Productividad y portabilidad, estas dos palabras resumen perfectamente al producto desde el que escribo este análisis, y que estuve probando en exclusiva días antes de su anuncio oficial. Hablo del Surface Pro 7, uno de los integrantes de la familia Surface que Microsoft empezará a comercializar en México a partir de hoy.
La historia de la línea Surface en nuestro país es bien conocida. Los primeros modelos se comercializaban de manera oficial, pero de repente Microsoft decidió que nuevas generaciones ya no llegarían. Las razones de esta decisión jamás las conoceremos, pero lo que sí sabemos es que las están trayendo de vuelta en un preciado momento para el mercado de las PC. Muchos buscan un dispositivo para estudiar o trabajar en casa, y quizá una tablet no sea suficiente para todos.
Aquí las especificaciones completas del modelo que pude probar:
Microsoft Surface Pro 7 | |
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Pantalla | 12.3 pulgadas PixelSense, relación de aspecto 3:2 y multitactil de 10 puntos |
Resolución | 2735 x 1824 pixeles |
Procesador | Intel Core i5-1035G7, quad-core a 1.10GHz con Turbo Bost a 3.7 Ghz |
Gráficos | Intel Iris Plus |
RAM | 8 GB LPDDR4x, 3733 MHz |
Almacenamiento | 256 GB SSD |
Dimensiones y peso | 292 mm x 201 mm x 8.5 mm, 775 gramos |
Conectividad inalámbrica | WiFi 6 y Bluetooth 6.0 |
Puertos | USB-C, USB-A, jack de 3.5 mm, Surface Connect y ranura para microSD (MicroSDXC) |
Audio | Altavoces estéreo de 1.6W con Dolby Audio y micrófonos de estudio de doble campo lejano |
Seguridad | Cámara de autenticación de Windows Hello Face |
Cámaras | Cámara frontal de 5.0MP con video full HD de 1080p Cámara principal de 8.0MP con video full HD de 1080p |
Sensores | Sensor de luz ambiental Acelerómetro Giroscopio Magnetómetro |
Sistema Operativo | Windows 10 Home |
Accesorios | Signature Type Cover y Surface Pen (se venden por separado) |
Precio | 22,099 |
Diseño: cuidado a los detalles
Microsoft ha ido refinando año con año el diseño industrial de sus productos, y este Surface Pro 7 es prueba de ello. Es un dispositivo muy bien construido, sólido y a la vez ligero, aunque deberé reconocer que también es bastante continuista respecto a versiones anteriores.
Su cuerpo es de metal, con muy buen tacto gracias a su acabado mate. En la parte trasera el protagonista es el logo de Microsoft, el lente de la cámara y un orificio para el micrófono. Minimalismo puro.
El marco quizá es el que tiene más sorpresas. En el lado superior están sus tres únicos botones: volumen y apagado/suspensión, en el izquierdo está el jack de 3.5 mm para audífonos y en el derecho un completo apartado de puertos que detallaremos más adelante.
En la parte inferior nos encontramos con el puerto Surface Type Cover, una serie de pines y un sistema magnético a través del cual se conectará y sostendrá su teclado desmontable.
El frontal quizá sea el aspecto más criticable del dispositivo, no solo por el cristal que lo cubre (del que hablaré en un momento), sino por esos enormes marcos. Cuando la tendencia del mercado es disminuirlos al mínimo para tener dispositivos más pequeños con pantallas más grandes, Microsoft se aferra a un diseño tradicional donde arriba, abajo y a los costados, hay una sección negra que rodea la pantalla.
Microsoft tendrá sus razones para aún no disminuir el tamaño de los marcos del Surface Pro 7, pero el pretexto que podría utilizar es el hardware que integra en el marco superior: un completo sistema de cámaras y sensores compatibles con el reconocimiento facial de Windows Hello.
Si nos vamos a cifras puras y duras, nos encontramos con que el peso del dispositivo, sin ningún accesorio, es de 775 gramos. Por hacer una comparativa, el iPad Pro de 12.9 pulgadas pesa 641 gramos y el Matepad Pro 492 gramos, aunque este último tiene una pantalla más pequeña de 10.8 pulgadas.
