Lenovo por fin ha hecho oficial los nuevos estandartes de la familia Moto, los Moto Z y Moto Z Force. Ambos son terminales que llegan con poderosas especificaciones y cambios llamativos en su diseño, sin embargo a pesar de que la costumbre coloquial reza que todos los cambios son buenos, los usuarios no piensan lo mismo.
Es por eso que haremos un repaso por los cuatro aciertos y cuatro errores de Lenovo en el desarrollo de estos móviles, en espera de su llegada a nuestro país y a manera de una pequeña guía para meditar mejor y sopesar todos los pros y contras antes de hacerse con alguno de ellos.
Lo bueno
Todas las filtraciones y predicciones se cumplieron, los nuevos Moto Z y Moto Z Force presumen de un cuerpo completamente metálico, lo que los hace competir, por fin, con toda la gama premium ya presente en el mercado, el Galaxy S7, LG G5, Xiaomi Mi 5, Xperia X Performance y un largo etcétera. La calidad de los anteriores Moto X no era mala en absoluto, pero ya era necesario dar este salto.
Por otro lado, es de agradecer que Lenovo se haya preocupado por mejorar su ya eficiente tecnología de carga rápida. Tal es el caso que ahora prometen hasta 15 horas de autonomía con tan solo 15 minutos de carga, una marca muy sobresaliente si lo comparamos con otros móviles.
Lenovo también se ha preocupado por la protección de al menos uno de sus estandartes, es por eso que el Moto Z Force también porta la nueva generación de la tecnología ShatterShield que vimos debutar en el Moto X Force. Esto promete que aún con las caídas más aparatosas, la pantalla del Z Force no se astillará y permanecerá 100% funcional.
De último, pero no por eso menos importantes, están los MotoMods, la apuesta del fabricante chino por la modularidad, pero de una forma mucho más sencilla que retirar la batería e intercambiar piezas (sí, LG, nos referimos a ti). Es mediante una serie de 16 pines magnéticos ubicados en la parte trasera que los módulos se adjuntan a los móviles y los dotan de nuevas funciones. Hay que estar muy atentos a este apartado, pues Lenovo anuncio una plataforma de desarrollo de la que cualquier persona puede ser parte.
Lo no tan bueno
Habiendo repasado lo positivo de estos móviles, es momento de hablar de las cosas que quizás algunos no tomarán tan bien. El punto más evidente en el Moto Z es la escasa capacidad de su batería, tan solo 2,600 mAh, como resultado del grosor de apenas 5.2 milímetros. A pesar de esto, Lenovo promete hasta 24 horas de autonomía, lo cual aún está en tela de juicio.
Luego nos encontramos con el sensor de huellas dactilares, apartado que si bien es de agradecer que Lenovo haya integrado, es imposible no preguntarse por qué no fue implementado en la parte trasera y conseguir un diseño mucho más limpio. Tal y como mencionamos en el análisis del Moto G4 Plus que también porta este sensor, su desempeño es bueno, pero no justifica el no-tan-agradable diseño y que no funcione como botón Home.
Por otro lado, Lenovo se ha atrevido a deshacerse del universal jack 3.5 mm para audífonos, dejándonos con un solo puerto USB Type-C para la carga y conexión de audífonos mediante un adaptador incluido en la caja. Es indudable que este es el camino que poco a poco todos los fabricantes seguirán en cuanto a carga y transferencia de datos , pero de momento es muy pronto para apostar por esto en la conexión de audífonos.
Para finalizar, tenemos el hecho de que estamos ante dos estandartes diferentes y complementarios, de manera que el gigante chino continúo con la estrategia del año pasado en vez de unificar el nombre de la familia. Si bien ya tenemos no solo uno sino tres Moto Gs, ahora con estos dos nuevos Moto Zs, la diversificación se hace mucho más notoria, inevitablemente confundiendo a los usuarios menos asiduos a la tecnología.
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