Latin NCAP, organización que realiza pruebas para verificar la seguridad de los vehículos, presentó los resultados de una muestra con los Hyundai más baratos en México y Estados Unidos, demostrando que en el país vecino se implementa el doble estándar en seguridad vehicular.
La prueba "auto a auto" se realizó entre el Hyundai Grand i10 sedán (el que se vende en México) y el Hyundai Accent (vendido en Estados Unidos). Ambos son los sedanes más económicos que ofrece la automotriz en cada uno de esos mercados.
Mientras que el Hyundai Accent, producido en México para Estados Unidos, se vende en aquel mercado con seis bolsas de aire y Control Electrónico de Estabilidad (ESC) como equipamiento estándar; el Hyundai Grand i10, producido en India para México y otros países de Latinoamérica, es ofrecido sólo con dos bolsas de aire y sin ESC.
Fueron esas mismas características las que hicieron que, durante la prueba de choque, el Accent obtuviera buena protección. Sin embargo, con el Grand i10 no fue así, pues mostró una "estructura inestable y protección pobre al conductor, con probabilidad alta de lesiones de riesgo de vida", de acuerdo con Latin NCAP.
Así, el Hyundai Grand i10, el que se vende en México, hubiese obtenido una calificación de cero estrellas en las pruebas de Latin NCAP.
Mientras en México la regulación obliga ya a las automotrices a incluir de serie dos bolsas de aire en los autos nuevos (las frontales), en Estados Unidos, desde 2014 y aunque no lo exige la ley, prácticamente todos los vehículos nuevos incluyen cuatro: frontales y laterales para piloto y copiloto. Unos coches, como la Nissan Pathfinder, incluso tienen 10.
De acuerdo con Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP, este tipo de pruebas se hacen con la finalidad de hacer un llamado de atención para los consumidores, reguladores y fabricantes de vehículos.
"Todos los consumidores, sin importar en dónde vivan, tienen el derecho a recibir el mismo nivel de seguridad en sus vehículos. La brecha de seguridad transfronteriza ya no debería existir. Hacemos un llamado a los fabricantes para que detengan las estrategias del doble estándar en el mundo".
Cabe señalar que en México se comercializa también el Hyundai Accent con un precio base de 283,400 pesos, mientras que el Grand i10 sedán comienza en 230,200 pesos, ambos en el año-modelo 2022.
Diferentes regulaciones en seguridad vehicular
Cabe señalar que cada país tiene sus propias normas o regulaciones para garantizar determinados niveles de seguridad para los vehículos comercializados en sus territorios. Así, modelos idénticos vendidos en países diferentes pueden tener distintos niveles de seguridad, equipamiento y precio.
En el caso de México, existe una normativa determinada a través de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), así como normativa de observancia voluntaria (NMX); sin embargo, es poco lo que se garantiza que un vehículo comercializado aquí sea seguro para sus ocupantes en caso de percances vehiculares como choques en sus diferentes modalidades.
Los requerimientos mínimos en seguridad que las armadoras deben tomar en cuenta para comercializar sus vehículos en México están en la NOM-194-SCFI-2015, donde se estipula el equipamiento que deben incluir todos los vehículos nuevos que pesen de 400 a 3,857 kg, además de las pruebas que deben cumplir.
Y, aunque la norma fue publicada en 2016, comenzó a aplicarse en 2019. De acuerdo con ella, entre los aspectos básicos que deben cumplir los vehículos están: apoyacabezas, cinturones de seguridad, indicadores, controles, doble cerradura de cofre, retrovisores (exteriores e interiores), espejo retrovisor interior con función día/noche, sistemas de asientos, llantas, faros delanteros, etc.
En ella también se incluyó -apenas- la obligación que deben cumplir las automotrices sobre ofrecer en sus vehículos nuevos frenos ABS y bolsas de aire frontales.
Sin embargo, la norma no hace referencia al tema de estructuras, aunque menciona que los vehículos deben pasar las pruebas de impacto frontales y laterales bajo los estándares regulatorios de la ONU (UN R 94 y UN R 95).
El detalle es que sólo basta con que las automotrices presenten "la documentación técnica que contenga evidencia de cumplimiento con relación a las especificaciones con alguna de las normas mexicanas, normas o regulaciones internacionales o extranjeras", es decir, la autoridades en México no lo confirman en muchos casos.
Por otro lado, sistemas como el ESC (Control Electrónico de Estabilidad, por sus siglas en inglés), bolsas de aire laterales o un diseño frontal que proteja a peatones, ni siquiera se mencionan como obligatorios, incluso cuando estos han demostrado reducir los accidentes fatales.
De acuerdo con el informe "Mejora de los estándares de seguridad de los vehículos en América Latina y el Caribe a través de la adopción de Reglamentos Naciones Unidas y sistemas de información del consumidor de 2019 " del Proyecto Bien Público Regional (BPR), se podrían reducir los accidentes fatales en un 28%, con un máximo de 53,400 casos anuales en la región si se adoptaran los sistemas recomendados por la ONU.
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