Google está en la mira, una vez más. El titán tecnológico enfrenta una acusación desde 2020 por la poca privacidad que ofrece su navegación privada, el modo incógnito. En Estados Unidos fue demandado porque Google continúa recibiendo datos de usuarios que utilizan la navegación privada. El monto de la demanda es brutal y habla de la firmeza de los demandantes: 5,000 millones de dólares.
La novedad es que Alphabet, casa matriz de Google, ha intentado que la situación vaya a parar a un juicio sumario, es decir, una forma de juicio rápida en la que solo intervienen abogados, se eliminan formalidades de proceso y la estructura, en general, es mucho más breve. La jueza Yvonne Gonzalez (sí, la misma del caso entre Epic y Apple) ha rechazado la posibilidad del juicio sumario.
Google tiene de qué preocuparse
La decisión no llega del todo sorpresivamente. La jueza Gonzalez antes ha dicho que negaría la posibilidad de juicio sumario, lo que ahora pasa es que la decisión se vuelve formal. La jueza ha dicho que Google es responsable por no dejar en claro que la navegación privada no lo es para fines de recopilación de datos para la propia Alphabet. "Al navegar de forma privada, se podría decir que los demandantes han afirmado su expectativa de privacidad. Se invita a Google a presentar el contra argumento en el juicio", dijo la jueza en una cita retomada por el periodista Mike Swift.
Una portavoz de Google ha dicho a The Verge, a modo de defensa, que al inicio de la navegación privada hay un mensaje en el que se lee que los sitios web todavía podrían tener acceso a información de sus usuarios al inicio de la navegación incógnito. En esa página se lee "Chrome no almacenará la siguiente información: tu historial de navegación, cookies y datos de sitios, información introducida en formularios".
Pero la recolección de datos solo es posible vía alguno de los servicios de Google, acusan los demandantes. El conflicto es que Google no aclararía que es la propia empresa la que recopila datos y reconoce la identidad de los usuarios para luego proveerles de anuncios personalizados basados en la información de la navegación privada.
Los demandantes aseguran que el que Google esté recopilando información de la navegación les causa un daño directo. La defensa de Google es que, incluso concediendo que los demandantes tienen un punto en que la empresa no debería de recolectar datos, los usuarios no han sufrido un daño concreto. La jueza Gonzalez no está de acuerdo. Según su argumentación, siempre que hay violación a derechos de privados, incluso los derechos contractuales, hay un "perjuicio de hecho". Bajo esa lógica es que la corte ha enviado el asunto a la instancia definitiva de un juicio.
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