LG Velvet, lo hemos probado: el flagship para quien busca diseño, no hardware

Rodrigo Garrido

Director

Mi pasión por la ciencia y tecnología me ha llevado a un modo donde los ceros y unos se han vuelto parte de mi vida, y además me han permitido ser Director por más de diez años de la exitosa versión local de Xataka para México y LATAM. Iba a ser rockstar, pero me lastimé la rodilla. LinkedIn

He pasado los últimos días usando el LG Velvet, solo para confirmar que se trata de lanzamiento más disruptivo dentro del catálogo de la compañía. Es un teléfono con una combinación extraña y en una dirección totalmente opuesta al camino de otros fabricantes: no viene con el hardware más potente del mercado, pero tiene un diseño tan refinado con el que podría entrar en el exclusivo club de la gama premium… y sin pagar.

Características técnicas

LG Velvet 4G

Pantalla

P-OLED FullVision de 6.8 pulgadas FullHD+

Notch de gota, aspecto de imagen 20.5:9

Certificación HDR

Chipset

Snapdragon 845

Memoria RAM

6 GB

Almacenamiento

128 GB, expandible vía microSD hasta 2TB

Sistema Operativo

Android 10 con capa de personalización LG UX 9.0

Cámaras traseras

Triple: 48 megapixeles f/1.8 principal

8 megapixeles f/2.2 ultra gran angular con campo de visión de 120°

5 megapixeles f/2.4 para profundidad

Cámara frontal

16 megapixeles f/1.9

Batería

4,300 mAh con soporte para carga rápida Quick Charge 4+ por USB Type-C

Otros

Sensor de huellas en pantalla, jack 3.5 mm de audio, Bluetooth 5.1, NFC, radio FM, certificación IP68

Precio

17,999 pesos

Un vistazo a…
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Simplemente hermoso

Por donde lo quieras ver, el Velvet es bonito. Cristal y metal son los materiales de fabricación que, sumados a sus líneas de diseño y al perfecto ensamblaje de la tapa trasera, el cristal frontal y el marco, lo hacen no solo sexy a la vista, también agradable al tacto.

Tuve la fortuna de probar el modelo Illusion Sunrise (naranja): un acabado tipo espejo tornasol muy, pero muy brillante. Algo que pocas veces he visto y que sin duda es refrescante para un mercado donde ya es muy difícil diferenciarse del resto. Tiene su propia personalidad, y me gusta.

Eso sí, es enorme. 6.8 pulgadas de tamaño que, junto a su relación de aspecto, lo convierten en uno de los teléfonos más altos que he probado (167.1 mm). LG lo ha hecho lo menos angosto posible para que alcancemos los extremos derecho e izquierdo con una mano, pero definitivamente será imposible alcanzar la parte superior, a menos que usemos las dos manos.

La tapa trasera, además de esa llamativa tonalidad, tiene un peculiar lenguaje de diseño en su sistema de cámaras. El único que resalta es el sensor principal, de ahí tenemos dos cámaras adicionales y el flash en círculos que van de mayor a menor tamaño. Simulando gotas de agua.

Pese a estar construido de cristal y metal, es menos resbaladizo de lo que parece. Sin embargo, mantiene el pecado de ser un imán de huellas dactilares, que de hecho en la unidad que tengo son mucho más notables.

El frontal no tiene sorpresas. Encontramos un notch de gota y unos marcos reducidos, no son los más pequeños del mercado pero están acorde a lo que tenemos en otros teléfonos de 2020.

También tenemos curvas en los laterales, una adición meramente estética pues son muy ligeras, lejos de lo pronunciadas que pueden estar, por ejemplo, en un Mate 30 Pro o un Motorola Edge. Pero aún así, creo que le ayudan a subir el listón en torno a diseño.

Datos adicionales: tiene certificación IP68, por lo que el contacto directo con el agua no será un problema, también cuenta con certificación militar MIL-STD-810G.

Pantalla OLED de gama alta

La pantalla es muy buena. Es un panel con tecnología P-OLED con 6.8 pulgadas de tamaño y resolución de 1080 x 2460 pixeles. No tiene la mayor densidad de pixeles del mercado, pero su calidad general lo compensa.

