ciertamente no fui la primera opción para Gandalf. Tony Hopkins lo rechazó. Sean Connery ciertamente lo hizo. Ahora todos están reapareciendo de la nada, y espero que se sientan estúpidos".
La historia quiso que fuera él quien diera vida a uno de los personajes más emblemáticos de la literatura fantástica y del cine. Y aunque resulta interesante imaginar cómo habría resultado Gandalf en las versiones de Hopkins o de Connery, lo cierto es que nadie pensaría en remplazar a McKellen.
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