Gerardo Murillo era estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, su papá y su tía vendían tacos de guisado por lo que decidió prepararse tortas para ir a clases, donde se fue haciendo de fama con sus amigos que le empezaron a encargar tortas para ellos.
En una entrevista con VICE, Gerardo menciona que para de 2015 decide dejar la universidad para empezar a vender burritos a sus antiguos compañeros, con el paso de los meses el negocio fue aumentando y comenzaron los pedidos por WhatsApp, haciendo la demanda mucho más grande, en ese momento decidió platicar con un compañero para que le pudiera desarrollar una aplicación que mostrará cuántos burritos tenía y de qué guisado.
Ya son 10 repartidores para cubrir la demanda en todo el día
Cuatro meses tardó el desarrollo de la aplicación que lleva el nombre “El niño de los burritos” apareciendo en marzo de 2017, lo único que se necesita es instalar la aplicación y crear una cuenta, donde se indica la cantidad de burritos y el salón donde se tiene que entregar, en ese momento lograba vender aproximadamente 150 burritos al día.
Pero fue hasta agosto de 2017 cuando una persona publicó en Twitter unas imágenes de la aplicación y el servicio, haciéndose tan popular, que actualmente se venden de 550 a 600 burritos, ya cuentan con ocho repartidores para cubrir todos los horarios, mencionando que la cifra record fue terminar todo el inventario en 3 minutos, aunque para repartirlos pueden llevarse hasta tres horas en total.
En la Universidad Autónoma de Aguascalientes el ambulantaje se encuentra prohibido, pero después de ver el éxito y la popularidad de la aplicación, directivos de la institución se acercaron con Gerardo para mencionarle que no tendrá problemas para vender en las instalaciones.
La aplicación se encuentra disponible solamente para dispositivos con Android, actualmente se encuentra entre las 5 mil y 10 mil descargas, en ella nos aparecerán la cantidad de burritos que quedan disponibles, además de contar con un historial donde se muestren nuestros pedidos con su fecha y precio, además del nombre de los repartidores encargados en cada uno.
Sin duda una historia muy curiosa, en la que una persona con una idea, logró destacar vendiendo comida, con una fórmula que no descartemos se empiece a hacer popular en otras instituciones del país.
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