Tesla anunció recientemente planes para aumentar sus pedidos de chips D1 a Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) , un fabricante de semiconductores taiwanés, lo que demuestra la creciente importancia de esta tecnología para la automotriz de Elon Musk.
La información fue publicada por el Economic Daily News (EDN) y luego retomada por Boursier.com, quien cita fuentes confiables del sector. Según información filtrada, Tesla planea duplicar sus pedidos de chips D1 en 2024, elevando el total a 10,000 unidades, y se espera que aumente aún más para 2025.
Este anuncio de Tesla se da después de que el precio de las acciones de la automotriz se disparara en el mercado de valores de Wall Street tras una nota publicada por Morgan Stanley, la cual destaca el potencial de la supercomputadora Dojo, que requiere una gran cantidad de chips D1 para funcionar.
Dojo es una supercomputadora de vanguardia que desempeña un papel clave en el procesamiento y reconocimiento de video para entrenar modelos de aprendizaje automático, los cuales respaldan el avance continuo del sistema de conducción autónomo de la compañía conocido como Autopilot.
Al utilizar esa tecnología, Tesla no pretende aumentar las capacidades autónomas de su autos, más bien espera lograr mayor seguridad y eficiencia en sus autos autónomos.
Inversión millonaria para impulsar el Autopilot
En julio pasado Elon Musk anunció que próximamente invertirá 1,000 millones de dólares. El objetivo es desarrollar una supercomputadora interna capaz de procesar cantidades colosales de datos, incluidos videos de vehículos Tesla, para acelerar el desarrollo de software de conducción autónoma.
La cantidad despertó gran preocupación entre los inversores, lo que generó que Tesla le pidiera a Musk que moderara sus palabras, explicando que esta inversión se dividiría entre investigación y desarrollo.
La rápida adopción de robotaxis y servicios de red basados en la tecnología Dojo podría añadir hasta 500,000 millones de dólares a la capitalización de mercado de Tesla, según analistas de Morgan Stanley.
Con el aumento de los pedidos de chips D1 de TSMC se demuestra la confianza continua de Tesla en la tecnología de Taiwán y su determinación de mantener su liderazgo en el sector en evolución de vehículos eléctricos autónomos.
Además, la colaboración entre Tesla y TSMC también podría tener un impacto positivo en la industria de los semiconductores al impulsar la demanda de chips avanzados necesarios para la conducción autónoma.
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