Samsung se ha ganado un importante lugar en el mercado de smartphones en México. Esto lo ha logrado con un amplio catálogo de teléfonos con los cuales trata de cubrir un modelo específico para cada bolsillo mexicano.
Pero aún cuando sean las gamas medias las que les ofrecen mayores beneficios, la gama alta es la que marca su ritmo de innovación y con la que pretende sacar el pecho frente a la competencia.
Hace unos meses la firma surcoreana trajo los que serán sus mayores exponentes en el mercado durante la primera mitad de 2018, los Galaxy S9. Sé que estos smartphones ya llevan un rato en el mercado, pero no quise perder la oportunidad de compartirles mi experiencia al usar uno de los modelos como mi teléfono principal.
Sin más, aquí mis conclusiones tras usar por unas semanas el Samsung Galaxy S9.
Especificaciones técnicas
Si nos siguen seguro se saben de memoria cada una de las especificaciones de este teléfono, sin embargo, creo conveniente compartir una tabla en la que se resuma las características del modelo que se vende en nuestro país:
Galaxy S9 | |
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DIMENSIONES FÍSICAS | 147.7 x 68.7 x 8.5 milímetros |
PESO | 163 gramos |
PANTALLA | superAMOLED 5.8 pulgadas |
RESOLUCIÓN | 1440 x 2960 pixeles |
PROCESADOR | Snapdragon 845 Octa-core |
RAM | 4GB |
ALMACENAMIENTO | 64GB CON ampliación vía microSD |
BATERÍA | 3000 mAh |
CÁMARAS | 12 megapixeles, frontal 8 megapixeles |
SISTEMA OPERATIVO | Android 8.0 Oreo |
CONECTIVIDAD | WiFi 802.11 b/g/n/ac, 4G LTE, Bluetooth 5, GPS, NFC |
PRECIO |
Ahora, un unboxing en video:
Diseño: si funciona, déjalo como está
Han sido incontables las veces que he escuchado la expresión "si funciona, ni le muevas", aunque nunca la había querido usar, hasta hoy. El Galaxy S9 es una actualización menor, en cuanto a estética y diseño, respecto al Galaxy S8 del año pasado. Esto no es necesariamente malo.
Metal y cristal son los materiales protagonistas, mientras las curvas (tanto delanteras como traseras) son las principales claves de diseño. El Galaxy S8 me pareció un smartphone con diseño espectacular, y al no haber grandes cambios, mi sensación con este modelo es idéntica.
Lo mejor es que Samsung se atrevió a escuchar las críticas del año pasado: por fin movieron el sensor de huellas a una posición más cómoda y se atrevieron a incorporar altavoces estéreo.
De ahí en fuera el hardware se mantiene en la misma posición. Tenemos un sensor fotográfico en la parte trasera junto a un flash LED, sensores para medir el pulso y el oxígeno en la sangre (Sp02); un USB Type C, jack de audífonos y altavoz en la parte inferior; botón de encendido al lado derecho, volumen y uno dedicado a Bixby al izquierdo; y un micrófono y bandeja para nanoSIM/microSD del lado superior.
En el frontal, además de estar los sensores de reconocimiento de iris, cámara frontal y altavoz, destaca ese enorme panel de 5.8 pulgadas metido en un cuerpo de solo 147.7 x 68.7 milímetros.
Aunque seré sincero, lo que me sigue sorprendiendo del diseño no es ese aprovechamiento del frontal (que ronda los 83.6%), sino esas curvas en los laterales. Sé que su implementación es un mero capricho estético, pues en funcionalidad aportan poco, pero después de varias generaciones sigue siendo un punto de atracción de miradas.
Pude manejar el Galaxy S9 con una mano sin problemas, pero repite los pecados de la mayoría de teléfonos fabricados en cristal: es resbaladizo y un imán de huellas dáctilares, aunque son menos notables en el color de la unidad que estuve probando.
El cristal que monta, tanto en la parte trasera como en el frontal, es Gorilla Glass 5. Después de usarlo no noté ningún rayón. Estoy seguro que resistirá alguna caída, pero no soy alguien que ande aventando el móvil a diestra y siniestra, así que no pude comprobarlo.
Sobre el peso no hay sorpresas, tiene unos gramos más respecto al Galaxy S8, pero son imperceptibles, igual que los menos que tiene si lo comparamos con otros gama alta, como el iPhone X o el P20.
Pantalla: Samsung sigue insuperable en el mercado de pantallas
Para nadie es una sorpresa que Samsung es uno de los fabricantes de paneles AMOLED de referencia. Y claro que esto lo demuestran en cada teléfono de gama alta que sacan al mercado.
