A finales del año pasado, ZTE hizo lo que pocas compañías fabricantes de smartphones: preguntar a sus seguidores por las características que les gustaría ver en uno de sus dispositivos, y así fue como nació el Proyecto CSX, ya que la comunidad tuvo una excelente respuesta ante tal iniciativa.
Poco después, los opiniones y comentarios concibieron el ZTE Hawkeye, cuyas principales características son tecnología de seguimiento ocular y un cuerpo adhesivo, terminal que de alcanzar su meta en Kickstarter sería producido por la compañía. Sin embargo, a poco tiempo de terminar el plazo, ZTE se da cuenta de su error.
Jeff Yee, vicepresidente de la compañía, menciona en un post que el error no fue haber escuchado a sus usuarios, quienes fueron los que decidieron sus principales características, sino que el problema fueron las especificaciones técnicas que le otorgaron posteriormente y lo posicionaron en la gama media del mercado.
Este es el principal motivo por el que apenas se hayan logrado 35,249 dólares de los 500,000 que se necesitan para comenzar con la fabricación del terminal, y a pesar de que aún restan 26 días para el término del plazo, de antemano se sabe que no se logrará la meta.
Sin embargo, si bien las especificaciones de Hawkeye pueden cambiar, no sucede lo mismo con el precio que ha sido fijado en 199 dólares con la esperanza de hacerse global. Entonces, el ejecutivo vuelve a pedir ayuda a la comunidad y por medio de otra encuesta, pide la opinión de cuál es el aspecto que se debe cambiar, siendo hasta ahora la presencial del Snapdragon 835 la principal demanda.
Las especulaciones dicen que lo más probable es que ZTE termine lanzando dos versiones del terminal, una con las especificaciones ya conocidas en la campaña y otra con las mejoras solicitadas por la comunidad. Aún así, todo depende de la respuesta del público.
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