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Sony Xperia XZ1, análisis: el omnibalance en peligro de extinción

Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

Para nadie es un secreto que el famoso omnibalance de Sony Xperia está llegando a su fin, pero antes de su total extinción, le enarbola casi con presunción el Xperia XZ1, uno de los topes de gama del año pasado que llegó a México hace un par de meses.

Los Xperia suelen provocar pasiones, son odiados y amados por igual por su tradicionalista diseño, y aún con esa cruz a cuestas, el XZ1 se las arregla para ser al mismo tiempo el principio del fin de la "estética de caja" y el comienzo de algo nuevo, con tecnologías y funcionalidades dignas de ser objeto de deseo de nosotros, y hasta de sus competidores.

Ahora, tras un par de semanas con él, estamos listos para contarles cómo nos ha ido en nuestra experiencia de uso.

Hablemos primero de los números:

Especificaciones Técnicas

SONY XPERIA XZ1

DIMENSIONES FÍSICAS

148 x 73 x 7.4 milímetros

PESO

156 gramos

PANTALLA

IPS LCD de 5,2 pulgadas

RESOLUCIÓN

1080 x 1920 pixeles (424 ppp)

PROCESADOR

Snapdragon™ 835, GPU Adreno 540

RAM

4 GB

ALMACENAMIENTO

64 GB ampliables vía microSD

BATERÍA

2700 mAh, modo STAMINA y Quick Charge 3.0

CÁMARAS

19 MPX grabación 4K, 960 FPS, Captura predictiva; cámara frontal de 13 MPX

SISTEMA OPERATIVO

Android 8.0 + capa de personalización

CONECTIVIDAD

Wi-Fi 802.11ac, Bluetooth 5.0 y NFC

PRECIO

15,999 pesos

Diseño, (casi) más de lo mismo

Cuando hablamos de un smartphone Xperia, la primera figura que llega a la mente es la de una caja. Una particularmente pesada, de cuatro esquinas y cuatro líneas extra rectas que forman ángulos rectos perfectos. Y sí, casi estaríamos hablando del XZ1.

Pero que su robustez no engañe a nadie; el equipo tiene la palabra "elegancia" estampada en todos lados.

En el extremo superior y en el inferior nos encontramos con superficies que sobrepasan los límites anverso y reverso del teléfono. En el superior, los defensores del miniplug 3.5 estamos contentos de encontrar la entrada respectiva, mientras que en el polo sur nos encontramos con entrada para USB Type-C.

En el costado izquierdo nos topamos con la bandeja que contiene el espacio donde habrá que colocar la microSD si se desea, así como una pequeña ranura para la SIM que podría convertirse en la peor pesadilla para los impacientes como yo, pues sacarla requiere de algunos milímetros extra de uña, y algo de pericia, que, eso sí, tras conseguir ejecutar la operación por primera vez, se obtiene muy rápidamente.

Cero sorpresas en el costado derecho, en donde nos topamos con los botones de volumen, la tecla de encendido y bloqueo que Sony ha reutilizado como bien sabe el seguidor de Xperia, para contener el sensor de huellas dactilares, y por último, el botón estandarte de los teléfonos Xperia: el exclusivo para acceder a la cámara y tomar fotos.

Por otro lado, la firma nipona ha encontrado una solución muy elegante para sus antenas, que ahora forman parte, de la estética del teléfono. Se dejan ver en una especie de rectángulos, dos en el lateral izquierdo, cada uno en los extremos sur y norte del teléfono, y un tercero en el lateral derecho en la parte superior.

Pese a ser tremendamente vistosos, no rompen en ningún momento con la estética del smartphone, por el contrario, le completan elegantemente.

Ahora, las sorpresas son pocas, y por lo mismo, muy notables.

En cuanto al sentir de la mano, me declaro culpable de ser fan de los teléfonos chicos. Aquí afectará mi prejuicio por las phablets, pero es que qué comodidad cargar y ocupar un teléfono que puede manipularse, casi por completo, con una sola mano. El metal, sólido a la mano, podría ser ligeramente peligroso para las manos más descuidadas, pero el tamaño del móvil contrarresta el efecto y le hace difícil de escapar a la mano.

