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Cómo se innova en China: visitamos el parque industrial de vivo en Dongguan que produce un celular cada 23 segundos

Es una bahía cerca del mar. La cantidad de calor solo se compara con el número de compañías que tienen aquí sus centros de operaciones. Gigantes tecnológicos con instalaciones que parecen enormes campus universitarios, con todo y departamentos, pero por dentro albergan los próximos avances que veremos disponibles en el mercado. No es Silicon Valley, es el Centro de innovación del sur de China, en Dongguan.

Aquí, donde antes había un puerto pesquero, se fundó vivo y aquí se encuentra el parque industrial de la marca. Son más de seis millones de metros cuadrados, tan solo para la compañía, en donde fabrica sus equipos y desarrolla lo último en tecnología para mantener su promesa de innovación constante. Xataka México tuvo acceso a este enorme complejo como parte de nuestra cobertura en el lanzamiento del vivo X200 Pro.

Un proceso semiautomatizado

Cuando me dicen “fábrica”, mi cabeza inmediatamente piensa en un enorme almacén del cual sobresalen chimeneas gigantescas con una cantidad considerable de gases saliendo de su interior, pero aquí no es así. La fábrica de vivo, dentro del parque industrial, es un edificio no muy diferente a las oficinas que podemos encontrar en las colonias Polanco o Reforma de Ciudad de México. El lobby no cambia mucho, pero en su primer piso es donde la tecnología se crea desde cero.

Cientos de brazos robóticos y máquinas se conjuntan con 22,353 trabajadores, según vivo. Todos como manecillas del reloj perfectamente sincronizadas fabrican un equipo desde cero. El principio del recorrido no es más que plástico, tarjetas de soldar semi-acomodadas y chips, similares a un LEGO antes de ser ensamblados.

Las máquinas sueldan, ensamblan y se encargan de la producción en masa de los equipos. El proceso es tan “sencillo” y repetitivo que da miedo la cantidad de personas que pudieran ser reemplazadas con esta tecnología.

Nada más alejado de la realidad: justo después viene la intervención de las personas. Trabajadores de carne y hueso que supervisan lo hecho por los robots con ojos humanos. No hace falta una especialización, pero sí estar bien preparado para poder tener uno de estos trabajos.

Una larga banda transportadora lleva la tarea del trabajo automatizado a los lugares de los empleados. Frente a ellos hay una guía de cómo debe quedar cada componente del smartphone y aunque muchos no la necesitan, está ahí como recordatorio del nivel de exigencia que tiene el trabajo en equipo. Una vez que termina cada revisión, las máquinas retoman el control hasta los siguientes ojos que verificarán que todo siga con normalidad. Lo que no sirva, se regresa para comenzar el ensamble desde cero.

Lo que funciona pasa a la siguiente sección: prueba de los botones, sensor de proximidad, bandeja de SIM, pegado de la pantalla, acomodo de los lentes de las cámaras, instalación de software, cables de energía con la batería del equipo y hasta el empaquetado al final de la banda. Incluso el trabajo de las personas da miedo por lo demandante y milimétrica que es, tanto así que resultó extraño que durante el horario laboral, vieran a un grupo de personas de distintas nacionalidades impresionadas por lo que ellos fabrican en su cotidianidad.

A pesar de pasar por tantos filtros, controles de calidad y ojos humanos, vivo asegura que se fabrica un smartphone cada 23 segundos tanto de su marca principal como de la sub-marca iQOO; ni lo que tardas en recalentar tu café.

Centro de Investigación y Desarrollo de vivo

Lo más impresionante del parque industrial es que apenas sales de la fábrica y entras a unas oficinas que lucen exactamente igual por fuera. Por dentro, en el Centro de Investigación y Desarrollo, no sabes si estás en una sala de prensa, centro de contabilidad o el set de The Office. Los investigadores lucen exactamente igual que nosotros, personas que tienen su computadora al frente, con su celular a un costado del teclado y una ventana de WeChat, la aplicación de mensajería más utilizada en China y comparable con lo que es WhatsApp en México

Más adentro sucede lo que para muchos es la magia detrás de la investigación: la comprobación de la conclusión. Y la única forma de verificar que los cálculos de la protección de la pantalla del vivo X200 Pro funciona, dejándolo caer una y otra, y otra, y otra vez, para corroborar que no existirán fallas para el usuario final. Lo interesante fue ver cómo el equipo caía desde distintas distancias y con distintos tipos de fuerza sin que se rompiera de algún modo, y todavía es más raro al saber que este equipo no cuenta con Corning Gorilla Glass u otro tipo de protección.

