Disrupción. Esa es la palabra ideal para describir lo que está haciendo Apple con el nuevo MacBook Pro con M1 y los demás Mac con Apple Silicon anunciados hace unas semanas. La compañía se despide de la arquitectura x86 (y de Intel) para integrar procesadores propietarios en sus Mac basados en la tan prometedora arquitectura ARM que ha inundado por años la telefonía móvil.
Tuve oportunidad de pasar las últimas semanas del año trabajando con el MacBook Pro con Apple Silicon M1, un equipo que a simple vista parece tan solo uno más en el catálogo de los Mac, pero su hardware interno (y sobre todo el software) viene a cambiar las reglas en el juego de la computación actual.
Especificaciones técnicas
MacBook Pro 13" | |
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Pantalla | 13.3 pulgadas |
Procesador | Apple Silicon M1 |
GPU | 8 núcleos |
Memoria RAM | 8 o 16 GB |
Almacenamiento | SSD 256 GB, 512 GB, 1 TB o 2 TB |
Puertos | 2 x Thunderbolt / USB 4 (USB-C) |
Teclado | Magic Keyboard |
Conectividad | Wi-Fi 6 |
Webcam | FaceTime HD 720p |
Batería | Hasta 20 horas de reproducción de video |
Dimensiones | 304.1 x 212.4 x 15.6 mm |
Peso | 1.4 kg |
Sistema operativo | macOS Big Sur |
Precio | Inicia de los 34,499 pesos (8GB de RAM y 256GB de SSD) |
Apple MacBook Air con Chip M1 (13 pulgadas, 8 GB RAM, 256 GB SSD)
Diseño conocido, hardware nunca antes visto
Podría empezar este review con el clásico apartado de diseño, pero en realidad hay poco que decir de este aspecto. Si conoces el MacBook Pro de 13 pulgadas con Touch Bar sabes qué es lo que ofrecerá este modelo con M1. Una pantalla LCD de 13 pulgadas con True Tone, teclado Magic Keyboard, cuerpo de aluminio, un enorme trackpad con tecnología Force Touch y una pequeña pantalla OLED (Touch Bar) secundaria que suplanta a las clásicas teclas de función.
El verdadero sabor está en su interior. Dentro del portátil encontramos el Apple Silicon M1, el chip con el que Apple viene a realizar una tercera transición de procesadores. ¿Transición?. Sí, a lo largo de su existencia la compañía ha pasado por dos cambios importantes de arquitectura en sus Mac. El primero fue en 1994 cuando pasaron de usar chips de Motorola a PowerPC, el segundo fue en 2005 cuando pasaron de PowerPC a Intel.
Ahora dan el salto de Intel a Apple Silicon, o más específicamente: de arquitectura x86 a la famosa ARM. Va un resumen rápido de su nuevo chip M1, desgraciadamente no hay tanta información oficial como quisiéramos, pero esto es lo que sabemos:
- Su diseño se basa en ocho núcleos, donde cuatro de ellos están enfocados al rendimiento (Firestorm de 64-bit) y otros cuatro a eficiencia (Icestorm de 64-bit).
- Apple no proporciona información concreta de las velocidades de reloj de los núcleos, pero análisis independientes (e información de algunas apps) indican que los Firestorm se mueven a 3.19GHz.
- Está fabricado con un proceso de 5 nanómetros, es el primero en su tipo en todo el mercado de PC y Mac, por lo que cuenta con 16 mil millones de transistores.
- El modelo incluido en esta MacBook Pro tiene una GPU de ocho núcleos. Al igual que con el CPU, hay pocos detalles de sus frecuencias, tan solo se confirma que su rendimiento es de 2.6 TFLOPs.
- Incluye el ya famoso Neural Engine que conocimos en los procesadores de iPhone y iPad, tiene 16 núcleos y es capaz de realizar 11 billones de operaciones por segundo. Se acompaña de un par de aceleradores ML, para apoyar a todo lo que tenga que ver con Machine Learning y procesos de inteligencia artificial.
- La memoria RAM es de 16 GB (en este modelo que probé) y hace uso de una arquitectura de memoria unificada (UMA). Es decir la memoria está integrada en el SoC y sirve tanto como memoria del sistema (RAM) como para la GPU (vRAM). Al estar integrada en el mismo chip, permite que todos los componentes del M1 tengan acceso a la memoria de la forma más rápida y eficiente posible. Según Apple el tipo de memoria usada es de “baja latencia y gran ancho de banda”.
