La mañana estaba fresca al encender la Chevrolet Equinox EV por primera vez. El aire se sentía lleno de anticipación, y el sol apenas asomaba sobre el horizonte, un espectador silencioso de la locura que estaba por comenzar. Desde Nuevo León hasta Ramos Arizpe, un recorrido épico que prometía revelar los secretos del vehículo eléctrico más reciente de Chevrolet. La adrenalina comenzaba a fluir, y mi mente se llenaba de visiones de un futuro eléctrico, rebosante de tecnología y promesas de sostenibilidad.
El primer tramo de la carretera Monterrey-Saltillo se extendía ante mí, una serpiente de asfalto con rectas infinitas y paisajes imponentes de la sierra Corral de los Bandidos. La Equinox EV se deslizó suavemente en modo Sport, sin el rugido de un motor de combustión, solo el zumbido sutil de su corazón eléctrico gracias a su batería de 85 kWh montada sobre la plataforma Ultium de GM.
Con 241 caballos de potencia y 236 libras-pie de torque, su tracción FWD ofrecía una experiencia de manejo tan fluida como viajar sobre rieles. Los 513 kilómetros de autonomía con una sola carga prometían un viaje sin preocupaciones, como una invitación a la aventura sin fin.
El diseño exterior deportivo de la Equinox EV, con sus dimensiones de 4.8 metros de largo y dos metros de ancho, era un imán para las miradas garcias a su iluminación exterior full LED. Las líneas aerodinámicas y la carrocería robusta con sus rines de 21 pulgadas, similares a los de un Ferrari 512M, capturaban la esencia de un depredador.
Dentro, el interior amplio y el cuadro de instrumentos digital ofrecían una cabina digna de una nave espacial. La pantalla de infoentretenimiento VCS de 17.7 pulgadas con OnStar y Google built in, junto con el sistema de sonido de seis bocinas, transformaban el viaje en una experiencia casi psicodélica.
A medida que avanzaba, los impresionantes paisajes de la sierra de San Francisco de los Desmontes se desplegaban a mi alrededor como una alucinación. Las asistencias de conducción de Chevrolet Safety Assist, como el frenado automático con detección de peatones y las luces automáticas IntelliBeam, ofrecían una capa de seguridad en este viaje hacia lo desconocido.
Las ocho bolsas de aire brindaban la tranquilidad de saber que, incluso en el peor de los casos, estaba bien protegido. La sujeción en los asientos delanteros añadía un toque de confort, como una caricia cálida en medio del caos, al igual que el trabajo realizado por su suspensión con tecnología Soft Ride.
La historia de la Chevrolet Equinox es una epopeya automotriz. Introducida en 2004 como una camioneta con motor de combustión interna, rápidamente se convirtió en una opción popular por su combinación de espacio, confort y rendimiento. A lo largo de las generaciones, la Equinox ha evolucionado, incorpora avances tecnológicos y mejoras en eficiencia. La transición a una SUV completamente eléctrica marca un hito significativo en su camino.
Chevrolet Equinox EV se fabrica en México
Llegar a Coahuila significaba dirigirse al Complejo de Manufactura de GM en Ramos Arizpe. La modernidad de la fábrica donde ensamblan la nueva Equinox EV, con robots y humanos que trabajan juntos, contrastaba con la tradición y pasión por los autos.
Conocí a Don Juan Antonio Luna, un veterano de la fábrica que había trabajado en la línea de producción del Chevrolet El Camino en 1984. Su entusiasmo por la nueva Equinox EV reflejaba el orgullo y la dedicación de todos en la planta.
La planta de GM en Ramos Arizpe, Coahuila, tiene una historia rica y significativa. Inaugurada en 1981, esta planta se ha convertido en un pilar de la manufactura automotriz en México. A lo largo de los años, ha producido una amplia gama de vehículos, desde camionetas como la incomprendida Aztek hasta autos compactos como el popular Chevy.
La planta es conocida por su innovación y eficiencia, ya que integra tecnologías de punta y procesos de manufactura avanzados. Con el tiempo, Ramos Arizpe ha evolucionado para incluir la producción de vehículos eléctricos, convirtiéndose en un centro de excelencia dentro del ecosistema global de GM.
El recorrido de vuelta a Nuevo León me permitió reflexionar sobre las ventajas de la Equinox EV. No pagar tenencia, no necesitar verificación, no pagar ISAN y ser deducible son beneficios que añaden valor. Los cuatro colores disponibles Blanco, Gris Tiburón, Rojo Radiante y mi favorito, Azul Tormenta ofrecen opciones atractivas para cualquier gusto.
Con un precio de preventa de 799,900 pesos, que aumentará a 829,900, según GM, se presenta como una oferta competitiva frente a modelos como el Tesla Model Y, Ford Mustang Mach-E, Hyundai IONIQ 5 o Kia EV6.
Al comprar una Chevrolet Equinox EV 2024, los propietarios reciben una garantía de ocho años o 160,000 kilómetros, lo que ocurra primero, lo cual asegura una tranquilidad significativa. Además, se incluye asistencia vial ilimitada para cualquier eventualidad en el camino. También se ofrece la instalación gratuita del cargador de casa, lo que asegura que siempre esté listo para cualquier viaje.
¿Chevrolet Equinox EV marca el camino a una nueva era de GM?
Chevrolet Equinox EV es una respuesta contundente a los vehículos eléctricos fabricados en Asia, envía un mensaje claro de calidad, diseño y prestigio. Sin embargo, me pregunto si su aceleración discreta, que va de cero a 100 kilómetros por hora en ocho segundos, podría ser mejorada para ofrecer la sensación de emoción característica en un auto eléctrico. A pesar de esto, su dinámica ágil y centro de gravedad bajo, gracias a la plataforma Ultium, hacen de la Equinox EV una opción destacada.
La Chevrolet Equinox EV 2024 combina tecnología avanzada, diseño atractivo y una experiencia de manejo refinada. Fabricada en México, esta SUV eléctrica ofrece una propuesta sólida para quienes buscan un vehículo sostenible sin sacrificar estilo ni rendimiento.
Con su precio competitivo y beneficios fiscales, la Equinox EV se posiciona como uno de los vehículos más interesantes de México en 2024. ¿Podría este ser el inicio de una nueva era para Chevrolet en el ámbito de los vehículos eléctricos? Solo el tiempo lo dirá.
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