En la naturalidad con la que se le toma, probablemente influye uno de los cambios más notables que tiene respecto al XZ Premium: la tapa del reverso derecho no termina al llegar a los laterales, en vez de ello, toma una curva cuando pareciera que acaba y se transforma en los propios costados.

Como resultado, tenemos un teléfono que luce mucho menos agresivo en su parte trasera, y que abona a hacerlo pasar no como una barra de metal, sino como un dispositivo más órganico al agarre. ¿Por qué nos hiciste esperar tanto para esto, Sony?

Desde luego, tenemos que hablar de los bordes frontales. Abismales como ellos solos (y claro, los del resto de la familia Xperia), son tan escandalosos que han generado disputas familiares y han roto amistades. Repudiado por detractores pero amados por los Xperia lovers no podrían ausentarse de este teléfono, que tiene estampado en todo él, el omnibalance.

Si pudiéramos doblar el teléfono a nuestro antojo, veríamos que encaja casi por todos lados. La simetría siempre ha sido prioridad de la casa.

Dos bocinas, de igual tamaño, se aprecian en su frente, custodiando al cuidadosamente centrado panel de 5.2 pulgadas, que de por sí ya es acompañado de márgenes laterales, no enormes, pero sí más grandes de lo que la tendencia de smartphones de gama alta indica.

Solo cuatro elementos rompen con la simetría en el posterior de este teléfono: un brillante indicador led de notificaciones ubicado muy cerca de donde inicia el costado izquierdo, el sensor de proximidad, la cámara frontal, y el nombre de la marca que parece haber sido colocado ahí con pinzas.

Si sumamos todo, el XZ1 podría haber sido diseñado por un obsesivo compulsivo embelesado por el orden, la rectitud y la simetría. Sí, el omnibalance.

Impresionante performance, notable calentamiento

Ah, el calor, ideal para las vacaciones y profundamente molesto cuando se siente en el reverso de tu teléfono. Es un fenómeno bien conocido por quienes hemos ocupado por grandes jornadas de un teléfono Xperia, exprimiéndole todo su ser al GPU y al nada envidiable Snapdragon 835 que vive en su interior.

Sin embargo, el calor sigue siendo una constante. Tampoco es que reluzca cada vez que uno hace uso del equipo, aunque se trate de jornadas largas, pero sí es frecuente cuando se utilizan las aplicaciones que más poder de procesamiento requieren, como el video a 960 FPS (que en un rato vamos para allá) y el modelado 3D (ídem).

Si dejamos aparte el sensible tema con los detalles comentados, nos encontramos con un smartphone en donde prevalecen las animaciones rápidas y los tiempos de carga mínimos, casi inexistentes. Un usuario que no busque una máquina de procesamiento quedará encantado con el móvil, y el que quiera mantener decenas de apps abiertas al tiempo que utiliza la cámara, atiende una llamada y abierta la multitarea, podría arquear las cejas en un momento o dos, pero nada que pueda traducirse en una considerable molestia.

Para los que gustan de los datos, un Snapdragon 835 le da vida al XZ1, un muy bien conocido en el que ha sido usado el proceso de fabricación de 10 nanómetros, que llegó prometiendo mejoras energéticas con ahorros de hasta 40 por ciento y un desempeño hasta 27 por ciento mejor que su antecesor.

Con base en un test realizado con la app de AnTuTu V7, el performance alcanzó un total de 144042 puntos.

Un último (y amargo) apunte aquí. En alguno de los días que tuve el smartphone, súbitamente murió, por aproximadamente tres horas. Jamás me lo expliqué. Tenía una carga de cerca del 90 por ciento, y de repente la pantalla se apagó, las notificaciones dejaron de llegar, y la luz led tampoco respondía tras presionar el botón de encendido y apagado. Una verdadera historia de terror.

