El IFA 2015 comienza oficialmente el día de mañana, pero lo cierto es que desde el lunes los grandes fabricantes han empezado a hacer sus anuncios, en su intento por acaparar la atención de los medios, de los expertos y desde luego, de los consumidores. Uno de ellos es Samsung, que inició la semana haciendo oficial el lanzamiento de su nuevo smartwatch circular, el Gear S2, mismo que ha sido el tema central de la conferencia del día de hoy.
El nuevo Samsung Gear S2 se integra al catálogo de wearables de la compañía apostando no solo por el diseño circular, que comprobado está es el estilo preferido de los usuarios, sino también por la elección de Tizen como sistema operativo para impulsarlo. Esto último, ha hecho que muchos nos cuestionemos si ¿es un acierto, o un fallo, el no apostar por Android Wear?.
Tizen está basado en Linux, al igual que Android
Samsung creo una gran controversia a inicios del pasado 2014, cuando presentó sus relojes inteligentes potenciados por Tizen, un sistema operativo que al igual que Android, está basado en Linux y está diseñado para ser escalable a todo tipo de electrónicos portátiles. En la dirección de su desarrollo no solo está involucrado Samsung, sino también Intel, Huawei, Fujitsu, NEC, Panasonic, KT Corporation, Sprint Corporation, SK Telecom, Orange, NTT DoCoMo y Vodafone, en colaboración con la Linux Fundation.
Una de las principales fortalezas de Tizen es que sus interfaces de desarrollo de aplicaciones están basadas en HTML5 y otros estándares web, por lo que también se pueden ejecutar en Android, Firefox OS, Ubuntu Touch y webOS sin utilizar un navegador.
Sistema operativo e interfaz ¿qué nos interesa?
Ahora bien, debemos recordar que los sistemas operativos son el núcleo sobre el que se ejecutan e interactúan las aplicaciones. Estrictamente hablando lo que vemos en nuestras pantallas son interfaces gráficas y de no ser por el diseño, no seríamos capaces de reconocer que sistema operativo o qué versión se ejecuta en nuestros dispositivos.
A nosotros, como usuarios, nos interesa más la forma en la que nuestros dispositivos móviles interactúan entre sí, y el que lo hagan de una manera eficiente. Desde luego, nos interesa también la forma en la que nosotros interactuamos con ellos, y en ese sentido esperamos que sea de una forma familiar, lo cual se logra gracias a la interfaz de usuario. El sistema operativo que se ejecuta por debajo de dicha interfaz, es de interés propio de los desarrolladores.
Por otro lado, debemos recordar que Samsung es una empresa que ha invertido fuertes sumas de dinero contribuyendo al desarrollo de un sistema operativo de código abierto estable, y es lógico que busquen un retorno de su inversión, algo que Google también ha hecho con Android.
Tizen, tan bueno o tan malo como Android Wear
La apuesta de Samsung está bien planteada, ofreciendo algo diferenciador: un smartwatch que es independiente del smartphone gracias a Tizen, pero en esta ocasión con el Gear S2 ha eliminado la que era su mayor debilidad: la compatibilidad exclusiva con los smartphones de su propia firma, ya que ahora es compatible con todos los dispositivos Android.
Si ampliamos nuestra visión, nos podremos dar cuenta que Tizen puede ser tan bueno o tan malo como Android Wear, incluso puede ser mejor. Ambos sistemas para wearables aún están en sus fases iniciales en un mercado que está en pleno desarrollo y del que aún hemos visto poco. Lo que importa es cómo Samsung y Google planean mejorarlos para convencer a los consumidores. Si la elección de Tizen por parte de Samsung es un acierto o un fallo, el tiempo, sus esfuerzos y sus volúmenes de ventas nos lo harán saber.
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