Más allá de las cifras, el Surface Pro 7 es portátil, pero no ideal para largas jornadas de uso en modo tablet, es decir sosteniéndolo con las manos. Al menos a mi, se me hizo cansado estarlo usando en ese formato.
Un pedazo de metal como soporte hace toda la diferencia
Pero, si no lo usamos como tablet, entonces hay que sostenerlo en una superficie y ahí es donde entra una de las piezas fundamentales de diseño y, a mi parecer, uno de los mayores iconos de toda la línea Surface: su soporte de la parte trasera.
Su funcionamiento es simple, pero tan útil que me parece absurdo que otros fabricantes aún no hayan implementado soluciones similares. Solo es un pedazo de metal con dos bisagras muy bien diseñadas a los lados. Es lo suficientemente suave para abrirlo y cerrarlo sin problemas, pero a la vez suficientemente rígido para que se quede en el nivel que deseamos.
Es útil, fácil de usar, es rígido y está muy bien integrado al diseño general que, cuando está cerrado, parece que no existe. Es un acierto en todos los sentidos.
Por cierto, ¿notan esa ligera abertura que está casi alrededor de todo el marco del dispositivo? Pues es parte de su sistema de ventilación por el que se expulsa todo el aire caliente producido por el hardware.
El apartado de puertos lo considero como otro de sus aciertos. Tenemos la mayoría en el lateral derecho: un USB-C (que además de transferencia, sirve como salida de video, pero no es Thunderbolt 3), el Surface Conector (un conector magnético para la carga) y un USB-A. Sí, cuando un montón de empresas están despidiéndose de USB "tradicional", orillando al usuario a usar adaptadores, Microsoft lo mantiene, dándonos la oportunidad de conectar la mayoría de dispositivos externos que hay en el mercado.
Pantalla muy reflejante y un teclado que se tendrá que comprar aparte
La pantalla del Surface Pro 7 es de 12.3 pulgadas conresolución de 2736 x 1824 pixeles y relación de aspecto 3:2. La pantalla es buena en todos los sentidos, nivel de brillo, representación de color y ángulos de visión. Quizá el punto más flojo está en el cristal que la cubre, pues es muy reflejante.
Con ese tamaño y resolución tenemos 267 pixeles por pulgada (ppi), una cifra más que aceptable para un dispositivo que usaremos a una distancia mucho más lejana que, por ejemplo, un smartphone. De todas maneras, si nos acercamos al panel, será difícil distinguir algún pixel individual.
Por si todavía no lo habían notado, la pantalla también es táctil, y su respuesta está dentro de la media de la actual generación de dispositivos.
Me tomo unas líneas de este análisis para a hablar del teclado, que por cierto se tendrá que adquirir aparte. El modelo que probé es el Signature Type Cover, con teclas de plástico, retroiluminadas y con alcántara como material principal de fabricación. La respuesta de las teclas es buena, considerando que su recorrido no es el mejor pues prácticamente están metidas en una funda. También me gusta su tamaño, considerando que estamos ante un dispositivo más pequeño que una “laptop tradicional”.
Mención aparte a su trackpad. Tomando en cuenta las dimensiones del Surface Pro 7 agradezco que tenga un tamaño considerable, lo cual sumado a una respuesta muy, pero muy precisa, hace que la experiencia con este sea buena en todos los sentidos. Tiene soporte para gestos, con dos, tres y hasta cuatro dedos.
No negaré que el acabado alcántara me producía dudas tanto de su resistencia como de su tacto, pero después de estarlo probando esas dudas se disiparon. Es una completa delicia, sobre todo cómodo para sostener las manos mientas estamos escribiendo con el teclado.
Mención breve al Surface Pen, el lápiz con el que se pretende complementar la experiencia del dispositivo. Su diseño es muy tradicional y tiene un par de botones que activan funciones especiales. Su respuesta es buena, pero se queda ligeramente por debajo de la que encuentro, por ejemplo, en el Apple Pencil. Por cierto, usa una batería AAAA.
Usando el Surface Pro 7 como computadora principal
El modelo que probé no fue el tope da gama. Es el que incluye un procesador Intel Core i5 de décima generación (1035G7) con cuatro núcleos y ocho hilos, 8GB de memoria RAM y 256 GB de almacenamiento. No hay una GPU dedicada, así que nos quedamos con la Intel Iris Plus del mismo CPU.
