Hace tiempo les hablábamos del robot Tláloc II, una pieza de ingeniería diseñada para explorar los túneles de las cámaras ocultas de Teotihuacán, y el día de ayer nos enteramos que por fin ha rendido frutos esta investigación.
El proyecto Tlalocan, pretendía desenmarañar los misterios en las cámaras que se encuentran bajo el templo de Quetzalcóatl, y en su travesía Tláloc II ha arrojado el hallazgo de una abundante ofrenda.
Teotihuacán fue una urbe en la que habitaban varios cientos de miles de personas, que durante ocho siglos estuvo habitada hasta la caída en manos de los conquistadores españoles.
El proyecto Tlalocan en palabas de Teresa Franco directora del INAH es:
Una gran propuesta de intercomunicación científica
Los resultados de estos hallazgos se darán a conocer en un simposio durante los días 30 y 31 de octubre en el Museo Nacional de Antropología.
Entre la ofrenda se han encontrado objetos de madera, ámbar, pelotas de hule, semillas y fauna. El terreno que comprende este hallazgo tiene cuatro metros de ancho por ocho de largo, y además de lo mencionado se encontraron cuatro esculturas antropomorfas de piedra verde (¿jade?) de 65 centímetros, caracoles marinos procedentes del Golfo de México y el Caribe, jade de Guatemala, restos de pelo y huesos de grandes felinos e incluso una caja de madera conteniendo conchas labradas.
La época en la que se depositó la ofrenda junto con toda la actividad ritual que la acompañaba, fue entre los años 150 - 200 dC.
En el marco de la celebración del 75 aniversario del INAH, estos descubrimientos nos recuerdan que antes de quienes somos ahora, hubo otros pueblos, otros gobernantes, otros obreros, personas que construyeron una civilización que al cabo del tiempo se mezcló con los europeos para dar paso a quienes somos ahora.
Más información | INAH
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