Luego de años de enfrentamientos legales entre la ciudad de Nueva York y la plataforma de alojamientos cortos Airbnb, parece que la balanza terminó inclinándose por las autoridades de la Gran Manzana. Los tribunales fallaron en favor del Gobierno, lo que significará una serie de restricciones para la plataforma y, principalmente, sus usuarios: las estancias mínimas deberán ser de un mes.
Para buscar una solución al problema de gentrificación, el gobierno de Nueva York implementó restricciones que cambiarán el funcionamiento de la aplicación y los alquileres a corto plazo. Desde el 5 de septiembre de 2023, Airbnb solo podrá ofrecer estancias mínimas de un año en las propiedades de sus usuarios.
Las cancelaciones de reservas posteriores a esta fecha tienen a dueños, huéspedes y a la propia empresa abrumados. Se espera que más de 5,300 reservas sean canceladas tan solo en la primera semana en que esta medida comience.
Además, todos los propietarios que decidan ofertar su departamento deberán llenar un registro a fin de garantizar la seguridad de los usuarios. Las transacciones que sean procesadas con propietarios sin registrar supondrán una violación a la Ley, por lo que esta medida también aplicará para otras plataformas, como Booking y Vrbo.
Aún hay una opción para quienes necesitan hospedaje por solo una o dos semanas, pero supone a la plataforma volver a sus inicios. Para estancias de menos de un mes, será requisito que el propietario/anfitrión resida y permanezca en el departamento durante el alojamiento, Justo como se ofrecía el servicio en 2008, cuando Airbnb comenzó. Para estos casos, el máximo de huéspedes permitidos será de dos en un mismo día.
La medida, como era de esperarse, fue lamentada por el director de políticas globales de Airbnb, Theo Yedinsky, quien junto con varios dueños sostuvo que las reglamentaciones del mercado de bienes raíces de Nueva York ha hecho casi imposible para cualquiera registrar una propiedad en renta.
“El Ayuntamiento ha enviado un contundente mensaje a millones de potenciales visitantes, quienes ahora tendrán aún menos opciones para alojamiento cuando vengan a la Ciudad de Nueva York: ¡No son bienvenidos!”, sostuvo Yedinsky.
Por ahora, la plataforma asegura que, a fin de reducir el impacto en los viajeros que tenían planeado visitar Nueva York en el otoño, no cancelará las reservaciones hasta el 1 de diciembre. Pero a partir del 5 de septiembre el Ayuntamiento tendrá conocimiento de los anfitriones que no estén registrados, y podrá aplicar multas.
Grandes inmobiliarias convirtieron Airbnb en una mina de oro
Desde hace un tiempo, Airbnb ha ofrecido a los turistas de todo el mundo una alternativa a los hospedajes en hotel más accesible para sus bolsillos. Permite a usuarios obtener un ingreso extra al rentar sus propiedades por periodos breves, ajustados a las necesidades del visitante.
En varios casos, esta actividad se volvió el principal ingreso de los propietarios. Por desgracia, lo que en un inicio era un “ganar-ganar” para ambas partes, fue rápidamente aprovechado por los dueños de grandes lotes de bienes raíces, quienes compraban varios departamentos con el único fin de rentarlos a través de la plataforma.
Esto derivó en que las rentas en Nueva York se dispararan de maneras cada vez más agresivas con relación a los ingresos promedio de los habitantes. Según apunta un reporte de la Universidad McHill de 2018, la gentrificación volvió casi imposible adquirir una propiedad, y la propia alza en los precios de renta se volvió imparable. Quienes viven en Ciudad de México ya saben de lo que hablamos.
Airbnb no tiene la culpa de la gentrificación, aseguran autoridades de CDMX
De este lado de la frontera, el actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, negó a finales de julio que la operación de Airbnb genere una gentrificación en la ciudad, pero aseguró que en los próximos seis meses se implementará una regulación al negocio de alquiler de viviendas.
Más que una muestra de empatía con los visitantes que no logran acceso a una estancia accesible, esta declaración es un respaldo a las quejas de los sectores hotelero y empresarial, quienes junto con Sectur acusaron en 2019 a Airbnb de competencia desleal, al no tener regulación, ignorando por completo el tema de las altas tarifas.
“Hay preocupación de quienes se dedican de manera profesional, empresarial, al tema del hospedaje de que pueda haber una competencia en condiciones desiguales. Entonces, por estas razones y otras, es que tiene que darse una regulación, se va a dar una regulación”, afirmó Batres en conferencia de prensa en julio pasado.
Ya en diciembre del 2022, la entonces Jefa de Gobierno y ahora postulante a la Presidencia de México, Claudia Sheinbaum, anunció una regulación a Airbnb, pero iba más enfocada a distribuir los hospedajes en toda la Ciudad de México y evitar que hubiera “zonas exclusivas” en que todos los inmuebles fueran alojamientos de la plataforma.
Desde entonces, habitantes de la CDMX y activistas se han esforzado más en evidenciar que medidas como estas no solucionan el verdadero problema de los altos costos de vivienda y renta. Lamentan que el enfoque esté en ofrecer hospedajes más baratos para visitantes sin pensar en alternativas de vivienda para los propios capitalinos.
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