Tiene colores brillantes, buenos ángulos de visión y gran visibilidad en exteriores. La queja que le pondría es sobre su tasa de refresco. Nos quedamos en los 60Hz, cuando muchos de los teléfonos de su segmento ya ofrecen mínimo 90Hz, y claro que se notan diferencias.

Vengo de probar un Motorola Edge+, y hay un abismo de diferencia entre cómo se mueve la interfaz en su pantalla y en la del Velvet. Y no es problema de rendimiento, no, sino de fluidez, por ejemplo, cuando hacemos scroll en el navegador o en una red social.

Me gusta que LG incluya en las opciones de configuración ajuste de color, con un modo “personalizado” para elegir parámetros como temperatura, niveles RVA, saturación, matiz y afilado totalmente al gusto. También cuenta con una opción para activar el filtro de luz azul y hacer la pantalla más amigable con la vista, principalmente si la usamos de noche.

El panel alberga una sorpresa adicional: un sensor de huellas. Es óptico, así que necesita de iluminación para reconocer nuestra huella. Desgraciadamente su funcionamiento es desigual, el reconocimiento es lento y, sobre todo, con muchos falsos positivos. Y lo malo es que esa es la única seguridad biométrica que tenemos disponible, no hay reconocimiento facial.

Hardware de un flagship... de 2018

El hardware que alimenta el dispositivo es uno bastante extraño. La versión que llega a México es la que cuenta con conectividad 4G, por lo que su chipset es un Snapdragon 845, que se acompaña de 6GB de memoria RAM y 128GB de almacenamiento (UFS 2.1).

Es decir, LG está incluyendo en el Velvet un chipset que alimentó a la gama alta en 2018, y no es necesariamente malo. Sí, es un procesador que está lejos de contar con el más óptimo proceso de fabricación (es de 10nm), tampoco tiene la GPU con mayor número de ALUs (256), ni soporta la memoria RAM más rápida del mercado (aún es LPDDR4X). Pero su rendimiento aún es competente para el segmento de la gama alta en 2020.

Prácticamente no encontré problemas con relentizaciones. Pero, colocándolo lado a lado un teléfono con Snapdragon 865 sí se queda ligeramente atrás, por ejemplo, en la carga de apps. Son diferencias que seguro para la mayoría pasaran desapercibidas, sin embargo, es importante hacerlas notar.

Para quien esté interesado en el puntaje que obtiene en benchmarks, corrí Geekbench 5 y me dio un puntaje de 2165 (multi-core) y 513 (single-core) frente a los 3378 (multi-core) y 912 (single-core) que obtuve con el Snapdragon 865.

Todo el hardware está alimentado con una batería de 4,300 mAh, que me dio un rendimiento dentro de la media. Es decir, un día completo de autonomía que, con un uso más ligero, pude alargarlo a dos días. Tiene carga inalámbrica, y lo agradezco, pero la carga vía cable es la Quick Charge 3.0, por lo que su potencia se queda en 15W.

El sonido es algo que había identificado a la línea G de LG, ya sea con sus DAC o incluso convirtiendo a los teléfonos en cajas de resonancia. En el Velvet no tenemos ni uno ni otro, pero lo bueno que mantenemos un jack de 3.5 mm para audífonos con un rendimiento promedio y un sistema de altavoces estéreo.

Me gusta cómo suena, fuerte y claro. Aún subiendo el volumen al máximo no noté distorsiones, aunque predominan las frecuencias medias.

Cámaras competentes

En el apartado fotográfico el sensor que predomina es uno de 48 megapixeles, que se acompaña de un ultra gran angular de 8 megapixeles y de otro de 5 megapixeles de profundidad.

La cámara tiene un rendimiento adecuado. Con situaciones de buena luz las fotos tiene buen nivel de detalle, buena reproducción de color y rango dinámico. En situaciones más complicadas, el HDR hace su trabajo, evitando quemar algunas zonas y oscurecer de forma extrema otras.

Si lo comparamos con otros teléfonos de referencia, como el iPhone 11 Pro Max, se queda por debajo en la captura de detalles. Haciendo acercamientos vemos que los elementos lejanos están poco definidos.

Para tomas nocturnas tenemos un modo noche. Que su funcionamiento es prácticamente similar a los de otros equipos: captura fotos con una larga exposición y luego las corrige con software. Desgraciadamente es donde muestra sus mayores debilidades, las fotos tienen mucho grano, las zonas con luz se sobreexponen y hay una pérdida general del detalle. Definitivamente no es una cámara para fotografía nocturna.

