El Moto g100 es la cúspide de la famosa línea Moto g de Motorola. La compañía se está alejando del segmento de la gama media para competir en el de la gama media-alta: subiendo el precio del smartphone, pero también lo que puede ofrecer a través de su hardware.
Lo he probado por unas semanas y puedo decir que es uno de los teléfonos más atrevidos lanzados por Motorola. No solo porque lo pone a competir en un segmento donde nunca había estado la línea Moto g, sino porque es el encargado de estrenar funcionalidades que uno pensaría son exclusivas de la gama alta.
Enorme, muy, muy enorme
El diseño del smartphone no dista de lo que ya hemos visto una y otra vez en el mercado. No hay notch, pero sí un par de agujeros para albergar las cámaras frontales; no hay sensor de huellas en la parte trasera, pero sí en uno de sus laterales; y tampoco hay cristal como material de fabricación, pero sí un acabado plástico que pretende simular ser vidrio.
Es un teléfono alto, y no tan angosto como me gustaría, por lo que será bastante complicado manejarlo con una sola mano. El iPhone 12 Pro Max me parece ya un teléfono enorme, y solo por hacer una comparativa de tamaño, el Moto g100 es casi un centímetro más alto.
El plástico es su principal material de fabricación. Bien porque lo hace sentir robusto y, hasta cierto punto, resistente a caídas; mal porque de alguna u otra forma no tiene esa sensación premium que podemos encontrar en smartphones con cuerpo de cristal, que ojo, también son bastante más frágiles.
El módulo fotográfico está cargado hacia un lateral, es grande pero no sobresale tanto del cuerpo. Esto me gusta, pues evita que el teléfono se ponga a “bailar” cuando lo colocamos en una superficie plana.
Como decía, es un teléfono enorme. Su pantalla es de 6.7 pulgadas, de tecnología LCD y cuenta con soporte para HDR10. El panel tiene una muy buena calidad, pero su temperatura de color luce algo más fría de lo normal, haciendo que los blancos tengan tonalidades azules.
Donde noté que más sufre es con los ángulos de visión: el cristal es tremendamente reflejante y bajo la luz del sol, dificulta la visibilidad de contenidos si movemos ligeramente el teléfono. Según Motorola tiene hasta 560 nits de brillo, hubiera querido una cifra un poco más alta.
Una de las novedades implementadas es su frecuencia de actualización. El Moto g100 da el salto a los 90Hz, una cifra más que suficiente para ver contenidos con fluidez, y sin tener un impacto considerable en la autonomía. De su resolución no tengo queja alguna: es 1080p con más de 400 pixeles por pulgada, haciendo imposible distinguir los pixeles de forma individual.
Un hardware de gama alta para mover prácticamente todo
En donde Motorola ha escatimado menos es en su hardware: decidió meter el Snapdragon 870, un chip de ocho núcleos que se acompaña de la GPU Adreno 650. Para quien no esté enterado, es una versión con un ligero overclock del Snapdragon 865+, el chipset que potenció a la mayoría de gama alta de 2020. A este chip le hacen compañía 8GB de memoria RAM y un almacenamiento UFS 3.1.
Este hardware combinado con la tasa de refresco de 90Hz hace que todo en el teléfono vaya fluido: apps, animaciones, navegación, todo. Tenemos un procesador prácticamente de gama alta, así que es lo mínimo que tendríamos que esperar.
La prueba de fuego por supuesto ha sido con videojuegos, y específicamente con Genshin Impact, uno de los títulos móviles con gráficos más exigentes del mercado. Con una configuración alta y limitando a 30 los fps, el juego va bastante fluido; si bajamos los gráficos a configuración media, podemos subir a los 60 fps, aunque ahí ya se empiezan a notar algunos problemas. Por otro lado, Call Of Duty Mobile con los gráficos configurados al máximo corre sin ningún problema.
Quiero atreverme a hablar de una vez de la plataforma Ready for, que va directamente ligada al rendimiento del dispositivo. Esta novedad permite conectar el teléfono a una pantalla externa para que podamos visualizar una interfaz muy similar a la de una PC con Windows.
Es prácticamente lo mismo que ya han ofrecido otros fabricantes, como Samsung con el modo DeX, y Huawei con el Modo PC.
Probé por unos días este modo y funciona bastante bien, al menos para lo básico. Podemos abrir todas las apps instaladas en el teléfono en una especie de ventanas (en su versión tablet específicamente) e interactuar con ellas con ratón y teclado. Me resultó útil la versión de Office, que abre una interfaz similar a la que encontramos en PC y Mac, con todos los controles en la parte superior de la app.