Mi pensamiento inicial fue que se trata de un asunto de hardware, lo que me dejaba con un bonito y costoso pisapapeles en mi escritorio. Sin embargo, aproximadamente a las tres horas regresó en sí, como si nada hubiera pasado. Un tremendo susto que me dejó un sabor de boca nada placentero.

Pantalla y sonido, el culmen del multimedia

Los Xperia son un grandioso centro multimedia. Entre la adecuada reproducción de colores, vibrantes por sí solos pero sin caer en la sobresaturación, son minipantallas ideales para consumir video, y su sonido, desplegado por la doble bocina al frente, es tan fuerte como para llamar la atención de hasta el más ensimismado en su celular que está en el otro extremo del transporte público.

Su pantalla LCD hace que que no extrañemos tanto el OLED. Honor a quien honor merece, aquí la tecnología Triluminos del modo estandar es el responsable, pues nos entrega una amplia gama de colores presentados en pantalla. Por si alguien no está contento con la gama de color, puede elegir el modo profesional que usa la gama de colores sRGB, y una tercera opción que sobresatura los colores y fuerza la aparición de blancos y negros a la menor provocación.

Los ángulos de visión responden bien. No nos salvamos de la variación de tonalidades de los colores en pantalla, pero sí es cierto que hay que girar bastante el equipo para que comiencen las distorsiones. Con estas condiciones, desafortunado es que contemos con un aprovechamiento de pantalla tan pobre. De nuevo, no es ninguna sorpresa por tratarse de un Xperia, pero sí hace notar que el diseño, conservador y tradicional de la firma japonesa, se contrapone al consumo más óptimo de multimedia.

La resolución de la pantalla siempre es materia de conversación. Aunque no nos topamos con un QHD+, a las 5.2 pulgadas de panel no le cae nada mal el FullHD. Aunque como siempre, hablamos de gustos, mi ojo no me ha pedido más de los 424 ppp que tenemos aquí.

En el apartado de audio nos encontramos con el tradicional ajuste para audífonos de Sony, en donde el audio puede configurarse para escucharse a modo de un estudio, un club o incluso un concierto. Sino son suficientes tenemos acceso a 8 preconfiguraciones en el ecualizador de cinco bandas, que cuenta con un nivel adicional destinado únicamente a todas las frecuencias bajas.

Para los verdaderamente melómanos aún se trata de una gama de opciones que podría quedarse corta. Para ellos Sony añade la función DSEE HX que tiene un propósito muy especial: otorgar mayor profundidad al rango dinámico de un audio de música comprimido, para así obtener una calidad muy cercana al hi-res.

Sobre el brillo, como suele suceder, nos encontramos con un control automático que poco aporta y más bien estorba al momento de elegir el nivel más adecuado, el resultado es mucho brillo cuando el entorno es muy oscuro, y un nivel intermedio para condiciones de mucha luz en exteriores. Sí en vez de ello optamos por el manual, no podemos configurar un brillo que en su máximo nivel soporta el rayo del sol y hace que la pantalla sea visible sin problemas. No obstante, el menor nivel de brillo puede resultar aún ligeramente fuerte para condiciones de total oscuridad, sobre todo al desplegar blancos en la pantalla, como en la apps de Facebook o Twitter sin activar el modo nocturno.

No podemos dejar pasar que la barra de navegación no tiene integración en hardware, por lo que debemos desplegar la barra directamente en la pantalla. Aquí depende de gustos, pero es inevitable que al utilizar estos botones perdamos algunos milímetros más en el inferior.

Una batería agridulce

Cuando comencé a utilizar el Xperia XZ1 no tuve ningún problema con la batería. Por días enteros me era suficiente para aproximadamente día y medio, sin necesidad de utilizar el modo STAMINA. Así, podía despreocuparme de cargarlo por la noche y solo a mediados del día siguiente conectarlo por un corto periodo de tiempo, pues su carga rápida hace que en una hora se cargue poco más de la mitad de los 2,700 mAh.

Pero todo cambió cuando lo convertí en mi teléfono principal.

