¿Te acuerdas de los primeros celulares? Más que comunicación móvil, eran símbolo de un nivel social; eran caros, enormes, pesados y la batería duraba lo que un suspiro. Vamos, que tenían de útil lo que una bicicleta para un elefante. Algo así son actualmente los primeros autos eléctricos, en los que dicen que recae el futuro de la movilidad en todo el mundo, pero ¿se puede vivir con uno de ellos... hoy y aquí?
Por una semana nos pusimos al volante del BMW i3, uno de los autos eléctricos más avanzados a la venta en México. Más allá de ser una adaptación de un modelo convencional, fue desarrollado desde cero bajo la idea de ahorrar energía, tanto en su fabricación como en su conducción. Sí, es el coche más hipster que encontrarás en el mercado. ¿Nos acompañas a descubrir por qué?
No es raro, es... diferente
Hay una serie de cosas que no puedes hacer cuando conduces un BMW i3. Una de ésas es cantar o sonarte la nariz con calma, no por otra cosa, pero sentirás las miradas de quien sea que pase a lado de ti, y con justa razón. Visualmente, el BMW i3 no es un auto fácil de digerir, porque su diseño más allá de cumplir con el concepto de innovación que tanto presume la marca, tiene el objetivo de mostrar una mínima resistencia al viento. Hay que ahorrar energía por todos lados, y sin un diseño aerodinámico sería bastante complicado.
Las baterías de éste y de cualquier coche eléctrico son muy pesadas, por lo que cualquier kilo que el BMW i3 pueda ahorrarse es una ventaja. El principal recorte de peso proviene de su carrocería, que está fabricada en plástico reforzado con fibra de carbono, un material muy resiste y ligero. Por su parte, el chasis es fabricado en aluminio —también ligero—, la mitad proviene de latas de refresco recicladas.
Para amantes de los alimentos orgánicos, coches orgánicos
¿Qué puede tener de orgánica la fabricación de un coche? En un principio, poco, pero BMW se ha esforzado lo suficiente para hacer del BMW i3 un auto ecológico desde el momento de su construcción. Por un lado, la tela que reviste los asientos utiliza un 34% de botellas de PET recicladas, mientras que los detalles en piel provienen de cuero de una fábrica de carnes cerca de la planta de BMW en Alemania, pero antes de ser insertado en el i3, pasa por un tratamiento hecho a base de aceite de olivo.
Ahora bien, los "plásticos" que encontramos en el tablero y en los paneles de las puertas más bien son una clase de cartón hecho de una planta llamada kenaf, muy similar al bambú, pero con una vida muy corta, por lo que no se compromete la existencia de esta especie. ¿Quieres más? El coche es 95% reciclable y el 80% de los componentes de aluminio con fabricados utilizando fuentes de energía renovables.
El auto como un gadget
La mejor parte del BMW i3 llega de la mano de la conectividad. El sistema de entretenimiento cuenta con conexión a Internet, por lo que podemos consultar las noticias o nuestro correo electrónico desde la pantalla del tablero, descargar aplicaciones y obtener rutas de navegación que consideran el tráfico en tiempo real y sugieren atajos verdaderamente útiles. Comprobado.
Lo más interesante es que, tras crear una cuenta en BMW ConnectedDrive, puedes descargar la aplicación BMW i Remote a tu iPhone o Android y mirar una serie de datos de la computadora de viaje del coche... dondequiera que te encuentres. Puedes consultar desde cuántos kilómetros quedan de autonomía, el porcentaje de carga de la batería, el estado de las puertas, seguros y ventanas e incluso abrirlos "vía WiFi", también te indica la ubicación de estacionamiento, puntos de carga cercanos y califica la eficiencia de tu conducción.
¿Se puede vivir?
OK. Ya babeamos por su nivel de conectividad y nos sorprendimos por lo orgánico de su fabricación, pero en el mundo real® ¿se puede vivir conduciendo un auto eléctrico? La respuesta corta es sí... si vives o trabajas cerca de una estación de carga y no pretendes jugar al taxista cruzando la ciudad de extremo a extremo.
La marca asegura que el BMW i3 puede recorrer hasta 160 kilómetros con una carga, y quizá tenga razón, pero esto sólo si conducimos todo el tiempo en modo ECO PRO+ que limita la respuesta del acelerador y apaga el aire acondicionado —podemos vivir sin eso— que también es utilizado para refrigerar a las baterías —entonces no podemos vivir sin eso. Por eso prácticamente todo el tiempo condujimos simplemente en modo ECO PRO; la respuesta del acelerador es muy buena (los eléctricos no necesitan revolucionarse para empujar con fuerza) y, si sabemos conducirlo, obtendremos un rendimiento de alrededor de 100 a 110 km por carga.
¿Y cómo se conduce un BMW i3? Pues sin prisa, que no significa ir lento. En cuanto soltemos el acelerador, el BMW i3 empezará a frenar automáticamente para recuperar energía y recargar las baterías. En la medida en que vayamos sacando el acelerador, el BMW i3 irá perdiendo velocidad con menor o mayor rapidez; prácticamente se puede conducir todo el tiempo con un pedal, el freno sólo para emergencias —ya sabes, por si te cruzas con orangutanes al volante, perros distraídos o algo por el estilo.
El gran problema llega a la hora de recargar las baterías. Puedes hacerlo desde la comodidad de tu hogar, pero le tomará 16 horas cargarse al 100%; si quieres "rapidez", tendrás que recurrir a alguna de las estaciones de carga de la ciudad —compartidas con Porsche y Nissan— que, por el momento, son gratis y cargan el i3 en 4 horas. También puedes decidir pagar cerca de 35 mil pesos para instalar tu propia estación de carga en casa.
Vale, quizá es cuestión de organizarse y acostumbrarse a cargar el coche como si cargáramos el celular. La diferencia es que el celular sí lo puedes utilizar mientras lo cargas, pero el BMW i3 no. La marca busca solucionarlo incluyendo tarjetas de regalo de Hertz (renta de autos, ideal también para salir de viaje), de Carrot (renta de autos para uso urbano) y de Ecobici. Movilidad inteligente, sí, pero requiere de paciencia, tiempo y ganas de querer cuidar del medio ambiente.
Cuestión de tiempo
El BMW i3 es, hoy, la mejor propuesta de auto eléctrico en México, y aún así le quedan varios huecos por llenar. Es toda una joya tecnológica en materia de conectividad y de fabricación sustentable, pero le queda todo un camino por delante para mejorar los tiempos de recarga, amortizar costos —está disponible en México desde 699,900 pesos— y, a nivel industria, para traer a México la infraestructura necesaria para que cargar "electricidad" sea tan fácil como cargar gasolina.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com.mx
VER 54 Comentarios