Lo mismo ocurre con la prueba al líquido, en donde el equipo es sumergido en un cilindro con agua que simula distintas zonas de presión o el rociador de líquidos aleatorio. También están las cámaras de frío para medir la resistencia ante condiciones adversas, máquinas que giran para corroborar la resistencia en aluminio y madera, la simulación de la presión en el pantalón e incluso la persona que se dedica a desconectar los cables con USB-C a distintas fuerzas y de distintos ángulos.

Estas pruebas, previas al proceso de fabricación en masa son importantes para saber cuál será el comportamiento del equipo no solo en un laboratorio y con un espacio controlado, sino probarlo en simuladores cercanos a la realidad del usuario final.

Lejos de estas oficinas, pero sin salir del enorme edificio con forma de anillo, está el laboratorio de ZEISS. La colaboración con la marca alemana fabricante de lentes y equipos ópticos ha tomado tan en serio la relación que se creó un laboratorio de pruebas hasta Dongguan.

A pesar de ser una oficina aparte, no deja de trabajar en conjunto con el resto de equipo de vivo. Aquí se calibran los colores que las cámaras captarán poniendo en pizarrones gigantes objetos de distintos colores, tonalidades y luces. De esta forma se aseguran de que el equipo capture imágenes con “mayor realismo”. Lo mismo pasa con los sensores de profundidad y ultra gran angular, cuyo proceso debe ser cuidadoso para no distorsionar las imágenes a, por ejemplo, “ojos de pescado” inintencionalmente.

Quizá lo más llamativo de estos procesos es el trabajo casi artesanal que realizan los colaboradores en una insistencia por emular la cotidianidad del usuario final: una desconexión rápida porque se nos hizo tarde; una caída dura directamente contra la pantalla; la presión de un pantalón muy ajustado en medio del transporte, y hasta el accidente en la cubeta con agua mientras bañas a los perros.

El campus, una nueva forma de entender el trabajo y los procesos de producción

Para producir hace falta salud y buen ambiente laboral. No todo es un sueldo digno y un horario que te permita balancear tu vida, también las actividades recreativas son importantes y el parque Industrial de vivo quiere lograrlo.

Las instalaciones tienen áreas verdes, amplios comedores, canchas de básquetbol, fútbol, pistas para correr, fuentes, letras gigantes, una tienda de productos, cajeros automáticos y hasta departamentos disponibles para todos sus trabajadores, incluidos los de Latinoamérica y otras regiones del mundo.

Por dentro del campus se respira un aire universitario que recuerda a los mejores días en las aulas. Están los grupos de amigos, los deportistas, quienes van al gimnasio, al yoga o a tomar un café; a la vez te encuentras personas agotadas durmiendo en los sillones de la recepción, la biblioteca o hasta sus escritorios. Si no fuera por las enormes letras en la entrada o los letreros constantes con el nombre de la marca, uno pensaría que está dentro de una universidad.

vivo también confirmó que existen grupos de training para distintas áreas del parque industrial, incluso muchos pueden hacer una especialidad si es que recién salieron de sus carreras. Es un trabajo de actualización y capacitación constante que solo podría compararse con las grandes escuelas formadoras de clubes europeos, quienes fichan a los talentos jóvenes más grandes, los terminan de formar y los contratan profesionalmente para ganar títulos.

Finalmente, la zona habitacional resulta imponente: son rascacielos con cuartos individuales y departamentos completos para sus trabajadores. Cada espacio se debe adecuar a las necesidades del desarrollador o investigador. Incluso el equipo de otras partes del mundo podría solicitar un cuarto si es que van a pasar unos días dentro del Parque Industrial.

Todo el conglomerado podría ser una ciudad por sí misma. Visitar el Parque industrial de vivo da una referencia de lo que están haciendo las grandes tecnológicas del mundo para innovar desde distintas ramas; a la vez, es inevitable cuestionarte sobre si realmente estás actualizado para este contexto en constante desarrollo. Sea como sea, ver el trabajo que hay detrás del smartphone Android más potente del mundo, el vivo X200 Pro, resulta enriquecedor para cualquier comunicador.

A día de hoy vivo domina el mercado de teléfonos inteligentes en China con un crecimiento del 10% en el tercer trimestre del 2024 y envíos que superan las 70 millones de unidades, de acuerdo con el informe de canalys.

A nivel mundial, vivo ocupa el cuarto puesto de las marcas que más smartphones venden y desde 2018 la marca china ha patrocinado eventos deportivos como el Mundial de fútbol desde Rusia y las últimas dos ediciones de la Eurocopa, lo cual parece una estrategia agresiva para entrar en distintos mercados. En México, la marca todavía no entra en el top 6, de acuerdo con The CIU, pero habrá que esperar a ver su plan de acción de cara a la Copa del Mundo del 2026 que se llevará a cabo en el país.

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