Entre las apps preinstaladas y las descargadas, hay 208 aplicaciones en el XZ1 objeto de prueba, y vaya que han recortado su vida. En un día de mucho uso (como aquel en el que salió el último trailer de Infinity War, que costó varias reproducciones y un tiempo considerable del panel encendido), la vida de la batería alcanzó cerca de las 11 horas. Cuando su uso es menor, la pila alcanza hasta las 15 horas, un tiempo decente que se alarga si no se tienen muchas aplicaciones operando en segundo plano.

Sin embargo no he podido dejar de extrañar una mayor holgura en batería, sobre todo cuando caía en cuenta que estaba en uso de uno de los dispositivos insignia de Sony cuyo lanzamiento sucedió hace (bastante) menos de un año.

Las cámaras principales de un solo sensor aún lo tienen

Hubo decepción cuando se supo que el XZ1 no llegaría con doble sensor en el apartado fotográfico trasero. Pero las dudas han quedado disipadas, los mecanismos unisensor aún son suficientes, cuando menos, para una gran parte del mercado, en el cual me incluyo.

Bajo condiciones de mucha luminosidad la cámara tiene un desempeño excepcional y no podría ser de otra forma pues la apertura del lente con f2.0 no es poca cosa. La reproducción de colores es acertada en la mayoría de los casos, salvo algunas excepciones en donde se percibe una ligera sobresaturación en los colores. Eso sí, el rango dinámico aún puede mejorarse, toda vez que comparándole con un Galaxy S9, este último alcanzó a capturar algunos colores que la cámara del XZ1 no.

Para ser justos la diferencia es mínima, y como prueba, acá algunas de las fotos capturadas con el teléfono Sony:

Es precisamente en esta última imagen donde se percibe una de las grandes deficiencias de la cámara. La pérdida de detalle. Particularmente la nitidez se ve castigada en condiciones de baja luminosidad o en contraluz. Si se acerca a los detalles de las jacarandas podríamos encontrar no solo falta de claridad, sino también un contraste forzado, que hace lucir bien a la imagen si se le ve de lejos pues hace que el contraluz luzca, pero en contraparte, el verdadero color es el que paga el precio.

Aquí algunas fotos con el mismo problema.

En donde la cámara realmente brilla es en las fotos macro, en donde el lente de 25 mm le saca provecho a su mínima distancia focal. Nuevamente al trabajar sin contraluces o evadiendo condiciones de poca luminosidad, el sensor Exmor RS de 19 MPX cumple al presentar colores vivos y brillantes.

**

En la cámara frontal hemos podido percibir los mismos vicios. Desde la pérdida de nitidez hasta la aparición de grano, todo está ahí, aunque, por la función que cumple, menos demandas atiende, y por lo tanto los fallos que le hemos encontrado son menores. Con todo y todo, el gran angular de 25 milímetros y 13 MPX, está lleno de potencial para los amantes de las selfies.

Como las selfies suelen tomarse de forma vertical, aquí es donde el tradicional botón de cámara ubicado en el extremo derecho inferior poco ayuda, pues el pulgar se posiciona naturalmente a la mitad del teléfono. Aquí comenzamos a extrañar el uso de los botones de volumen como obturador.

Pero para ser justos, cuando una foto es tomada en horizontal, ya sea con la cámara trasera como con la delantera, entendemos el por qué preservar el tradicional botón de Sony, facilita la toma, mejora la comodidad, y el riesgo de que se caiga el celular es mucho menor si se le compara con un teléfono con el que hay que maniobrar para que el pulgar llegué al obturador que está en pantalla. Unas por otras.

Economía de clicks

Podría no ser la opción más intuitiva, pero se agradece que se necesitan muy pocos clicks para llegar hasta al ajuste más escondido de la cámara. Casi sin secretos, como quien no quiere esconder nada, así es la interfaz de la cámara del Xperia XZ1, que ayuda a evitar que los más desidiosos terminen huyendo de picarle a las configuraciones por el hartazgo que produce tener demasiados menús.

Al abrir la cámara tres menús aparecen ante nosotros, el modo manual para fotografía, el modo automático superior, y finalmente el modo video, cuya interfaz vemos en la siguiente imagen en ese orden.

