Da la impresión de que los fabricantes nos están preparando para una nueva era en el diseño de los frontales. Cuando el notch se establece como tendencia y parece postergar marcos lisos, ahora lo que parece venir es una tanda de marcos reducidos al mínimos y *desplazando la cámara frontal de modo que asoma por un agujero**, y a medida que lo vemos realidad las dudas nos empiezan a asaltar.
De hecho, no ha sido hasta esta misma semana cuando hemos visto precisamente esto, que los teléfonos con pantalla perforada son una realidad. Empezaba un Honor View 20 que se mostraba como anticipo y un Samsung Galaxy A8s que también llegaba, algo más avanzado en su lanzamiento. ¿Es mejor solución ésta que las muescas, los módulos extraíbles o que simplemente ir adelgazando los marcos en la medida de lo posible? Lo analizamos.
Lo que veremos: una ventana indiscreta, una barra en objetos perdidos
Por el momento nos hemos de conformar con los renders, fotos oficiales y los vídeos que nos van llegando de aquellos que ya han podido al menos probar alguno de estos terminales. En el caso del Samsung Galaxy A8s las demos sí tenían terminales funcionales, a diferencia de los prototipos del Honor 20 View que sólo vimos aparentemente acabado en manos del presentador, si bien en ambos casos podemos ver algo que nos interesa bastante más allá de la fotografía con esa cámara frontal semioculta: la interacción y la interfaz.
Si el notch ya ha facilitado que veamos soluciones curiosas (y de dudosa utilidad) a los espacios que deja en la pantalla, sobre todo en apps de pantalla completa, ¿qué pasa entonces con un hueco en plena pantalla? Lo que quizás alguien ya suponía (y confirma nuestros peores temores): la barra de tareas es muy gruesa, lo suficiente como para que el agujero no esté flotando en la interfaz de usuario y quede cubierto por ella.
Es algo más llamativo en el Galaxy A8s, cuyo agujero (y pertinente borde) parece algo más ancho que el del Honor 20 View al menos a proporción, también más separado del marco de la pantalla, por lo que abarcarlo con la barra de tareas parece implicar aún más grosor. Esto no tendría que cambiar la interacción usuario-interfaz, de hecho no requeriría en teoría adaptaciones especiales, pero sí que nos recuerda a algo: a la barra de herramientas perdida en la inmensidad del notch del Pixel 3 XL:
Lo dicho, habrá que esperar (y tenemos muchas ganas) a probar alguno de estos terminales, esperando ver alguno más de la mano de Huawei. Y sobre todo ver si al final se contagia como el notch y bien Android o los desarrolladores de plataformas y apps de terceros deciden implementar alguna solución alternativa ampliar tanto esa barra.
Lo que hemos visto: muescas para todos los gustos
Ya lo hemos comentado en el apartado anterior: desde que la muesca se contagió cual epidemia o meme por casi todas las principales marcas de móvil hemos ido viendo distintas implementaciones. Lo inició el Essential Phone, sin tanto ruido como el iPhone X, el cual además aprovechó para incorporar un sistema de reconocimiento facial avanzado: el Face ID.
Jugada similar a la de Xiaomi con su Xiaomi Mi 8, que también tiró de muesca grande para colocar más componentes, mientras que como el Essential otras marcas como Huawei o OnePlus recurren a muescas más pequeñas. Eso sí, con menos elementos de cara a un reconocimiento facial más preciso, flashes u otros componentes, con notchs más estrechos como los del Huawei P20 Pro o el OnePlus 6, o reducidos al mínimo como los del Huawei Mate 20 o el OnePlus 6T.
Se trata de una solución estética para rascar algunos milímetros cuadrados de pantalla, ganando así aprovechamiento de panel (y acercarse a un ansiado y tal vez imposible 100%). Pocos son los que han dado una utilidad al tabique que supone en la parte superior de la interfaz, dividiendo en dos la barra de tareas (y recurriendo a los socorridos puntos suspensivos para todo aquello que no puede asomar, que es mucho en el caso de ciertas capas de Android), siendo Apple la única que ha tenido a bien que aparezca un elemento distinto (la cortinilla de notificaciones o el centro de control) al tirar de un lado u otro.
¿Agujerear la pantalla? ¿Poner una muesca? Hold my beer
Vivo alzó el periscopio con un Vivo Nex que dejaba a un lado muescas y agujeros para proponer una pantalla casi infinita sin nada más, con bordes mínimos y con un as bajo la manga. Con un as o, mejor dicho, una cámara frontal que no estaba incrustada en el frontal, sino que tenía su propio módulo extraíble.
No parece que la idea haya calado como para forjarla en el ADN de los Nex, porque la solución que hemos visto en el Vivo Nex 2 (conocido como Vivo Nex Dual Display Edition) ha sido directamente cargarse la cámara frontal para que sean las traseras las que nos hagan los selfies. ¿Cómo? Con una pantalla secundaria que hace las veces de espejo, un sistema similar al que planteaba el ZTE Axon M, pero implementado de una manera muy distinta (y en apariencia bastante más práctica y estética).
Quienes sí tiraron también de módulo extraíble fueron los de OPPO con el OPPO Find X, al menos una ventaja sobre el del Vivo NEX: igual que los notchs estrechos limitan el espacio para añadir elementos, también ocurre con estos módulos, y en OPPO jugaron a lo ancho. El OPPO Find X dispone ahí tanto cámara frontal como trasera, además de un sistema de sensores orientados a un sistema de escaneo 3D para el reconocimiento facial y algunas otras aplicaciones.
En Xiaomi de momento no se han animado con lo de las soluciones mecánicas, que a priori también causan más dudas sobre la durabilidad, pero aprovecharon su línea más llamativa dentro de los topes de gama para mostrar otra opción. Así, en el Xiaomi Mi MIX 3 lo que hemos visto es una pantalla deslizable para que la cámara frontal asome a conveniencia.
Un borde intacto, el último bastión de lo simétrico
¿Qué alternativa queda ante estas opciones? Quedarse como están, o más bien tratar de mejorar lo presente, lo estándar. Quizás el mejor ejemplo lo tengamos en este caso con Samsung, que sobre todo desde los Galaxy S8 ha hecho suyo un frontal que LG abandonó este año con el LG G7 ThinQ, de marcos finos y simetría vertical y horizontal.
Sus últimos buques insignia, los Samsung Galaxy S9 y Samsung Galaxy Note 9, se acercan al 85% de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla con unos marcos que integran la cámara frontal y los sensores necesarios en el área superior, un camino que también mantienen otros estoicos fabricantes en este sentido como Sony y HTC. No hay notch en sus frontales, ni tampoco agujero de momento, aunque quizás eso cambie para los próximos Galaxy S10 según las filtraciones que ya colman el vaso de la rumorología a medida que nos aproximamos al próximo Mobile World Congress.
Está claro que para gustos, colores, y que al igual que ocurre con los materiales y otros aspectos más bien estéticos al final es cuestión de preferencias, aunque siempre habrá algunas implicaciones en el uso y la experiencia por las que nos parezca que una alternativa es mejor que otra, y lo bueno de todo esto es que al final cuanta más variedad, más donde poder elegir lo que nos encaja. Viendo este panorama, el presente y el esperado, ¿qué opción para el borde superior del frontal de los smartphones preferís?
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