Toyota, el ahora mayor fabricante de automóviles del mundo planeó fabricar alrededor de 900,000 automóviles el próximo mes, sin embargo, redujo este número a 540,000 vehículos debido a la escasez mundial de chipsets que se vive en todas las industrias.
Hasta ahora, Toyota no había parado sus producciones globales de manera tan drástica con excepción de las pausas hechas este verano por una semana en Francia, República Checa y Turquía. Esto porque la automotriz tenía una reserva grande de semiconductores como parte de su plan de continuidad comercial, desarrollado después del terremoto y tsunami de Fukushima en 2011.
Esta decisión de reducir la producción se habría tomado por el resurgimiento de casos de COVID-19 en Asia, por lo que los recortes comenzarán este mes en Japón y otros países; y para septiembre, comenzarán en las fábricas de Asia y Estados Unidos con 360,000, la mayor parte de los recortes.
Después de estas pausas, Toyota espera compensar cualquier volumen perdido en este tiempo, para fines de 2021. Por ahora, las acciones de Toyota cayeron un 4.4%, su mayor caída diaria desde diciembre de 2018.
Los autos nuevos a menudo integran ya muchos semiconductores, por lo que la industria se vio ampliamente afectada por esta escasez. General Motors, Ford, Nissan, Daimler, BMW y Renault anunciaron anteriormente las reducciones a sus producciones.
Algunos de estos fabricantes tuvieron que quitar funciones de sus vehículos debido a la falta de chipsets, como es el caso de GM, que eliminó la carga inalámbrica de smartphones de algunos autos y otras características. Por su parte, Renault pronostica que su producción de automóviles podría reducirse en unas 100,000 unidades este año.
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