- El Apple Silicon M1 también cuenta con su propio ISP para mejorar lo que capture la cámara FaceTime HD, un Secure Enclave para mantener cifrada la información de autenticación (como la huella del TouchID) y tiene un controlador de Thunderbolt diseñado en casa que ofrece velocidades de hasta 40Gb/s en el par de puertos USB-C integrados.
La experiencia de trabajar con el primer Apple Silicon del mercado
Pero, pasemos a lo que todos les interesa. Este MacBook Pro con M1 fue mi ordenador principal por las últimas semanas. Lo usé dentro de mi flujo de trabajo tradicional, con un monitor 2K conectado y un teclado y mouse inalámbricos.
Mi experiencia fue sobresaliente. Todo con en el Mac es rápido, el sistema operativo se mueve con fluidez, las apps abren y cierran con gran facilidad y además el encendido y apagado es casi instantáneo.
Sé que es una conclusión que no debe ser sorpresa sabiendo que estamos ante un portátil que, en su versión base, supera los 34,000 pesos. Sin embargo, la sorpresa viene cuando ponemos en contexto el hardware que integra, uno que hasta hace algunos años solo veíamos como exclusivo para smartphones y tablets, ahora está dando el salto a un portátil enfocado al público medianamente profesional.
Mi flujo de trabajo se basa en el uso de navegador, Tweetdeck, Spotify, la suite de Office y Franz donde tengo todas las apps de mensajería (Slack, WhatsApp, Google Chat, Telegram, Discord), y en ningún momento noté algún tipo de ralentización o problemas de rendimiento.
Así de rápido se lanzan las apps en la MacBook Pro con Apple Silicon M1.
— Rodrigo Garrido (@Rockdrigo_525) December 29, 2020
Todas abren al instante, y ojo, algunas se están ejecutando con emulación vía Rosetta 🤯 pic.twitter.com/eKhlnXj1MZ
Incluso me puse a hacer algunas pruebas adicionales, como abrir todas las apps que tenía en mi dock de forma simultánea, y no noté problemas. Y ojo, reitero que todas las pruebas las estuve realizando con un monitor 2K externo conectado.
La diferencia principal entre el MacBook Pro con M1 y el MacBook Air está en que el primero sí cuenta con un ventilador para enfriar el hardware en caso de ser necesario. Pero, pese a la exigencia que le di con algunas tareas, no noté problemas de calentamiento ni mucho menos el ruido del ventilador. El hardware es sorprendentemente frío.
Para tener alguna referencia, ejecuté algunos benchmarks de referencia. Esto les podría servir para comparar las cifras con algunos otros equipos, tanto Windows como otros Mac con Intel.
Ver el gráfico //infogr.am/apple-silicon-m1-benchmarks-1h0r6rppqlwel2e?liveTodos sabemos que las Mac están lejos de ser la mejor plataforma para gaming, pero no me quería perder la oportunidad de probar cómo se ejecutaban algunos títulos en el Apple Silicon M1, más porque en la revelación de estos nuevos Mac la compañía mostró algunos juegos.
Desde la Epic Games Store probé Borderlands 3, uno famoso looter-shooter con acción frenética, muchas partículas y peculiar apartado gráfico. No tuve problemas con la instalación del juego, y el inicio fue bastante fluido. En la experiencia de juego, lo pude ejecutar a unos 35-40 fps con los gráficos en calidad media y una resolución poco mayor a 720p. Bajando la calidad gráfica al mínimo, el juego llega sin problemas a los 60 fps.
Otros juegos con una menor carga gráfica, como Cuphead de Steam, corren como mantequilla, incluso en la resolución nativa del monitor 2K externo que estuve usando. Aunque bueno, consideremos que estos juegos son los que en general funcionan muy bien con GPU's integradas.
Es obvio que el resultado está debajo de lo que ofrecen PC Windows con tarjeta gráfica discreta, sin embargo, como algunos otros análisis lo apuntan, la GPU del Apple Silicon M1 supera en la mayoría de casos a las gráficas integradas, principalmente las de Intel.
