Si el viernes Blackberry anunciaba el despido del 40% de sus empleados (o más de 4 mil) y una pérdida operacional preliminar de entre 950 y 995 millones de dólares para el segundo trimestre del año, lo que obligó a suspender ese día la cotización de su acción, ayer lunes buscaba todavía aferrarse a su sobrevivencia pero adaptándose a la nueva realidad; eliminar de su modelo de negocio los dispositivos móviles al mercado masivo y junto con ello su sistema operativo.
El anuncio del fondo de inversión canadiense Fairfax Financial Holdings Limited con su posible compra de Blackberry por 4 mil 700 millones de dólares, fue la estocada final de esta marca tal como la conocemos y su presencia en el mercado de consumo masivo tiene los días contados. Lo cierto es que la huella que dejó en una generación es inolvidable, tal como lo hizo en su momento Palm. Pero no hay que cantarle las golondrinas...todavía.
Blackberry no desaparecerá como empresa (por ahora). Dejará se de ser una empresa pública (cotizar en bolsa) para ser privada. Dejará de vender smartphones pero se concentrará en el nicho que le hizo famosa mundialmente: sus servidores y demás herramientas informáticas, las cuales tienen una alta reputación de seguridad entre sus dos consumidores base: gobiernos y empresas. No olvidemos su incursión como proveedor de aplicaciones con su Blackberry Messenger (BBM) para iOS y Android apenas el fin de semana pasado.
De hecho el 90% de las 500 empresas más grandes del mundo según la revista Fortune, son todavía clientes de Blackberry aunque seguramente algunas se retirarán precisamente por ya no ofrecer smartphones y el ecosistema que le acompaña.
Así como Blackberrry se va (insisto, sólo de un nicho), otros buscan ocupar el espacio que deja. La china Xiaomi es la moda en aquel gigantesco país y busca la internacionalización con su reciente adquisición; el ex de Google Hugo Barra. La francesa Alcatel está invirtiendo fuertemente en la comercialización de sus dispositivos. Basta ver los anuncios con Telcel, Iusacell y Movistar. Ni que decir de LG que quiere ubicarse en "las grandes ligas" junto con Apple, Samsung, Nokia y Sony.
Pero contrario a empresas como Xiaomi o Alcatel, las cuales no crearon su propio sistema operativo pues operan con Android, a Blackberry debe agradecérsele (y mucho) su último esfuerzo por brindarle al mundo otra opción viable de sistema operativo. Hoy como consumidores tenemos ya menos opciones a pesar de que Firefox, Ubuntu y Tizen desean despegar, lo cual dudo, al menos en el corto plazo.

En las próximas semanas tendremos un mejor panorama sobre el futuro de Blackberry. Por ahora el único postor para comprarla es la empresa citada Fairfax Financial Holdings Limited, liderada por Prem Watsa. Por cierto, esta empresa posee actualmente el 10% de Blackberry y muchos no creen en las palabras dichas ayer por Watsa en el sentido de que Blackberry tiene gran futuro bajo otro modelo de negocio.
Rumores indican que sus verdaderas intenciones son recuperar su parte, hacer que otros postores compitan en la compra y/o, si al final se queda con ella, desmantelarla y venderla por separado. Sólo el tiempo nos dirá si Blackberry volverá a nacer, pero ahora con otro rostro y cuerpo.
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jmartinlv
Es difícil que sea un ave fenix en estos tiempos, al parecer su inclusión en el mercado masivo ha salido muy caro, pues es un estrato que compra por moda y no por utilidad, se aplica a la letra el "muera el rey-viva el rey", que es manejado por moda y dictámenes mercadotécnicos y publicistas sin ver lo bueno y malo realmente, sin embargo su base de usuarios leales sigue existiendo, algunos medios la estiman en 73 millones, otros en 52, lo que es cierto es que mientras las telefónicas siguen vendiendo los equipos en el mismo precio , tal vez para no perder un valor de inventario, tal vez para no hechar más leña al fuego, en el mercado directo y de usados, los valores de los equipos tanto recientes anteriores al nuevo S.O. han caido, hasta un 50% mostrando la desconfianza y venta de pánico azusada por la falta de declaraciones directas del fabricante