El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Proyecto Gran Acuífero Maya (GAM) están a la cabeza de un grupo de investigadores que pretende mapear la geografía de Chichén Itzá para encontrar las conexiones entre cuevas, cenotes y estructuras arquitectónicas de gran envergadura como el Castillo, el Observatorio y el Osario y su conexión con el Gran Cenote Sagrado.
Ya en 2015, investigaciones del INAH hablaban del hallazgo de un gran cuerpo de agua que se encontraba debajo del Castillo, lo que hace pensar que tal vez las estructuras más importantes estén conectadas a través de cuerpos de agua y cuevas, a través de un patrón "arquitectura-cueva" o "arquitectura-cenote", tal como lo menciona Guillermo de Anda.
El Cenote Sagrado
Cuando visitas Chichén Itzá, lo primero que te topas y que impresiona por su majestuosidad es el Castillo, pero si caminas hacia el norte (unos 500 metros), te encontrarás con un gran boquete en la tierra, es la boca del Cenote Sagrado, el agua se encuentra a 13 metros del suelo, como si fuera un gran pozo, y el tiro total es de 25 metros
En las aguas del cenote se hizo un monitoreo con sonar a bordo de un kayak, encontrando una cueva de 3 metros de diámetro que apunta hacia el Castillo. Durante la excavación hecha por Edward Thompson en 1904, se utilizó una "mano de chango" para extraer vestigios arqueológicos del Cenote Sagrado, lo que provoca que en la actualidad haya algunas variaciones en su profundidad.
Según los investigadores del INAH y el GAM es muy posible que el Cenote Sagrado (norte), el Cenote Xtoloc o de la iguana (sur), el Xcanyuyum (este) y el Holtún (oeste) puedan estar conectados con el cenote debajo del Castillo, para ello se utilizan drones con la finalidad de trazar líneas rectas entre ellos, y también se estudia la composición química y la sustentabilidad de los cuerpos de agua que se localizan en esta zona arqueológica.
Hacia un mapeo en 3D
Para los mayas los dioses se encontraban en el inframundo, eso explica la cueva natural conocida como el Osario que se localiza en Chichén Itzá y a la que se accede por un túnel de 10 metros, esta cueva forma parte de este mapeo, pues se pretende a través de radares de penetración terrestre encontrar si tiene conexión con el Castillo.
Ahora el ambicioso objetivo del INAH y GAM es lograr un mapeo digital en 3D tanto de la superficie como del subsuelo de Chichén Itzá, incluyendo cuevas, cenotes y pasadizos, para lo cual se utilizan drones con tecnología LiDAR (Laser imaging Detection and Ranging) y radares de penetración terrestre, como los que permitieron descubrir el cenote debajo del Castillo.
Se estima que en toda la Península de Yucatán hay cuando menos 6 mil cuevas que el Proyecto Gran Acuífero Maya quiere mapear para conocer mejor la relación de la cultura maya con las aguas subterráneas que eran a la vez fuente de vida y el camino al inframundo, lo cual podría tomarles hasta cinco años para lograr su objetivo.
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