El Macbook Pro con M1 no es un equipo para gaming, pero es una opción para aquellos que buscan jugar de forma ocasional y no les importa sacrificar calidad gráfica en los juegos para obtener unos fps decentes.
Una software mágico llamado Rosetta
Pero más allá del hardware, creo que una de las claves de esta nueva generación de Mac está en su sistema operativo, sobretodo lo que logra macOS Big Sur para que tengamos la menor cantidad de problemas si ejecutamos una app que ya está adaptada para Apple Silicon o si es una que ha sido diseñada para arquitectura x86 de Intel.
Como es lógico, todas las apps preinstaladas en macOS Big Sur ya vienen compiladas para Apple Silicon, es decir son apps nativas que le sacan todo el provecho al chip M1. Pero lo interesante para mi era saber qué pasaba cuando instalaba una app x86.
Chrome fue de lo primero que descargué, un navegador que por mil razones no puedo dejar. Me pareció curioso que, cuando accedí a la página de descarga, me dio la posibilidad de obtener una versión para Mac con chip Apple, es decir, una versión ya preparada para usarse con el M1. Por si se lo preguntan, he usado esa compilación desde hace unas semanas, y no he notado ningún problema de rendimiento, al contrario, siento que va mejor que, por ejemplo, Chrome de Windows.
La segunda app que descargué fue Franz, una app que une en un solo lugar diferentes servicios de mensajería instantánea y mail (la recomiendo ampliamente, hay versión para Mac y Windows). Esta fue la primera app x86 que instalé en la MacBook Pro, la descarga fue sencilla, pero cuando inicié la instalación me saltó una ventana con este cuadro de diálogo:
Sí, la primera vez que instalas una app que no es nativa de Apple Silicon se te solicita la instalación de Rosetta, una de las herramientas más impresionantes que he visto en las Mac: pues traduce en tiempo real (y de forma automática) las aplicaciones diseñadas para chips Intel para usarlas en Apple Silicon, es decir, permite que una app x86 se ejecute en una arquitectura ARM.
La promesa de Apple con esta herramienta enorme: "no notará ninguna diferencia en el rendimiento de una aplicación que necesita Rosetta", según se lee en el sitio de soporte de la compañía, y sí se cumple.
En mi experiencia tanto con Franz como con otras apps x86 que instalé, no noté ninguna ralentización ni problemas de rendimiento. Las apps se ejecutan como si estuvieran diseñadas para Apple Silicion, se abren y cierran con fluidez, y en general funcionan de forma muy fluida. Y, al menos en mis días de prueba, ninguna sufrió algún cierre inesperado.
Lo mejor de Rosetta es que tan solo sabremos de ella la primera vez que instalemos una app x86, una vez instalada siempre se estará ejecutando en segundo plano, lista para traducir todas las apps.
Rosetta es la clave de macOS para que la transición de Intel a Apple Silicon sea lo más sencilla posible para cualquier usuario. No solo porque es una obra de software que traduce apps de una arquitectura a otra sin impactar en su rendimiento, sino también porque no necesita ningún nivel de conocimiento técnico para usarse y se ejecuta tan bien en segundo plano que seguro muchos ni se darán cuenta de su existencia.
En resumen: hace que los usuarios se despreocupen de la compatibilidad de apps al optar por una Mac con Apple Silicon.
Claro que el escenario ideal es que todas las apps terminen teniendo versiones nativas para Apple Silicon, y es lo que va a terminar sucediendo. Poco a poco algunos desarrolladores están adaptando sus apps para esta nueva arquitectura, ganando algo de rendimiento, por ejemplo, al abrir las apps. La apertura de apps de listas para el M1 es casi instantánea.
Microsoft ya adaptó toda su suite de ofimática para Apple Silicon, Adobe ya lanzó una versión de Lightroom para estos chips y Photoshop tiene una versión beta (aún con algunos errores). De ahí apps como Premiere Pro, After Effects y Illustrator se tienen que ejeuctar, de momento, con Rosetta (y con algunos errores). Logic Pro y Final Cut Pro, otras de las apps para profesionales en Mac, ya han recibido actualizaciones para mejorar su rendimiento y eficiencia en Apple Silicon.