Ready for también está diseñada para disfrutar algunos juegos en pantallas grandes, conectando un mando bluetooth al teléfono. Probé 'Call of Duty Mobile' con mando, y si bien la experiencia está lejísimos de lo que se puede encontrar en una consola o PC, es una buena alternativa para quien este dispuesto a jugar en una pantalla externa sin controles táctiles.
Hay otros casos de uso de Ready For, pero todos se basan en el mismo escenario, conectar el teléfono a una pantalla para sacarle provecho a su hardware mostrando apps o elementos en mayor tamaño. Y en la mayoría de situaciones, la plataforma es bastante fluida. Agradezcamos al hardware.
No hay sorpresas en la batería. Tenemos una con 5,000 mAh que está dentro del estándar de la gama media. No ofrece una autonomía sorprendente, pero es más que suficiente para que el Moto g100 sobreviva al día completo de uso con una sola carga y la frecuencia de actualización de pantalla en 90 Hz.
Tiene un sistema de carga rápida que con unos 30 minutos de carga podemos llegar al 40% de la batería aproximadamente. La carga completa se realizó en 120 minutos.
Un apartado fotográfico sin sorpresas
En el apartado fotográfico el mayor protagonista es el sensor de 64 megapixeles, que sirve como cámara principal: tiene apertura f/1.7, un sistema de enfoque por láser y un tamaño de 1/2.0 pulgadas.
Los resultados son bastante buenos en condiciones de luz ideal. En entornos iluminados las fotos tienen un muy buen rango dinámico, reproducción de color y, sobre todo, nitidez. El sensor hace un muy buen trabajo cuando la escena no es complicada.
Desgraciadamente, y como viene siendo habitual en la gama media, las fotos en interiores o de noche se complican. El principal problema lo noté en el enfoque, hay que tener cuidado de no mover tanto el teléfono para que no haya trepidación. También hay algunas fallas en las rango dinámico, sobrexponiendo las escenas donde hay puntos de luz, como focos.
Me gusta la app de cámara. La interfaz es bastante minimalista, clásico de Motorola, y tiene la mayoría de elementos que alguien interesado en la fotografía podría aprovechar, tenemos algunos botones de accesos rápidos (al flash, al temporizador y relación de aspecto) además de un botón que abre todos los modos extra disponibles.
De esos modos el que seguro interesará a muchos es el Pro, que permite quue se controle cada parámetro de forma manual. Además, permite capturar fotos en RAW por si lo que se busca es editar las fotos con un software externo.
De la grabación de video el modo más destacable es el de Captura Doble, que permite capturar imagen tanto con las cámaras traseras como delanteras, pudiendo elegir qué sensor utilizar en cada una de las tomas: el gran angular o el ultra gran angular.
La grabación de video tiene otra funcionalidad interesante: puede grabar en 6K (3384 X 6016 pixeles) a 30 fps. Si somos más reservados, podemos bajar la resolución a 4K y subir a 60fps. En ambos casos la calidad del video es similar a la de las fotos, en escenas bien iluminadas tendremos buenos resultados, mientras que en entornos complicados notaremos la presencia de ruido.
El apartado fotográfico restante está dentro de lo que uno espera de un teléfono en este rango de precios. Tenemos sensores ultra gran angular, tanto en la cámara frontal como en la principal, que ofrecen resultados buenos si la luz es suficiente. Aunque el de la cámara frontal me resultó bastante útil y, en algunos casos, con mejor calidad que el sensor normal.
La opinión de Xataka México
Si lo que se busca un teléfono con hardware potente, que pueda mover prácticamente cualquier juego actual y que tenga Android prácticamente con poquísimos añadidos y sin bloatware el Moto G100 es la opción. Claro que dentro de ese paquete también se llevarán una cámara promedio, una batería sin sorpresas y un diseño que ya poco sorprende
No es ninguna sorpresa la dura competencia que tiene Motorola en el segmento de la gama media, pero tampoco es una sorpresa la posición que goza la empresa en el mercado nacional. Por ello es entendible su estrategia con este Moto g100: tiene un hardware cercano al de la gama alta, con el nombre de un gama media y que se vende a un precio en un punto intermedio entre ambos segmentos.
No es disruptivo, pero viene a consolidar la presencia de Motorola en el mercado mexicano.
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