En un esfuerzo por mejorar la seguridad vial, Malasia sorprendió al mundo al introducir marcas viales que brillan en la oscuridad, informa The Straits Times.
Este innovador proyecto piloto se aplicó en un tramo de 245 metros en el distrito de Hulu Langat. La pintura fotoluminiscente reemplaza el uso de tachuelas reflectantes y promete visibilidad óptima durante la noche, incluso en condiciones climáticas adversas.
El proyecto, inaugurado el 28 de octubre, ha sido bien recibido por los conductores. Antes de la implementación, esta carretera carecía de alumbrado público, lo que complicaba su uso nocturno debido la falta de visibilidad.
Según Alexander Nanta Linggi, ministro de obras de Malasia, la pintura tiene una durabilidad de hasta 10 horas y genera brillo constante, lo que podría ser crucial en áreas rurales sin infraestructura eléctrica. Pese a estos beneficios, el gobierno enfrenta un obstáculo importante: el costo de esta tecnología es 20 veces mayor que el de la pintura convencional, reporta Paultan.
La pintura utilizada cuesta aproximadamente 749 ringgit por metro cuadrado, aproximadamente 3,464 pesos, en comparación con los 40 ringgit de las marcas tradicionales, algo así como 185 pesos. Este alto costo ha llevado al gobierno a reconsiderar su viabilidad para una implementación más amplia.
“El costo es demasiado alto, por lo que probablemente no continuaremos con los carriles que brillan en la oscuridad. Hicimos pruebas, pero no satisfizo a los expertos del ministerio”.
Ahmad Maslan, viceministro de obras.
Carretera de Malasia con pintura que se Ilumina en la noche.
Otros ejemplos de seguridad vial alrededor del mundo
Alrededor del mundo existen muchos ejemplos de cómo los gobiernos locales buscan mejorar la seguridad vial de los conductores y peatones. En Austria un proyecto ha demostrado que pintar un círculo en las carreteras puede reducir hasta 80% los accidentes de motociclistas.
En México, se ha imprentado el uso de topes inteligentes. Estos mecanismos se activan si un automovilista y motociclista superan los 50 kilómetros por hora. De no atender las señalizaciones el tope activa una barrera metálica. Este mecanismo, que tiene ancho de 15 centímetros, inevitablemente hace que los conductores bajen la velocidad.
El caso de Malasia plantea preguntas sobre cómo equilibrar innovación y costos en el diseño de infraestructuras públicas. ¿Es el costo un precio justo por la seguridad? No hay duda de que el país asiático aún debe responder esta pregunta mientras el mundo observa de cerca.
Foto de portada | Paultan
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