Si son desarrolladores, Xcode 12 ya está listo para Apple Silicon, no solo ejecutándose de forma nativa en este hardware, sino permitiendo que se creen las llamadas apps universales listas para ejecutarse en Mac con chips Intel o Apple Silicon. Apple quiere que la transición sea lo más sencilla posible, también para los desarrolladores.
Las apps del iPhone en un Mac, por primera vez en la historia
macOS Big Sur para Apple Silicon viene con otro as bajo la manga: por primera vez, se nos permite ejecutar apps de iOS y iPadOS de manera nativa. Este software vive en la App Store: cuando hacemos una búsqueda, en la parte superior de los resultados podremos elegir ver las apps para iPhone y iPad disponibles.
Lo malo es que la lista de apps es bastante limitada. A reserva de algunos juegos y utilidades, apps como Instagram, Facebook o WhatsApp no están disponibles para descargar desde la tienda. Aunque sí encontramos algunas otras medianamente populares, como Among Us, que incluso fue uno una de las protagonistas en la keynote donde se relevaron estas nuevas Mac.
Las apps de iOS y iPadOS que descargamos e instalamos son, tal cual, las versiones de iPhone e iPad, es decir, que siguen estando pensadas y diseñadas para controlarse con una pantalla táctil, siendo este el mayor problema con algunas interfaces en las que el ratón y el teclado son todo, menos cómodo.
Apple ofrece algunas alternativas para interactuar con las apps, pulsando una combinación de teclas junto con el ratón, pero no al menos a mi no me resultaron útiles.
Por cierto, hay formas de instalar apps que no estén en la tienda, y la mayoría de ellas funcionan muy bien:
La MacBook Pro con M1 es compatible con las apps de iOS y iPadOS. Desgraciadamente la lista oficial es muy limitada, pero iMazing permite instalar prácticamente cualquier app que tengamos en el iPhone.
— Rodrigo Garrido (@Rockdrigo_525) December 30, 2020
Así corren Instagram y YouTube de forma nativa en una Mac: pic.twitter.com/vTKyEWJH6f
Una batería como nunca la habíamos visto en un portátil
Hay poca información sobre el consumo energético del Apple Silicon M1. Apple se ha limitado a decir que con una capacidad térmica de 10W (que es la del MacBook Air) el chip ofrece hasta el doble de rendimiento en comparación con un procesador (desconocido) de PC.
De todas formas, palabras más, palabras menos de parte de Apple, el MacBook Pro con M1 es el portátil con mejor autonomía actualmente. El dato oficial es que puede durar hasta 17 horas en navegación web y hasta 20 horas en reproducción de video. En mis pruebas, pude superar una jornada completa de trabajo con una sola carga, de las 9am a las 7pm, y todavía me alcanzó para media jornada del día siguiente.
Es decir, fácilmente se puede obtener hasta 15 horas de autonomía (o poco más). Una completa locura.
Apple ha implementado otras mejoras en este modelo que, hasta ahora, no habíamos visto en las versiones con Intel. Cuenta con un arreglo de tres micrófonos para ayudar a la grabación de audio y además promete una mejora en la calidad captura de video con la cámara FaceTime integrada, lo malo es que teniendo una resolución 720p.
La opinión de Xataka México
El MacBook Pro con M1 es brillante como laptop, tiene un gran rendimiento, un diseño exquisito, una muy buena pantalla y autonomía más que sobresaliente. Como conjunto es totalmente recomendable para quien busque un equipo tanto para lo básico como para tareas mucho más exigentes, como edición de audio o video.
Pero la pieza importante del portátil es el Apple Silicon M1. Apple está realizando una transición lo más amigable posible hacia esta nueva arquitectura, Rosetta para traducir apps x86 es una herramienta casi mágica y un montón de desarrolladores están esforzándose para tener apps nativas lo más pronto posible.
Sin embargo, lo que más sorprende del Apple Silicon M1 es lo potente que puede ser y, sobre todo, su eficiente apartado energético. El futuro de esta nueva arquitectura es brillante. Apenas estamos en la primera generación, y en la mayoría de casos supera lo que veíamos en Mac potenciadas con chips Intel, tanto en rendimiento, autonomía y potencia gráfica.
No puedo esperar a ver una Mac Pro con este hardware.
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