El Galaxy S9 cuenta con un panel con tecnología superAMOLED de 5.8 pulgadas, con resolución de 1440 x 2960 pixeles, un aspecto 18.5:9 y una densidad de 570 pixeles por pulgada.
Lo mejor es que no solo son cifras que Samsung puede presumir en una folleto promocional, sino también en la práctica. El panel tiene buenos resultados en la mayoría de apartados: niveles de brillo, nitidez, reproducción de color y contraste (de hecho tiene contraste infinito por la tecnología del panel).
La imagen de la izquierda muestra cómo están arreglados los pixeles individuales del panel. Samsung llama a este arreglo Diamond Pixels, ya que los pixeles rojo y azul tiene una forma de diamante para maximizar el empaquetado y lograr una densidad (ppi) mayor. Vía Display Mate.
Quizá una de las únicas quejas es que bajo ciertos ángulos de visión notamos unos blancos que se tornan azules, aunque no es algo que me haya arruinado mi experiencia ya que son posiciones en la que casi nunca, o mejor dicho nunca, ocupé el móvil.
Como viene siendo habitual en los teléfonos de última generación, en configuración tenemos opciones para personalizar y elegir perfiles de color de acuerdo a nuestros gustos y necesidades.
De serie vendrá activado el modo 'Pantalla adaptable', el cual optimizará de forma automática el rango de color y su saturación de acuerdo al ambiente en el que estemos y al tipo de contenido que se consuma. Aquí mismo podremos elegir entre una temperatura más fría o cálida o niveles específicos de cada canal RGB.
También tenemos dos modos más en esta configuración de color: uno llamado 'Cine AMOLED' que ocupa el 100% del espacio de color DCI-P3 (popular en la industria del cine), y otro llamado 'Foto AMOLED' que baja la saturación y trata de acercarse (con un 98% de precisión) al estándar de color RGB de Adobe.
La verdad es que en los días que lo usé estuve pasando entre todos los modos para probar cuál se adaptaba más a mis necesidades, pero al final me quede con el 'Pantalla adaptable' con un ajuste de temperatura un poco cálido.
Por cierto, en la configuración de pantalla también podemos seleccionar entre diferentes tipos de resolución, esto por si nos interesa ahorra batería. De nuevo el equipo viene configurado en resolución FHD+, pero podemos subirla a WQHD+ o bajarla a HD+. Y sí, entre las tres noté diferencias. Aquí la decisión de optar por una u otra se basa en qué tanto queremos ahorrar batería sacrificando una poca, o mucha, nitidez.
Rendimiento: el adiós a Exynos en México
Samsung ha hecho un cambio interesante con la versión del Galaxy S9 que comercializa en nuestro país, este año optaron por vender unidades con el Snapdragon 845 y no con Exynos.
Las razones de esta decisión no las sé, al menos no de manera oficial, pero prácticamente no hay diferencias notables entre ambas versiones. Es decir, no hay ningún juego ni aplicación que amenace su rendimiento.
En la unidad que probé, el Galaxy S9 "normal", tenemos 4GB de RAM que en ningún momento sentí que tuvieran dificultades ni para ejecutar apps con rapidez, ni para la multitarea. Para quien esté interesado en benchmarks, en AnTuTu obtuvo 263416 puntos.
Aprovecho este apartado para hablar del almacenamiento. Cuenta con 64GB, de los cuales unos 11GB los utiliza el sistema. Claro que si lo que sobra se nos hace poco, podemos optar por una tarjeta microSD, soporta de hasta 200GB.
Batería: punto pendiente que no sabemos si mejorarán
Ya estando en esto del rendimiento, me parece correcto hablar de su batería. Aquí encontramos una con 3000 mAh de capacidad, es decir, una idéntica al modelo del año pasado y dentro del estándar de la gama alta actual.
Desgraciadamente estar dentro del estándar en capacidad se traduce estar en el estándar de autonomía. Pude usar el Galaxy S9 por una jornada laboral sin problemas, pero no más. Es decir, terminé el día con un 15% de batería restante, el cual de forma inevitable se terminó en la noche.
Afortunadamente se compensa con el sistema de carga rápida. Con el cargador y cable incluidos puede almacenar del 0 al 100% en aproximadamente hora y media. Curioso que cuando conectamos el cargador nos indique con texto el tiempo restante que queda de carga.
Sonido
El sonido ha recibido su actualización puntual en este Galaxy S9, por ello merece su sección aparte. La mayor novedad, además de que no se olvida del jack de 3.5 mm., es que cuenta con altavoces estéreo.
Este par de altavoces se complementa con la tecnología Dolby Audio, la cual puede ajustar el sonido dependiendo de si estamos escuchando música o viéndo una película. El software detectará automáticamente el contenido para que todo "suene" mejor.
