El software en Volkswagen es un problema tan grande que sólo ha encontrado una salida: enviar a sus ingenieros a China para que aprendan

Adolfo Reséndiz

Editor

Periodista por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Técnico mecánico automotriz CEDVA. Me gusta el rap, comer asado argentino y los fines de semana largos.

Volkswagen enfrenta un desafío inesperado: su propio software se ha convertido en un obstáculo tan grande para la comercialización de sus vehículos eléctricos, que envió a sus ingenieros a China para aprender de los expertos locales, informa Automotive News Europe.

Todo empezó en en 2021, cuando la compañía alemana anunció su intención de convertirse en una marca líder en software. Sin embargo, lo que parecía una transición natural se transformó en un laberinto tecnológico.

Un punto clave para entender esta historia fue la salida de Herbert Diess en 2022, antiguo CEO de la compañía alemana, que dejó ver varios problemas internos. Volkswagen estaba inmersa en un caos de plataformas eléctricas que consumían miles de millones de euros sin ofrecer resultados claros.

El plan original era migrar de la plataforma MEB a la SSP, destinada para los modelos eléctricos más avanzados. Pero la denomianda Scalable Systems Platform sufrió retrasos significativos y no llegará hasta 2030. Esto llevó a la creación de la plataforma PPE, una solución temporal que añadió complejidad y costos adicionales.

Esta situación sobrecargó a Cariad, la filial de Volkswagen encargada del desarrollo de software. Los retrasos en las entregas y críticas por decisiones cuestionables en usabilidad, como los controvertidos botones táctiles en el volante, dañaron la reputación de la empresa.

Sistema Infoentretenimiento de Volkswagen

La solución de Volkswagen para corregir el camino de su vehículo eléctrico

Ante este panorama, Volkswagen decidió buscar soluciones en China. La compañía invirtió 700 millones de dólares en XPeng, reconocida por su avanzado desarrollo de software para vehículos eléctricos. Esta inversión les otorgó un 5% de participación y un asiento en la junta directiva de la firma tecnológica, lo que abrió la puerta a una colaboración más estrecha.

Además, como comentamos al inicio de este contenido, Volkswagen envió a cientos de sus ingenieros a trabajar a China para desarrollar una nueva plataforma eléctrica. Estrategia que busca aprovechar el conocimiento de las empresas chinas para desarrollar softeware avanzado que permitan amenidades como pantallas giratorias y karaokes que los clientes reclaman.

El reto es considerable, pero Volkswagen parece dispuesto a reinventarse. Al aprender de los mejores en software automotriz, la empresa espera superar sus obstáculos actuales para enfrentar a competidores como BYD y Tesla que trabajan en sistemas de infoentretenimiento avanzados y características de conducción autónoma total, respectivamente. Lo que contrasta con empresas como Toyota que ha puesto el freno a la producción de vehículos eléctricos, pese a los importantes apoyos que recibe.

La pregunta esta en el aire: ¿Volkswagen será capaz de ofrecer vehículos eléctricos que cumplan con las expectativas tecnológicas del siglo XXI? Parece que lo descubriremos muy pronto.

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