El uso de otros materiales en los pavimentos podría mitigar el calor extremo y, por ende, las emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con una investigación del MIT Concrete Sustainability Hub (MIT CSHub), quienes se encuentran estudiando cómo las superficies pueden disminuir su intensidad de calor emitido.
El efecto "isla de calor urbano", que es cuando las superficies impermeables densamente construidas absorben la radiación solar y calientan su entorno, aumentan la temperatura del aire en por lo menos 13 grados Celsius, lo que se traduce en riesgos para la salud y el ambiente.
Por ello, los investigadores del MIT CSHub quieren demostrar cómo una superficie que, en vez de aumentar el calor, lo disminuye. Los llaman "pavimentos fríos", los cuales que reflejan más radiación solar y emiten menos calor que las superficies de pavimentación convencionales.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Environmental Science and Technology, los pavimentos frescos y su implementación podrían reducir la temperatura del aire en Boston y Phoenix hasta en 1.7 y 2.1 grados Celsius, respectivamente.
Con esto también se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero; en el caso de de Boston sería hasta en un 3%, mientras que en Phoenix en un 6%. Sin embargo, estas reducciones dependerán de la implementación de estrategias de pavimento frío de acuerdo con el clima, el tráfico y las configuraciones de los edificios de cada vecindario.
¿Cómo funciona?
A través de una métrica llamada "albedo", que describe la reflectividad de la superficie, los investigadores explican cómo funcionan los pavimentos fríos: las superficies con albedo bajo absorben más luz y tienden a ser más oscuras, las que tienen un albedo alto son más brillantes y reflejan más luz.
Entonces, el albedo es fundamental para enfriar las superficies. Los materiales más brillantes como el hormigón y los que son de colores más claros ofrecen un albedo más alto, sin embargo, los pavimentos ya existente también se pueden enfriar a través de revestimientos reflectantes.
Más beneficios para el medio ambiente
Pero los pavimentos fríos también ejercen impactos indirectos en el cambio climático al alterar el uso de energía en los edificios que están cerca de ellos. Por ejemplo, ya que disminuyen las temperaturas ambientales, pueden reducir la necesidad de aire acondicionado durante el verano.
Por otro lado, al reflejar la luz, llamada radiación incidente, en los edificios cercanos, los pavimentos fríos podrán calentar las estructuras, lo que reduciría la demanda de calefacción en invierno. Estas ventajas dependerán de la ubicación de los edificios y de cada ciudad donde se implemente el pavimento frío.
Aunque las pruebas hechas en las ciudades de Boston y Phoenix demostraron resultados diferentes entre una y otra, como conclusión, Randolph Kirchain, investigador del Laboratorio de Ciencia de Materiales y codirector del Centro de Sostenibilidad del Concreto dijo que:
“Aunque los impactos del cambio climático que estudiamos han demostrado ser numerosos y, a menudo, contrarios entre sí, nuestras conclusiones son inequívocas: los pavimentos fríos podrían ofrecer inmensos beneficios de mitigación del cambio climático para ambas ciudades”.
De acuerdo con la investigación, la implementación de pavimento frío también reduciría las emisiones de dióxido de carbono. En Boston se disminuirían en un 3% durante 50 años, mientras que en Phoenix sería del 6% por el mismo periodo.