Después de una gran oleada de filtraciones, los Pixel 3a y Pixel 3a XL por fin se presentaron oficialmente, y responden a la estrategia de Google para aumentar su presencia en el mercado. Y es justo el detalle de su limitada distribución oficial el que no termina de hacer sentido para que la Gran G no haya aprovechado estos dispositivos para expandir su presencia a otros países, México por ejemplo.
Una estrategia interesante...
Vamos por partes, primero desmenucemos la estrategia de Google. Generalmente las versiones lite de los estandartes recortan potencia y cámara, así como otros aspectos, para abaratar costos de producción y poder ofrecer buenas prestaciones (aunque no las mejores) a precios reducidos.
Además, también tenemos el detalle de los modelos menores de actuales familias insignia. Claros ejemplos son los Galaxy S10e y Huawei P30, que mantienen la potencia, pero recortan otros aspectos importantes, ofreciendo así una experiencia más cercana -pero no igual- a los modelos mayores, por un menor precio.
Entonces, tenemos que el sendero común es recortar cámara, y a veces diseño, independientemente de si se mantiene la potencia. Sin embargo, Google ha apostado por otro camino, uno muy interesante, en el que prefiere mantener la experiencia de cámara de sus smartphones estrella, sacrificando potencia y un poco el diseño.
Esto sugiere que Google ha escuchado al público ¿qué es lo que el usuario estándar busca? Buenos resultados fotográficos (con más o menos énfasis en este aspecto) y una experiencia de uso suficiente para su día a día. Si tenemos en cuenta que lo más común es el uso de redes sociales, mensajería instantánea y poco más, los Pixel 3a y 3a XL son la mejor opción a esta necesidad, o requerimiento depende de cómo se mire, de los usuarios.
En términos sencillos, es la entrada de Google al mercado de gama media-alta, poniendo la capaz cámara de los Pixel al alcance de más usuarios y por un menor costo. Entonces, siendo esta la estrategia, ¿por qué limitar su distribución? Esa es la gran cuestión.
... que pudo funcionar en México
La venta de los Pixel 3a y Pixel 3a XL será en los países en donde Google distribuye sus dispositivos de manera oficial: Australia, Alemania, Italia, España, Estados Unidos, Canadá, Japón, Taiwán, Francia, Irlanda, Singapur y Reino Unido. Todos importantes, pero no mercados claves para la expansión de Google en la escena internacional.
Y es en este punto en donde vale la pena resaltar la presencia de India en el listado. Este país es clave, junto con China, para que cualquier fabricante se posicione en Asia, sino preguntemos a Samsung y Xiaomi, compañías que juntas representan la mitad del mercado indio. Es claro que Google apunta a una de las arterias vitales de Asia para crecer sus números.
Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo con México? Es decir, incluso Samsung sabe la importancia que nuestro país representa para el mercado de smartphones, de otra forma no hubiera traído tan rápido su familia Galaxy M, misma que de hecho también fue presentada inicialmente en India.
Definitivamente la presentación de los Pixel 3a y Pixel 3a XL era el pretexto perfecto para que Google anunciara su entrada a México, haciendo una declaración de guerra al mercado nacional, ofreciendo una de las mejores cámaras del mercado actual, por la mitad de precio de otras opciones disponibles.
Pero, no, Google decidió dejar pasar la oportunidad de expandir su presencia en un mercado que verdaderamente hubiera valorado la llegada de una gran cámara, aunque sacrificando potencia. Y es que, dicho sea de paso, la potencia del Snapdragon 670 con 4 GB de RAM y -sobre todo- la optimización de Android puro, suena suficiente para los requerimientos de la gran mayoría de usuarios nacionales.
De nuevo, no es que los otros mercados no valoren la llegada de los nuevos Pixel económicos. Pero, se debe tener en cuenta que aquellos países también tienen a su alcance una mayor variedad de fabricantes que ofrecen dispositivos con una agresiva relación costo-beneficio (OPPO, OnePlus, Vivo, y un gran etcétera). Entonces, México podría haber sido una mejor apuesta de distribución, aunque eso sí, con el correcto precio de venta.
Las razones de que Google no haya replicado esta estrategia en México existen, por supuesto, pero es prácticamente seguro que jamás las conoceremos. Seguramente todo responderá a cuestiones de marketing, distribución, transporte y demás cosas.
Mientras tanto, solo podemos seguir esperando por el día en que por fin Google mire con buenos ojos a México para la venta oficial de sus smartphones, y es que con futuras iteraciones confirmadas, la esperanza muere al último. Así que: la tenías Google, era tuya y la dejaste ir.
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