LG ha presentado el buque insignia de este año, el G4, con el cual pretende competir contra los demás, y a pesar de que la lucha con HTC y su One M9 puede ser algo parejo, el titan de Samsung ha demostrado ser quien ha puesto la vara muy en alto con sus Galaxy S6 y S6 Edge.
Con este nuevo equipo, LG no hace un cambio tan radical como el S6, pero tampoco se queda tan estancando como el M9, por lo que sigue una dirección bien definida, mejorando pocas partes y dejando las que aún sirven.
Rendimiento: Un paso atrás con algo de ventaja
Uno de los primeros puntos que más llama la atención, es la elección del procesador, ya que en esta ocasión, el fabricante no ha elegido el actual de mayor nivel como en el G Flex 2 (Snapdragon 810), sino que (por malas experiencias) ha mostrado un poco de temor y prefirió irse por el hermano menor, el Snapdragon 808.
Dentro del SoC, nos encontramos con seis núcleos, Cortex-A57 a 1.8GHz, a diferencia de los ocho que hay dentro del 810 o del Exynos 7420. Sin embargo, cabe recordar que la gama alta del 2014 sólo cuenta con cuatro núcleos, y los iPhone 6, con dos.
Por el lado del GPU, tenemos un Adreno 418, prometiendo ser un 20% más rápido que los Adreno 330 del 2014, pero quedando un pico por debajo del Adreno 420 en el Nexus 6 y posiblemente de los cuatro núcleos del GPU en los iPhone; ya ni hablar del Andreno 430 en el M9 o el Mali-T760 de los Galaxy S6.
Diseño: Al gusto del usuario
Sin duda alguna, el apartado del diseño siempre ha venido a ser algo muy secundario en esta área, pero desde hace tiempo LG pone un poco más de atención a los detalles (¿recuerda el LG Chocolate?), pero no ha sido hasta recientemente donde este aspecto tiene un papel de mayor importancia.
Los equipos ya no son blancos o negros, ya hay más variedad de colores, e incluso de materiales; es por esto que el G4 toma un poco de inspiración de lo que ha hecho Motorola y llega con un agregado de piel en la parte trasera, siendo diferenciado de los ya acostumbrados plástico o metal.
Cámaras: La mayor mejora con dos pasos adelante
Comencemos por la que menos se ha hablado, ya que si bien la cámara trasera se está llevando las palmas, la contraria también tiene su mérito; con 8 megapíxeles al frente, LG va más allá que cualquiera, explotando el tan afamado mundo de las selfies.
Ahora sí, volteando a la parte de atrás, nos encontramos con una cámara de 16 MP, que si bien hereda la mayoría de sus prestaciones de su antecesor, la gran mejoría no sólo viene en hardware, sino también en software.
Como comentamos, Lollipop llega con la ventaja de tener una nueva API para las cámara, la cual permite la toma en RAW de las fotografías, pero que lamentablemente no hay soporte para ello con alguna aplicación de Google.
LG quiere aprovechar todo el potencial de su lente con abertura f1.8 (único en el mundo de los smartphones) y por ello incluye una app de cámara capaz de aprovechar las bondades del sistema operativo y brindar un completo manejo de los parámetros, algo que ningún otro equipo ofrece de fábrica y que muchos aficionados a la fotografía seguramente agradecerán.
LG G4, una apuesta sólida
Si bien el equipo no destacará por mucho en los benchmarks, el rendimiento del día a día y la gran gama de piel en colores, hacen que el G4 sea un equipo redondo, el cual debe de llevar algo de ventaja a sus competidores gracias al precio, además de que la cámara sin lugar a dudas a punta a ser la mejor que hay en un smartphone considerando que tiene una mayor abertura que el S6 y este último ya ha destronado a la del iPhone en las últimas pruebas.
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