Hay que subrayar que en el modo manual tantos parámetros como se quieran pueden ajustarse al mismo tiempo en su valor automático, o bien, asignándoles el valor que nosotros queramos. Deslizar el dedo hacia la izquierda presenta el modo automático superior, y otro scroll nos hará llegar al modo video.

Hay que agradecer que Sony no haya incorporado un nuevo modo tan solo para el modo de 960fps, el cual podemos encontrar en el botón que está a lado del obturador en el modo video.

A estos tres modos le sigue una última pestaña en la interfaz, en donde pueden encontrarse los filtros que Sony tiene por default, el modo panorámico, el modo de realidad virtual que añade stickers al tomar una selfie, así como otras aplicaciones que descarguemos que hagan uso de la cámara.

Pero la verdadera economía de clicks luce en los settings de cada modo, en donde están todas las opciones que podríamos necesitar. En el modo manual podemos activar o desactivar el HDR (disponible solo para este modo), activar la captura automática con la detección de sonrisas (que funciona muy atinadamente), y desde luego ajustar la resolución y seguimiento del objeto a capturar.

Sobre velocidad de obturación el modo manual presenta una máxima de 1 segundo y una mínima de 1/4000. Mientras el ISO empieza en 50 y llega hasta 3200.

En el modo automático superior aún podemos jugar con el color y el brillo, así como activar o desactivar la captura predictiva. También aquí encontramos la función de seguimiento de objeto.

Finalmente en los ajustes del modo video puede establecerse la calidad del material, entre cuyas opciones encontramos VGA, HD, Full HD a 30 y a 60 cuadros por segundo y por último 4K.

Tenemos que hablar de la cámara lenta

El XZ1 ha hecho especial énfasis en su cámara que es capaz de grabar en 960 cuadros por segundo a 720p, una funcionalidad que ya le conocíamos al XZ Premium y desde luego al Galaxy S9.

Pocas variantes encontramos al contrastar esta cámara con la del XZ Premium. El efecto hace que los movimientos más naturales alcancen tonos dramáticos espectaculares, cosas tan sencillas como prender un encendedor.

O el movimiento del agua en una fuente.

Eso sí, necesitamos de condiciones de abundante luz, pues a su falta, aunque sea mínima, el grano comienza a aparecer, estropeando fácilmente el video. Como prueba, este material obtenido capturando una fuente de noche, primero en el modo normal de video, y después utilizando la funcionalidad de los 960 fps.

Un breve apunte antes de archivar este tema. La ráfaga de 960 cuadros por segundo se realiza cuando un video ya está siendo capturado, y para iniciarla se necesita que el usuario toque el obturador. El cómo funciona tiene sus contrastes. Por un lado nos da total control para seleccionar el momento en que comienza a grabar en cámara lenta, pero por otro, la ráfaga dura muy poco tiempo, por lo que necesitamos un importante nivel precisión.

Si presionamos el botón que activa los 960 cuadros por segundo muy deprisa, es muy fácil que nos perdamos de la acción, pues al concluir, no puede iniciarse una segunda ráfaga inmediatamente después, sino que hay que esperar entre tres y cinco segundos para volver a iniciarla. Segundos tortuosos, si es que uno se ha percatado de su error.

Un modelado 3D que nos hace sentir en los 90

Sony ha hecho especial hincapié en la función de modelado 3D del XZ1. Estamos hablando de un mecanismo de captura en 3D de alimentos, rostros, cabezas, y cualquier otro tipo de objeto.

Para el modelado se necesita de la cámara trasera y algo de paciencia. Cerca de 2 minutos nos ha tomado capturar una cabeza, para lo que el sujeto debe posicionarse en un lugar con abundante luz y mantenerse quieto, como si su vida dependiera de ello. Todas las instrucciones están ahí, es muy fácil seguirlas a lo largo del proceso, que consiste básicamente en ir y venir rodeando lo que se captura apuntándole con la cámara del XZ1.

