Uno de los temas que más interesan y afectan a los usuarios de smartphones y tablets Android es el tema de las actualizaciones, y es también uno de los más grandes retos que tiene Google entorno al sistema operativo, pues lograr que tanto fabricantes como operadores realicen la actualización de los dispositivos que venden en el mercado no ha sido tarea fácil.
Pero hay que dejar claro una cosa, el interés de Google en que las actualizaciones de Android lleguen cada vez a más dispositivos no reside únicamente en el beneficio del usuario, pues el hecho de que no lleguen disminuye el uso y las ventas de los servicios que ofrece y de sus aplicaciones.
Después de todo, no podemos negar que lograr que el ecosistema Android esté unificado le permitiría a Google hacer llegar a más personas alrededor del mundo sus herramientas que le generan ingresos, como son su motor de búsqueda, la tecnología Now on Tap presentada el año pasado, o el sistema de realidad virtual Daydream que anunció en el Google I/O de este año y desde luego, los parches de seguridad que fueron realizados para resolver la vulnerabilidad conocida como Stagefright.
No olvidemos que conforme los smartphones y tablets van equipándose con mejor hardware y haciéndose más complejos, es más necesario lograr que el software trabaje de manera más cercana con el hardware. Este hecho es aún más importante para Google, pues de ello depende su control sobre el ecosistema, un apartado en el que hasta ahora Apple ha realizado un mejor trabajo sobre iOS.
Año con año, ha ido cambiando las directivas y requerimientos hacia sus socios, los fabricantes, en su intento de lograr que el que ya es el sistema operativo móvil más popular en el mundo tenga una menor fragmentación; todos hemos oído hablar de ello: de los millones de diferentes smartphones que están ejecutando versiones antiguas del sistema, echando de menos las últimas características y las correcciones de seguridad. Algo que no es nuevo, sino que hemos visto desde el 2007, cuando Android fue presentado.
Además, esta fragmentación deja una mala impresión en los consumidores tanto de los fabricantes como de Google, mitigando además el impacto de sus marcas y reduciendo sus índices de ventas. Muestra de ello es la demanda realizada en contra de Samsung por un grupo de usuarios holandeses por negarse a actualizar muchos de sus dispositivos, o el llamado que ha hecho la FCC tanto a fabricantes, operadoras y las propias Apple y Google para que garanticen actualizaciones más rápidas.
Recordemos que en las últimas fechas, Google ha acelerado las actualizaciones de seguridad, ha reducido los requerimientos de testing de los equipos y ha liberado otras soluciones tecnológicas. Pero ahora, Google está clasificando a los fabricantes de acuerdo a su comportamiento en el tema de las actualizaciones.
Las operadoras también son parte del problema
Quizá, el problema más grande radica en los operadores de telefonía móvil, de quienes es bien sabido que antes de hacer llegar las actualizaciones a los usuarios, realizan un conjunto de pruebas para asegurar que no haya interrupciones en la red; pruebas que tienen duraciones de 12 semanas o más. Tiempo que las operadoras justifican se debe a los cientos de modelos de smartphones que ponen a disposición de sus clientes. Es a las operadoras, a las que Google está intentado persuadir de que excluyan los parches de seguridad de sus procesos de prueba, lo cual además, les ahorraría notables sumas de dinero a éstas.
Los fabricantes no se libran de culpa
Pero no todo es culpa de los operadores, por que los fabricantes también tienen su parte en ello. Algunos de ellos, como LG y Samsung se comprometieron con las actualizaciones mensuales de seguridad ofrecidas por Google, aunque han tenido sus problemas para mantener el ritmo con todos sus dispositivos. Otras compañías como HTC se limitaron a decir que una meta de actualizaciones mensuales era poco realista, y en el caso de Motorola, que en el pasado intentó ofrecer actualizaciones de seguridad de sus modelos de tres años anteriores por lo menos dos veces al año, ahora está replanteándose realizar actualizaciones trimestrales.
Las nuevas medidas de Google
En el caso de los fabricantes, la clasificación que ha hecho ha sido basada en que tan actualizados están sus dispositivos, tanto en referencia a los partes de seguridad como a las versiones del sistema operativo. De acuerdo a Bloomberg, dicha lista, la habría enviado a los fabricantes a inicios del año, y en un futuro, podría hacer publica con el objetivo de destacar el trabajo de aquellos fabricantes que han cumplido con las actualizaciones, y de señalar a los que no lo han hecho al excluirlos de ella.
Por otro lado, para verse menos afectada, Google está reduciendo su dependencia del proceso de actualizaciones, pues nuevas características comienzan a llegar como nuevas aplicaciones, en lugar de formar parte de nuevas versiones de Android. Un claro ejemplo de ello es Allo, su nueva aplicación de mensajería que integra Google Assistant.
En este mismo orden hay que señalar el caso de las Instant Apps, una característica anunciada la semana pasada y que estará disponible para el 95% de los usuarios de Android. Esto demuestra que Google está apostando por hacer que las nuevas funcionalidades sean compatibles con versiones anteriores del sistema operativo, pues las Instant Apps se podrán ejecutar en equipos que ejecuten Android Jellybean, la versión que conocimos allá por 2012.
Solo el tiempo y la respuesta que haya por parte de los fabricantes y los operadores, nos dejarán ver si hay un futuro con una fragmentación de Android menos significativa o si las medidas tomadas por Google son las adecuadas o es necesario tomar que la compañía tenga una perspectiva diferente.
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