Sonos PlayBar, análisis

En el actual mercado de los sistemas de audio de alta fidelidad hay varias apuestas interesantes, cada una ofreciendo características únicas pero todas adaptándose a las tendencias de conectividad y a la integración con diversos dispositivos.

Sonos es una de las compañías que se han caracterizado por ofrecer sistemas de este tipo, entre los que encontramos su famosa barra de audio que ha pasado por nuestras manos, así que aquí les traigo mi análisis de la Sonos PlayBar.

Diseño

La primera impresión que tuve con la barra al sacarla de su empaque es la del minimalismo. No hay curvas excéntricas, botones visibles, ni tampoco colores llamativos. Sus dimensiones exactas son 85 x 900 x 140 milímetros que al montarla bajo un televisor de cuarenta pulgadas queda perfecta.

Su color es gris obscuro para sus partes plásticas, tanto en sus laterales como en su lado superior, inferior y trasero. Sus bocinas están cubiertas por una tela color negro que combinan bien con los detalles.

En su lateral izquierdo están sólo tres botones (mute y volumen +/-), y entre ellos un LED de notificaciones que indicará el estado de la barra. La parte trasera esconde sus únicos cuatro conectores: dos RJ45 (Ethernet), entrada óptica (audio digital), y alimentación. Su frontal y superior llevan un IR, cada uno con un indicador LED que encenderá cada vez que recibe una señal desde nuestro mando a distancia.

El PlayBar tiene dos opciones de posicionamiento, si tenemos nuevo televisor sobre un mueble podemos ponerla sobre el mismo, ó si lo tenemos sostenido sobre la pared podemos sostener igual la barra gracias a sus ranuras para anclaje que lleva en la parte de abajo.

Configuración

Después de ver y posicionar nuestra barra en el mejor lugar respecto al diseño que ofrece, toca hacer su respectiva configuración. Aquí mencionaré que la barra tiene diversos usos, si queremos utilizarla para la reproducción de música ésta la tenemos que enviar de manera inalámbrica, o si queremos aprovechar su entrada de audio digital podemos conectar nuestro televisor y mandar todo el audio que llegue a él hacia la barra.

En mi caso utilice la segunda opción. Conectamos el respectivo cable de alimentación a la barra y la toma de corriente, y el cable óptico a la barra y a nuestro televisor. En mi caso no utilice los conectores RJ45 (Ethernet), pero ¿por qué?.

Al igual que en el caso de la utilización, para la configuración tenemos dos opciones: una de ellas es conectando a los puertos Ethernet un cable desde nuestro router, y la otra es utilizar el Sonos Bridge para enviar la señal a la barra de manera inalámbrica pero sí conectando un cable del router al Bridge.

Aquí a cada una de las opciones le encontré sus matices, la primera requerirá que tengamos nuestro router cerca de la barra --a menos de colocar un cable largo--, y para la segunda tenemos que hacer un gasto adicional para adquirir el Sonos Bridge pues éste se vende por separado.

La gente de Sonos optó por prestarme un Sonos Bridge por lo que opte por hacer la configuración utilizando este dispositivo. De él puedo mencionar que es pequeño de un estético color blanco, lleva un único botón de sincronización --bajo él hay dos LED's de notificaciones--, y en su parte trasera están sus puertos Ethernet y su puerto de alimentación, sus dimensiones son 41 x 110 x 110 milímetros.

El Sonos Bridge sólo se conecta a la alimentación, y a uno de los puertos de nuestro router, así de simple.

Ya teniendo tanto el PlayBar como el Bridge con sus respectivas conexiones pasamos a su configuración. Para esto tenemos que descargar la aplicación Sonos Controller que es totalmente gratuita y está disponible para iOS y Android, en ambos hay dos versiones, una para móvil, y una para tablets que aprovecha la mayor diagonal para mostrar más información en pantalla, pero esto lo analizaremos en un apartado más adelante.

Una vez instalada la Sonos Controller en nuestro móvil --y que lo tengamos conectado vía WiFi a nuestro router donde conectamos el Sonos Bridge-- iniciamos la aplicación y no saltará la opción de configurar nuestro Sonos, pulsamos y saldrá otra ventana en la que pedirá presionar el botón de sincronización (en el dispositivo a configurar) para hacer la conexión y listo, el Bridge entrará en funcionamiento.