El sonido de los altavoces es bueno, tenemos una buena intensidad y calidad. Además, aún subiéndo el volumen al máximo no noté ninguna distorsión. Sobre Dolby Audio: sí hay claras diferencias al activarlo, principalmente respecto a la potencia.
También tenemos otras opciones de configuración: presets de ecualización, un ecualizador totalmente manual (avanzado) y otro más básico en el que podemos seleccionar si queremos más bajos o agudos y si queremos darle más protagonismo a los instrumentos o la voz.
La experiencia con los audífonos —VUELVO A REPETIR, SÍ HAY JACK DE 3.5 MILÍMETROS— es notable. Aunque lo que más agradezco es que se incluyan unos audífonos de una calidad por encima de la media. Por buscarle un "pero" a éstos sería su diseño: los audífonos de tipo in-ear no son del gusto de todos.
Biometría: el dedo, la cara o los ojos
Para la seguridad tenemos varias opciones. Una es el clásico sensor de huellas, que como hemos dicho está en una mejor posición respecto a su antecesor, otra es el reconocimiento de iris y tenemos una última: reconocimiento facial.
El sensor de huellas funciona como uno espero en la gama alta, aunque está demasiado pegado a la cámara y algunas veces se complica encontrarlo. Eso sí, no es el más rápido del mercado (y menos si lo comparamos, por ejemplo, con equipos de OnePlus o Huawei), así que Samsung tiene una asignatura pendiente para mejorar en su próxima generación
Sobre el reconocimiento de iris y facial. Por separado ambos funcionan a medias, ya que bajo situaciones donde la luz es complicada, es difícil que los sistemas acierten.
Aquí la opción más interesante, o al menos la que me funcionó a mi, es el 'Escaneo Inteligente' el cual combina información del iris y del rostro para identificarnos. Es efectivo, pero no el más rápido.
Cámara: difícil superar a una excelente cámara de 2017
A todos nos queda claro que la cámara del Galaxy S8 ya era buena, diría que muy buena para las fechas en las que salió al mercado. Así que Samsung tenía una difícil tarea con el Galaxy S9: superar los resultados que vimos con su buque insignia de 2017.
¿Cuál es la propuesta? un nuevo sensor con mejor procesamiento de imagen y apertura variable. Podríamos considerar a éste como el primer smartphone con un sistema físico para cambiar entre dos aperturas, f/1.5 y f/2.4, como si de un lente tradicional se tratase.
El GIF anterior (vía PetaPixel) muestra cómo funciones el sistema de apertura variable. |
Una vez abrimos la cámara aparecerá de forma predeterminada el modo automático, el cual no nos dejará elegir la apertura de nuestra preferencia. Es decir, la elección de una u otra dependerá directamente de la escena que estemos capturando y, principalmente, de qué tanta iluminación haya.
Si es un escenario obscuro se disparará con f/1.5, si hay luz abundante con la f/2.4. En general, obtenemos muy buenas fotos con el teléfono, aunque esto ya no me sorprende, siendo un buque insignia es lo menos que espero por saber cuánto se paga por él.
Con luz suficiente las fotos siguen con ese toque característico de Samsung, ligeramente saturadas y con tonalidades algo cálidas. Cuando la luz es poca, también obtenemos interesantes capturas, aunque después de haber visto lo que logra el P20 Pro, a mi parecer ya que queda un paso abajo.
Para ver las diferencias entre el cambio mecánico de aperturas tuve que ir al modo Pro, el cual deja elegir entre capturar con f/1.5 o f/2.4. Lo malo es que la diferencia entre ambas aperturas no se nota, y menos cuando son fotos de un plano general.
Sin embargo, con un primer plano sí se notan diferencias, pequeñas, pero las hay. En este caso noté un mayor desenfoque del fondo usando la apertura f/1.5, beneficiando así a las fotos macros. De hecho si van a hacer una foto un macro, recomiendo usar el modo Pro y disparar con la apertura más grande (f/1.5).
Además del modo Pro, que nos permite ajustar la mayoría de parámetros de la captura de forma manual, tenemos otros modos, como el enfoque selectivo. Cabe destacar que en el Galaxy S9 no hay segundo sensor, pero vía software puede simular un efecto bokeh de algún retrato u objeto.
Este modo, que en otros smartphones conocemos como "modo retrato", carga con los mismos pecados de la mayoría de móviles, solo cuando hay buena luz obtenemos el efecto y el sujeto debe tener los contornos bien definidos para que se detecte con exactitud la profundidad.