Me la pasé usando el Surface Pro 7 unos días como ordenador principal, y mi experiencia fue satisfactoria en todos los sentidos. Su hardware fue suficiente para las tareas de mi día a día, y algunas cosas más. Por ejemplo, las fotos que están publicadas en este artículo fueron editadas en este dispositivo con Affinity Photo.
También me puse un poco más exigente, convirtiendo el dispositivo en una estación de trabajo. Conectado vía USB-C a un monitor 2K y con un alámbrico ratón externo. La experiencia fue igual de satisfactoria. Pestañas de Chrome abiertas, Franz (con Slack, WhatsApp Web, Gmail y Google Chat activos) y Spotify de fondo. No hubo problemas ni al interactuar entre pantallas, ni al mandar ventanas de una pantalla a otra.
Cabe recalcar que el dispositivo está lejos de cumplir al 100% con las exigencias de todos los usuarios. Por ejemplo, se queda corto como dispositivo para gaming. Con juegos básicos de la Microsoft Store va muy bien, pero vamos a algo más exigente, los gráficos integrados empiezan a mostrar sus debilidades. Probé Minecraft Dungeons, y tuve que bajar la resolución a 720p y los gráficos al minimo para que se ejecutara a más de 50 fps.
Quieren algún benchmark, en Geekbench 5 obtuvo una puntuación de 1208 en single-core y 4348 en multi-core. En torno al almacenamiento, tenemos un SSD NVMe de 250 GB, con unas velocidades de lectura de hasta 1931 MB/s y de escritura de 800 MB/s.
Como era de esperar, la duración de la batería depende directamente del uso. Pero con el mío, que se basa en navegador, apps de mensajería/correo y música, me dio un aproximado de 7 horas de autonomía. Cifra que disminuía si, por ejemplo, consumía video, o aumentaba si, por ejemplo, solo usaba Office.
Me gusta mucho el sistema Instant On, con el cual prácticamente se apaga y reanuda el dispositivo al abrir o cerrar el teclado. Todo esto de forma inmediata.
Claro que a este se le saca más provecho con el sistema de reconocimiento facial Windows Hello, que es rápido y preciso. De hecho si el dispositivo está suspendido, bastará con desplegar el teclado, mirar la pantalla y estará listo para usarse.
Creo que no hay sorpresas en torno al sistema operativo. Windows 10 se ha convertido en una de las soluciones más sólidas para la mayoría de usuarios, y sobre todo, en la mejor opción si lo que se busca un dispositivo enfocado a la productividad.
Me gustan las funciones adicionales que gana Windows 10 con el Surface Pen. Por ejemplo, tenemos accesos rápidos al presionar el botón de la parte superior. Un toque nos abrirá Whiterboard, para empezar a crear contenido a mano alzada en una pizarra; dos toques harán una captura de pantalla y nos abrirán el editor para hacer anotaciones; y por último un toque prolongado abrirá la app de notas rápidas.
La opinión de Xataka México
El concepto del Surface Pro 7 es fácil de entender: no es una portátil, pero tampoco una tablet. No solo sirve para consumir contenidos sino también para crearlos. Es un híbrido que lleva una simple, pero grandísima, ventaja frente a cualquier dispositivo con Android o iPadOS: Windows 10.
Sumándose a esto encontramos un diseño muy cuidado, con atención a los detalles y una serie de accesorios igual de premium que el dispositivo. Para complementar hay un hardware competente, que si bien está lejos de satisfacer a quienes buscan hacer tareas realmente exigentes, funciona para lo básico y más allá (incluso con algo de gaming).
Es un dispositivo premium, con hardware premium y diseño premium, pero también a un precio premium. Esa creo que será su mayor crítica con la que se enfrentará en México. Más considerando que el teclado y el Pen no se incluyen de serie con el dispositivo, y me parecieron imprescindibles para tener la experiencia completa Surface.
Lo bueno es que por fin Microsoft nos ha mirado, y no solo con este modelo, también con uno más barato que, si mantiene la esencia del que probé en estos últimos días, podría ser la opción predeterminada para quien busque darle una oportunidad a la línea Surface.
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