Los resultados son curiosos. Concretar en digital un objeto o rostro nos hace sentirnos en el futuro, pero el resultado del escaneo nos devuelve a la normalidad, con avatares que parecen salir de videojuegos de principios de este milenio. Eso sí, en la calidad final del escaneo influyen mucho factores como la iluminación y el movimiento del sujeto, pero en términos generales aún lucen pixeles que deforman el objeto original.

Los escaneos pueden compartirse a través de Facebook, en imágenes en 3D. Con base en los escaneos de rostro y cabeza También pueden crearse avatares que se mueven y bailan con ayuda de realidad aumentada, e incluso pueden generarse stickers en 2D para compartir el archivo de manera más sencilla. Todo un bacanal para los creadores de memes.

Finalmente hay que destacar que se trata de una tecnología incipiente, muy poco útil para otros fines que no sea el de generar memes, pero cuyo principio podría valer para mucho más en el futuro. ¿Alguien dijo hologramas?

El precursor de la era Oreo

Qué agradable ser el primero, en lo que sea. Es como si el XZ1 pareciera saberse el primero en el mercado con Android Oreo, y se pavonea con una lucidez en su desempeño que es de admirarse. Desde la multitarea, hasta una muy fácil administración de los permisos de las apps, Android Oreo está ahí.

Sin embargo, no podemos dejar totalmente de lado que las aplicaciones incluidas en la capa de personalización no son pocas, y vuelven a obstaculizar una experiencia de uso totalmente órganica. En más de una ocasión me he preguntado si alguien utiliza 'whats new', 'movie creator' o 'lounge', pero tan solo por la mera insistencia de conservarles con vida, me hace pensar que allá afuera existen usuarios de Sony muy contentos con ellas.

Mientras tanto, al no conocerles, no puedo más que expresar mi amargura por aplicaciones que no he solicitado, y desear que poco me cruce con ellas y ellas conmigo.

La opinión de Xataka México

El XZ1 es un impresionante centro multimedia, con claroscuros en el rendimiento para los usuarios más exigentes, y una batería dispuesta a poner en apuros a más de uno. Pocos cambios de diseño se han hecho a la fórmula de la familia Xperia, y quizás, se trate de un equipo que marcará el final de una era en la estética de los equipos de la firma nipona, puesto que su sucesor, el XZ2, apuesta por una propuesta renovada de diseño.

El agarre destaca. Pese a que muchos lo considerarían como un teléfono fácilmente resbaloso, su tamaño, perfecto para la manipulación con una sola mano, brinda una seguridad para sujetarlo que cada vez menos teléfonos ofertan.

Nos encontramos con una cámara sobresaliente en condiciones de mucha luz, con colores que en la mayoría de los casos, representan lo que verdaderamente está a cuadro. En cuanto al video, el XZ1 es la promesa del comienzo de muchas cosas, desde un video capturado a 960 cuadros por segundo que se vea impresionante en condiciones de mucha y poca luminosidad, hasta un modelaje 3D que verdaderamente nos haga sentir en el futuro.

Con todo y todo, el XZ1 es un dispositivo que seguramente será ampliamente bien recibido por los heavy users de la marca toda vez que le es deliberadamente fiel a sus raíces. Quien privilegie la simetría en su equipo, no tenga ningún problema con los amplios marcos y suela ser enamoradizo con los teléfonos considerados "pequeños" bajo los estándares modernos, ¡felicidades! Ha encontrado un espectacular teléfono con potencial de ser el nuevo mejor amigo de su mano.

9.0

Diseño 9.0
Pantalla 9.5
Rendimiento 8.75
Cámara 8.75
Software 9.5
Autonomía 8.5

A favor

  • Impresionante pantalla. Colores vivos que la convierten en ideal para ver videos.
  • Una cámara sin pretensiones, que cumple con la mayoría de los usos para los que se le requiere.
  • Un diseño elegante, comprometido con perpetuar la tradición estética de Sony

En contra

  • Una batería que bajo condiciones adversas, puede que no llegue al final del día.
  • El poco aprovechamiento de pantalla que le impide ser el centro multimedia definitivo.

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