Comprar un Bugatti es fácil, lo difícil es pagarle el servicio: cambiarle el aceite cuesta lo mismo que un auto nuevo

Adolfo Reséndiz

Editor

Periodista por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Técnico mecánico automotriz CEDVA. Me gusta el rap, comer asado argentino y los fines de semana largos.

El aire huele a dinero quemado. La bestia francesa, el Bugatti, se estaciona en el garaje de los dioses y susurra promesas de velocidad. Comprar un Bugatti es sencillo, solo necesitas un saco lleno de billetes. Pero mantener a este demonio en las calles, eso es otra historia. ¿Sabías que cambiarle el aceite cuesta lo mismo que un auto nuevo? Bienvenido al mundo de la élite automotriz.

El Bugatti Veyron y su hermano el Chiron no son simplemente máquinas, son obras de arte mecánicas ensambladas con la precisión de un reloj suizo y el alma de un coche de carreras. Cambiar el aceite en uno de estos monstruos te costará unos 25,000 dólares o 452,705 pesos, de acuerdo con Bugatti Broward. ¿Por qué? Porque desmontar partes del coche para llegar al motor es como jugar con dinamita debido al nivel de precisión que se necesita para manipular su carrocería de fibra de carbono. Cada componente es de una calidad casi mitológica, y el aceite es más puro que el agua bendita del Vaticano ya que una de sus principales tareas es mantener lubricados los cuatro turbocompresores del motor.

No termina ahí. El servicio básico anual te golpeará con una factura de 11,500 dólares, aproximadamente 208,256 pesos, según The Drive. Las revisiones no son para los débiles de corazón ni para las carteras delgadas. Se necesita un ejército de técnicos especializados, todos ellos dedicados a mantener a tu Bugatti saludable en lugar de estallando en llamas. Las piezas exclusivas están a la orden del día, y sin ellas, tu sueño de velocidad se convierte en una pesadilla de metal retorcido.

Los neumáticos, esos anillos de caucho que conectan con el asfalto, son un tema aparte. Un juego completo para el Veyron o para el Chiron puede superar los 42,000 dólares, aproximadamente 760,590 pesos, reporta Motor1. No son neumáticos comunes, están diseñados para soportar velocidades que podrían despegarte la cara, por lo que deben cambiarse en promedio cada 4,000 kilómetros.

Y luego está la gasolina. El Bugatti Veyron consume combustible como un dragón hambriento: cuatro kilómetros por litro. El Chiron no es mucho mejor con 3.8 kilómetros por litro. Si tomamos en cuenta que este vehículo puede terminar con su tanque de 100 litros en solo 12 minutos, si va a su velocidad máxima de 420 kilómetros por hora, entenderemos por qué cada vez que pisas el acelerador ves tu dinero evaporarse en una nube de humo y gloria.

Sus motores W16, esos corazones de 16 cilindros en configuración W, ofrecen un rendimiento excepcional. Hasta 1,500 caballos de fuerza en el Chiron. Todo mientras mantienen un lujo digno de un sultán. La ingeniería detrás del motor W16, la artesanía y la atención al detalle en cada Bugatti, solidifican su estatus como los autos más exclusivos y deseados.

Cuánto cuesta comprar un Bugatti

El costo de adquirir estos monstruos es igualmente asombroso. Un Bugatti Veyron puede costar alrededor de 1.7 millones de dólares casi 31 millones de pesos mientras que el Chiron puede superar los 3 millones de dólares, algo así como 54 millones de pesos.

Estas cifras no solo reflejan la increíble ingeniería y el lujo que representan, sino también la exclusividad y el estatus que vienen con poseer un Bugatti. Comprar uno de estos vehículos es como comprar una entrada al club más exclusivo del mundo, donde solo unos pocos privilegiados pueden disfrutar de la máxima expresión de velocidad y opulencia.

Así que, sí, comprar un Bugatti es "fácil", mantenerlo en las calles es un desafío titánico, un tributo a la opulencia y la velocidad. Los costos exorbitantes no solo te mantienen en la élite, sino que también aseguran que solo los más locos, los más apasionados, se atrevan a domar esta bestia. Para los verdaderos aficionados a los automóviles, un Bugatti no es solo un coche, es un compromiso con la excelencia automotriz y una danza perpetua con la velocidad.

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