Ya conectado el Bridge se nos pregunta si queremos configurar un nuevo sistema de audio, que en mi caso era el PlayBar, y seguiremos al igual los sencillos pasos llegando hasta la configuración del mando de nuestro televisor para tener el control a distancia del volumen de nuestro sistema.

Aquí mencionaré la propuesta principal de Sonos alejándome un poco del PlayBar. La marca apuesta que que por medio del Bridge podamos conectar todos sus sistemas de audio, tanto el PlayBar, y los Play:3, Play:5, Connect:Amp, Sub, entre otros, y que todos ellos los controlemos desde la Sonos Controller, pudiendo escuchar en cada uno diferentes audios, ya sea que en nuestra sala esté una película, en nuestra cocina una canción, y en nuestro cuarto la radio, lo interesante del asunto es que todo lo podamos controlar desde un único dispositivo. Pero en nuestro caso se ha limitado a tan sólo el PlayBar.

Sonos Controller, la aplicación para nuestros móviles

Después de tener configurado el sistema, cuestión que nos llevará no más de diez minutos, hay que revisar la aplicación Sonos Controller que en mi caso la he probado en su versión para iPad y móvil Android.

La versión para iPad es la más funcional, puesto que lleva dos apartados principales, uno que mostrará el contenido que está siendo reproducido en el sistema, y otro desde el que seleccionaremos la fuente de audio.

Sobre las fuentes de audio puedo mencionar que es una de las grandes ventajas de los sistemas Sonos, ya que además de permitir reproducir la música almacenada en nuestros dispositivos podemos obtener audio de servicios de música por streaming como Deezer, Spotify, Rdio, por mencionar algunos de los que tenemos disponibles en México.

Para utilizar uno de estos servicios debemos tener una cuenta Premium en él (o su equivalente), después iniciamos sesión con nuestro usuario y contraseña, y listo, desde la misma Sonos Controller podemos buscar nuestras pistas, álbum, artista, o lista de reproducción, e iniciaremos el streaming desde servicio activado hacia nuestro sistema.

También en la Sonos Controller tenemos los controles básicos de control de reproducción, además nos permite cambiar entre sistemas para elegir qué se estará escuchando en cada uno. Y por último podemos ecualizar el audio de cada sistema pudiendo elegir la ganancia para graves, agudos y medios.

Prueba de audio

Y ahora llegamos a lo que muchos esperan, las pruebas de audio. El Sonos PlayBar se compone en total por nueve altavoces: seis de 3.15 pulgadas con conos de aluminio e impulsados con imanes de neodimio para los medios, y tres de 1 pulgada con centro de titanio para los agudos, todos potenciadas por amplificadores digitales clase D, y controlados por un procesador PowerPC a 800Mhz y un acelerómetro (éste para corregir la ecualización con respecto a nuestro salón).

De la claridad de audio puedo decir que es la esperada para un equipo de gama alta, con agudos brillantes y graves definidos aunque para mi gustó muy poco profundos debido a que no lleva consigo una bocina dedicada a frecuencias bajas.

En películas se oye como se espera, con buena distribución de sus canales, y una fidelidad a la altura. Con la reproducción de música (que en mi caso ha ido desde Pink Floyd hasta Daft Punk) la nitidez es excelente permitiendo apreciar hasta los más mínimos detalles en cada una de las pistas.

Y por último con juegos. Para esta prueba he utilizado uno de los últimos títulos que llevan un exquisito apartado de audio, hablo de The Last of Us, en el cual el PlayBar muestra los detalles auditivos con una buena calidad, además de permitir apreciar con nitidez los más diminutos efectos sonoros en ambos canales aún cuando no tengamos un volumen alto.

En la potencia el Sonos PlayBar ha dado buenos resultados, con llegar a los tres cuartos de la barra de control de volumen, en un salón de cuarenta metros cuadrados, es más que suficiente para tener una buena experiencia auditiva sin exigirle mucho a nuestros oídos.

Aunque si somos más exigentes podemos subir el volumen al máximo, pero cuando lo hice me encontré con que las frecuencias bajas perdían un poco la nitidez por no tener un altavoz dedicado a ellas, aún así los medios y agudos se comportaron como deberían.

El PlayBar y el Bridge han sido cedidos para la prueba por parte de Sonos. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.