El sensor ultra gran angular está ahí, creo que solo por estar. Su rendimiento es drásticamente inferior a la cámara principal, y necesitamos estar en una zona muy bien iluminada para tener resultados medianemente decentes. Me preocupa esto, ya que LG fue el pionero en este tipo de ópticas.

Otro sensor que creo que poco aporta es el de 5 megapixeles para profundidad. Su trabajo es capturar información de fondo para los retratos, pero tengo dudas de lo que realidad esté sumando a la fotografía final. Creo que un telefoto hubiera sido mucho más útil.

Disculpen el modelo pero... la cuarentena.

La cámara frontal tiene un rendimiento promedio. Es de 16 megapixeles y con buena luz los resultados son más que aceptables.

Además del modo noche, la app de cámara tiene otros modos como el panorama, cámara lenta o el cine shoot. Pero de todos yo me quedo con el de cámara manual, tiene los clásicos ajustes de balance de blancos, enfoque, exposición, ISO y velocidad de obturación, pero además cuenta con nivel y un histograma que muestra información de lo que estemos a punto de capturar.

La grabación de video tiene un añadido interesante: modo ASMR, que nos permite capturar sonidos de un video que quizá sean imperceptibles para la mayoría. Para usarlo hay que acercar el teléfono a lo que produce el sonido, pero los resultados finales son muy interesantes para quien guste de estos contenidos.

Software: ya no queremos bloatware, por favor

LG UX 9 sobre Android 10 es el sistema operativo que nos encontramos. Es una capa bastante continuista respecto a versiones anteriores, aunque con los añadidos de esa penúltima versión de Android, como modo oscuro.

La capa cambia el aspecto de los iconos de las apps, además agrega algunas efectos y transiciones adicionales. Es una combinación extraña entre un Android stock y una versión personalizada. Además, nos permite modificar varias cosas, como poner o quitar un cajón de apps o los temas que pueden cambiar incluso el aspecto de los iconos. También incluye una pantalla AOD que podemos personalizar, no solo para que nos muestre la hora e iconos de notificaciones, sino también imágenes a color o GIFs.

Una función bastante curiosa que me encontré en las preferencias de sonido es la de subtitular videos de forma automática. Activamos la función y nos aparecerá en la pantalla el audio de cualquier video que se reproduzca en el teléfono. Lo malo es que de momento esta función solo sirve para videos en inglés, aunque LG promete que se añadirán más idiomas en un futuro.

Estas son todas las apps que vienen preinstaladas, la única que había añadido fue WhatsApp

El LG Velvet que probé viene con homologación de Telcel, así que incluye un montón de bloatware de la compañía. Apps adicionales a las que se incluyen de fabrica que, sumadas a algunas de terceros como Facebook, Snapchat o Wish que vienen preinstaladas, dejan al teléfono con una importante cantidad de contenido que quizá nunca usaremos.

Entiendo que la venta de un smartphone con cierto operador implique acuerdos en los que vayan implícito la instalación de apps o fondos de pantalla, pero como usuario jamás me ha resultado útil alguno de estos contenidos adicionales. Y me atreveré a decir que la mayoría de usuarios piensa lo mismo que yo.

La opinión de Xataka México

El Velvet es una apuesta arriesgada de LG, pero me gusta que se hayan atrevido a hacer algo diferente, un smartphone que destaca por su hermoso diseño, y con apartados de pantalla rendimiento, cámara y autonomía más que suficientes.

Claro que no es perfecto: el sensor de huellas pudo ser mucho mejor, hubiera querido un reconocimiento facial, pantalla a 90Hz, una mejor cámara de noche y un sistema operativo sin tanto bloatware. Pero en general, el smartphone cumple.

Cumple con ser un cambio radical en la filosofía de la empresa, donde ya no está compitiendo con especificaciones y mucho menos con precio, sino con hacer smartphones elegantes, con personalidad y que funcionen bien dentro del segmento de la gama alta.

Es el smartphone ideal para quienes prefieran diseño por encima de especificaciones, pero la pregunta es ¿acaso ese nicho de mercado existe en México? o más importante ¿pagarían 17,999 pesos por ello?.

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