Owen Diaz, ex trabajador de Tesla de la fábrica de Fremont, California de junio de 2015 a marzo de 2016, demandó a Tesla por hacer caso omiso sobre el acoso racial y discriminación que sufrió dentro de la empresa. Hoy, Diaz ganó el caso y Tesla le pagará 137 millones de dólares.
De acuerdo con el jurado federal en San Francisco, Diaz fue sometido a un "ambiente de trabajo racialmente hostil". El caso es inusual por la cantidad de daños otorgados por el juez (130 millones de dólares en daños punitivos y 6.9 millones por angustia emocional).
"Creo que ese es el veredicto más grande en un caso de discriminación racial individual en el empleo", dijo a Bloomberg David Oppenheimer, profesor clínico de derecho en la Universidad de Berkeley.
Diaz dijo al tribunal que en la planta usaban "adjetivos calificativos racistas a diario" para referirse a él, incluida la palabra "nigga" (altamente discriminatoria por la carga racial histórica que implica), que aparecieron graffitis y caricaturas racistas en su espacio de trabajo y en los baños, y que sus colegas le decían que "regresara a África".
La demanda contra Tesla fue porque los supervisores no intervinieron durante estos problemas y el estrés de la situación hizo que perdiera peso y pasara noches de insomnio, y que, incluso "algunos días me sentaba en las escaleras y lloraba", contó Diaz.
Mientras tanto, Valerie Capers Workman, vicepresidenta de personas de Tesla, escribió ayer un comunicado a los empleados de la empresa, que después se publicó en el blog de Tesla, que estuvo en la mesa de defensa de la compañía todos los días del juicio porque "quería escuchar de primera mano lo que al Sr. Diaz le pasó".
En el comunicado Workman dice que cuando Díaz se quejó del acoso "Tesla intervino y se aseguró de que se tomaran medidas oportunas y de respuesta", pero reconoce que se produjeron varios incidentes y señala que "el Tesla de 2015 y 2016 no es el mismo que el Tesla de hoy". La vicepresidenta no especificó si la compañía planea apelar el fallo.
El racismo al interior de Tesla
En agosto pasado te contamos sobre otro caso de racismo dentro de la misma planta de Fremont. La víctima fue Melvin Berry, quien supuestamente recibió insultos racistas por parte de dos supervisores de Tesla en esa fábrica y ganó una indemnización de 1 millón de dólares por parte de la empresa.
Pero Tesla ya viene arrastrando este tipo de denuncias. De acuerdo con testimonios de ex trabajadores de la empresa, dentro de la fábrica de Fremont solían recibir insultos racistas por ser afroamericanos, según declaraciones obtenidas por Protocol.
Aaron Craven, un trabajador de la misma fábrica, dijo en una declaración jurada que le habían llamado por la palabra con N (nigga) "aproximadamente 100 veces" y vio letreros del Ku Klux Klan y esvásticas pintadas en los baños.
Desde 2017, Tesla enfrenta una demanda colectiva hecha por extrabajadores de la planta de Fremont que alegan una cultura racista por parte de la empresa, condiciones de fábrica inseguras y una falla por parte de la compañía, incluido el CEO Elon Musk, para prevenir o investigar el acoso y la discriminación por motivos de raza.
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