La cámara frontal no tiene sorpresas, es un teléfono de gama alta así que aún con condiciones de baja luminosidad podemos obtener fotos decentes, pero nada sorprendente. Esta también tiene efecto bokeh, que llaman 'Foco selfie', pero sus resultados son sumamente artificiales, con una peor selección del contorno que el de la cámara principal.
En el apartado de video nos quedamos con un modo a resolución 4K a 60 cuadros por segundo, que obtiene videos realmente buenos cuando hay suficiente luz. Si bajamos de resolución a 1080p podemos capturar imágenes en cámara lenta a 240p, igualmente con una calidad interesante.
Pero en este apartado la novedad se llama 'Cámara súper lenta', si bajamos la resolución a 720p podemos hacer vídeos a 960 cuadros por segundo. Sobre el papel suena a una idea brillante, pero sobre la práctica los resultados no son tan buenos.
El principal problema es que tenemos que contar con suficiente luz, para que el video salga lo menos pixeleado y obscuro posible. Lo bueno es que en este modo Samsung nos da dos opciones de captura: manual, elegimos exactamente el momento donde queremos que se capture la cámara lenta; automático, cuando el software detecta movimiento éste se capturará en cámara lenta.
Por cierto, también tenemos AR Emoji, una función para crear avatares virtuales a partir de una foto, o animar animales a partir del seguimiento de 100 puntos en nuestro rostro. No me atreveré a decir que deberían ser útiles, los animojis del iPhone X son inútiles, pero al menos Samsung pudo hacerlos graciosos o divertidos, pero no, sino todo lo contrario.
Software: nunca veremos Android puro, y nunca nos desharemos del bloatware
Estamos lejos, lejísimos, de que Samsung le diga adiós a su capa de personalización. Así que en este Galaxy S9 nos tenemos que conformar con una completa personalización de Android con un montón de apps preinstaladas y funcionalidades añadidas.
Por fortuna Samsung sigue poniendo a punto su Samsung Experience, optimizando su funcionamiento para que el terminal corra lo más fluido posible y no haya tropezones en el día a día.
Tenemos todas las funciones de Android 8.0.0 Oreo, las cuales se complementan con algunos añadidos interesantes de Samsung. Como la operación con una sola mano, los gestos en el sensor de huellas o el 'Dual Messenger' que duplica alguna app de red social o de mensajería para tener dos cuentas diferentes.
Otra funcionalidad útil, que de hecho hereda de sus antecesores, es Always On, con la que puede mostrar contenido en pantalla en escala monocromática, sin necesidad de encender todo el panel. Útil si lo que queremos ver es solo la hora o la llegada de nuevas notificaciones.
Si deslizamos desde el lado derecho, justo en la curva de la pantalla, entraremos al famoso panel _edge_ con el que podemos acceder de forma rápida a ciertas apps o incluso abrir un arreglo de dos apps específicas. Esta función puede ahorrar algunos pasos en el flujo de trabajo diario. La use por algunos días, pero terminé olvidándola.
Bixby vuelve a estar presente en el teléfono, pero de momento sigue limitada a ciertos idiomas (no está en español) y sus acciones son escasas. Sigo sin entender cómo Samsung insiste en integrar un botón dedicado a un asistente que no pone empeño en mejorar.
La opinión de Xataka México
Samsung ha vuelto a crear un gran teléfono. Tomó las bases de su modelo de 2017 e implementó mejoras necesarias para reducir al mínimo las críticas de los usuarios.
Lo malo de eso es que la actualización se antoja mínima y poco diferencial respecto a su antecesor. Sí, tenemos una mejor posición del sensor de huellas y altavoces estéreo, pero nada más, la cámara tiene resultados similares al modelo del año pasado y su mejor rendimiento (gracias al nuevo chipset) es casi imperceptible. Además, se queda con una autonomía promedio y ahora suma "trucos" (como los AR Emoji o la cámara super lenta) que poco aportan a la experiencia de uso.
Me atrevo a decir que es el mejor teléfono de Samsung a la fecha, pero con apuestas tan atrevidas como un Huawei P20 Pro, o con competidores en casa como un Galaxy S8 a menor precio, la empresa surcoreana tiene difíciles obstáculos que superar este año. Aunque sigue siendo un teléfono recomendable para quien desee un gama alta con Android en 2018.
9.2
A favor
- Un diseño que sigue robando miradas.
- Una de las mejores pantallas del mercado, tanto por calidad como por resolución.
- Cámara y potencia acorde a la gama donde compiten.
En contra
- Una autonomía que se queda corta, y no mejora respecto al modelo de 2017.
- La apertura variable y la cámara super lenta son añadidos que solo suman bajo ciertas condiciones. No son diferenciales respecto a la comperencia.
- Un año más, sube de precio en México.
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