Motorola está lejos de querer perder ese segundo lugar de cuota de mercado en México. Eso me queda claro tras probar los One Fusion y One Fusion+ que hoy presentaron en el país. La empresa está consolidando su catálogo nacional con estas dos nuevas adiciones que llegan a competir directamente contra esa relación calidad-precio que los fabricantes chinos ondean como estandarte.
Un diseño tradicional... para Motorola
Ambos modelos siguen la línea de diseño que Motorola ha mantenido en los últimos años: arreglo fotográfico en la esquina superior izquierda y logo en el centro como protagonista, donde se aloja el sensor de huellas. También mantienen esos acabados y tonalidades con los que la empresa pretende compensar la falta de cristal en la parte trasera.
He probado el One Fusion+ en color blanco y es muy bonito a la vista, su acabado tiene un curioso patrón y su marco frontal también es blanco. Detalle: ese frontal blanco hace que los marcos que rodean la pantalla se vean mucho más grandes de lo que son, lo digo por si alguien busca un teléfono que los esconda.
La cámara frontal en el One Fusion+ tiene un sistema retráctil. Sigo siendo escéptico sobre el beneficio de este sistema: sí, me regala una pantalla que no muestra ni notch ni agujero, pero a cambio me da un sistema mecánico con un inevitable límite de tiempo de vida. Lo bueno que está muy bien integrada en el diseño general del dispositivo.
Por otro lado está el One Fusion, con un diseño frontal más tradicional (con notch) y una tapa trasera que, en vez de apostar por un diseño con patrones, lo hace con un acabado gradiente que va del centro a los costados. Es bonito, sí, pero al menos en el color que me tocó probarlo, siento que termina siendo un imán de huellas.
Google Assistant con su botón dedicado
Pero, de todo su diseño hay un elemento que ambos modelos comparten: un botón dedicado a Google Assistant. Motorola se quiere sumar a esa lista de fabricantes que ofrecen un botón físico que sirve única y exclusivamente para invocar al asistente. Está poquitín arriba de los controles de volumen y tiene un patrón de puntos para poder identificarlo.
Su funcionamiento es sencillo: lo presionamos y se lanzará el asistente a escuchar nuestras peticiones. Lo bueno es que no será necesario tener el móvil desbloqueado, podremos presionarlo estando suspendido y Assistant se hará presente.
Hardware de gama media, para la gama media
El hardware en ambos modelos creo que está acorde a la gama donde compite cada uno:
El One Fusion+ tiene un Snapdragon 730 acompañado de 4 GB de RAM y y 128 GB de almacenamiento. No es el chipset más actual ni tampoco la mayor cantidad de memoria RAM disponible, pero me pareció suficiente para las apps del día a día.
Por otro lado el One Fusion tiene un hardware más discreto, con un Snapdragon 710, 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento. El chipset de equivalente menor potencia se compensa con una resolución de pantalla menor para comprometer menos el rendimiento. Puse lado a lado los equipos, y la diferencia entre la velocidad de apertura de apps y el cambio entre ellas es casi imperceptible.
Donde sí creo que el One Fusion+ tiene una clara ventaja, incluso frente a modelos de otros fabricantes, es en su pantalla. El panel es un LCD de 6.5 pulgadas con resolución FullHD+. Su calidad es muy buena, es brillante, con buen nivel de color y amplios ángulos de visión. Pero, la cereza del pastel viene con el soporte para HDR10, pudiendo reproducir, por ejemplo, contenidos de YouTube que hagan uso de esta tecnología. Me atrevería a decir que es una de las mejores pantallas LCD de la gama media que he probado.
Hasta cuatro cámaras para cada uno, con 64 y 48 megapixeles
La cámara tiene importantes diferencias entre ambos modelos en el sensor principal. En el Motorola One Fusion tenemos uno de 48 megapixeles que ya hemos visto en otros smartphones de gama media. Mientras que en el One Fusion+ damos el salto a los 64 megapixeles. En ambos casos tenemos un ultra gran angular, un macro y un sensor de profundidad como acompañantes.
Los resultados en ambos modelos son prácticamente los mismos que vemos en la gama media actual, bien a nivel de detalle y color, cuando la luz es la correcta. Pero, en escenas complicadas, por ejemplo, con un elemento que contrasta demasiado con un fondo claro, el rango dinámico no alcanza a resolver bien las escenas.
Claro que a nivel de nitidez, el sensor de 64 megapixeles del hermano mayor es el que lleva la delantera. Y eso aún cuando tomemos las fotos en 16 megapixeles de resolución haciendo uso del pixel binning.
A nivel de modos de captura tenemos lo mismos: Retrato, Recorte, Macro, Color directo, Cinematografía, Panorámica y Filtro Interactivo. También ambos modelos cuentan con Night Vision, el modo noche propietario de Motorola. Funciona bien, pero está lejos de lo que pueda ofrecer un flagship.
Batería y Android puro como claves
Desgraciadamente no tuve el suficiente tiempo para probar uno de los aspectos clave de estos Motorola One Fusion: la batería. Tenemos 5,000 mAh en ambos modelos, los cuales prometen "hasta dos días de vida". Con esa cantidad creo no sería tanto problema lograr esa marca, pero me quedo con la tarea de verificar si el hermano menor puede alcanzar mejores cifras, ya que tiene un panel con menos pixeles que alimentar.
En la caja ambos traen cable y cargador, el del One Fusion+ de 18W y el del One Fusion de 10W.
Android 10 es el sistema operativo que mueven ambos modelos. Totalmente puro, sin bloatware y sin ninguna app duplicada. Lo que me gusta es que Motorola integra en estos gama media su recientemente presentada capa de personalización My UX, permitiendo algo de personalización de la interfaz (iconos, colores, tipografía, etcétera), pero manteniendo la esencia de tener un sistema operativo lo más cercano a lo que ofrecen los Pixel de Google.
Claro que Motorola también incluye sus añadidos propios y querido: los Moto Actions: la pantalla activa, los gestos para encender la lámpara y la cámara, así como Moto Game Time que despliega opciones para "mejorar" la experiencia en juegos.
Motorola defenderá ese segundo puesto en México
Ya nos lo había adelantado Motorola con los Moto G8, quieren estar de vuelta en la competencia de la gama media. Sí, sé que nunca se fueron, pero no voy a negar que la subida de precios que tuvo la línea en años anteriores le estaba pasando factura, más cuando los teléfonos de fabricantes asiáticos estaban llegando con una gran relación calidad-precio.
Pero, ahora la empresa está apretando un poco más: ajustando precios y dando, por ese costo, las mejores specs que le sean posible. Los Fusion One y Fusion One+ son el resultado de ello. Son bonitos, tienen hardware y software que funcionan muy bien en conjunto, tienen cámaras competentes y enormes baterías. Esto por 4,999 pesos y 6,999 pesos respectivamente.
La mayor competencia con estos modelos creo que son los Xiaomi Redmi Note 9 y 9 Pro, tienen sutiles diferencias en especificaciones, pero unas mucho más notables en precios donde, de hecho, Motorola se queda con ventaja.
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