Lenovo Yoga Slim 7, la hemos probado: toda la potencia de AMD Ryzen 7 4800U en la candidata a mejor ultrabook con relación precio-calidad

AMD dio en el clavo cuando a inicios de año presentó su cuarta generación de procesadores Ryzen 4000 para laptops. Y que finalmente están llegando a México tras varios retrasos. En las primeras pruebas que pudimos realizar nos demostraron que estábamos ante un rendimiento de escritorio en equipos portátiles. Una maravilla. En ese momento probamos la impresionante ASUS ROG Zephyrus G14, un equipo dirigido al sector gaming con el procesador más potente de AMD, el Ryzen 9 4900HS. Como ya lo vimos en nuestro review, era una bestia no para todos los mortales.

Ahora llega el momento de bajar al mundo terrenal y probar un equipo más en la línea del usuario promedio, aquel que no quiere vender un riñón, que busca una laptop funcional y con características que garanticen que durará unos años. Y así es como llegamos a la Lenovo Yoga Slim 7 con AMD Ryzen 7 4800U y gráfica Radeon RX Vega 8, donde, como veremos a continuación, lo más impresionante será una atractiva relación precio-rendimiento-calidad que a día de hoy es sumamente difícil de encontrar, por ejemplo, en equipos Intel.

Así que sin más, vamos con el review de la ultrabook Lenovo Yoga Slim 7 con AMD Ryzen 7 4800U.

Características técnicas de Yoga Slim 7 de Lenovo

Sobriedad, elegancia y potencia

Si la ASUS ROG Zephyrus G14 nos demostró lo que AMD es capaz de hacer en el apartado de potencia, la Lenovo Yoga Slim 7 es un golpe en la mesa en cuanto a rendimiento para la mayoría de tareas. Pero antes de ver lo que es capaz, demos un repaso por su diseño, que dicho sea de paso, es un deleite tanto al ojo como al tacto.

La ultrabook Lenovo Yoga Slim 7 se caracteriza por un aspecto sobrio sin estridencias, de hecho su carcasa de metal ofrece una sensación de equipo de gama alta. Aquí no hay acabados raros, ni logos enormes, estamos ante la suavidad y frialdad del metal en todo su esplendor. A algunos les parecerá sumamente sencillo, pero aquellos que buscan una sensación duradera y sólida lo agradecerán.

De hecho, al ver su diseño y usarla por primera vez nos recordará mucho a la serie ThinkBook, por lo que no parece una Yoga debido a este diseño tan particular. A pesar de ser metal, la Yoga Slim 7 es ligera, con menos de kilo y medio de peso, y sumamente delgada, con un grosor de casi 15 milímetros.

Vamos, no es la más delgada ni ligera del mercado, pero aquellos que buscan un equipo sólido que no se sienta frágil lo agradecerán. Debido a esto, tenemos una amplía gama de puertos que nos permitirán tener conectividad para todo tipo de escenarios. Tenemos desde dos puertos USB-C, uno de ellos compatible con DisplayPort y que también sirve para carga, así como dos USB-A, lector microSD y hasta un HDMI completo.

Por cierto, dentro del apartado de conectividad esta Lenovo nos promete varios años de compatibilidad, ya que está equipada con WiFi 6, por parte de un módem de Intel curiosamente, y hasta Bluetooth 5.1 con soporte para dos dispositivos a la vez.

La pantalla se puede plegar casi a los 180 grados si así lo necesitamos, y entre la pantalla y el teclado veremos las primeras salidas de aire para el sistema de ventilación, que se complementan con una salida mayor ubicaba en la parte inferior. Aquí hay que rescatar que tenemos dos ventiladores y el ruido que generan es un poco alto en situaciones de trabajo duro.

Un punto que hay que señalar es que el botón de encendido está ubicado en el lateral derecho, a mi parecer la peor ubicación del mundo porque esta propenso a toques accidentales cuando sujetamos la laptop. En otras versiones de esta Yoga Slim 7 dicho botón incorpora un lector de huellas, pero en la unidad de prueba que nos tocó no lo trae.

Al abrirla, veremos un teclado bien distribuido flanqueado por dos bocinas en los laterales. Aquí hay que mencionar que dichas bocinas tienen certificación Dolby Atmos y su sonido es sumamente bueno, además de que es posible configurarlo a nuestro antojo para sacarle mayor provecho.

En cuanto al teclado, tenemos tres niveles de retroiluminación que abarcan de forma perfecta todas las teclas, además de que dichas teclas tiene buen recorrido y no sufriremos por que estén muy juntas o su sensación sea errática. De hecho, el teclado de membrana es sumamente silencioso y escribir en él es muy cómodo.

En la parte inferior nos encontramos con el touchpad, el cual tiene un buen tamaño y permite gestos multitáctiles compatibles con un montón de tareas y aplicaciones. Ya dentro de la pantalla, en la parte superior, tenemos una webcam de 0.9 megapixeles, que no es la mejor del mercado pero cumple con su función.

La parte atractiva es que también tenemos un sensor infrarrojo que nos permite configurar Windows Hello para que, por ejemplo, la laptop se bloquee cuando no nos detecte enfrente y viceversa, que se active cuando estemos frente a ella.

Una pantalla que cumple

La Lenovo Yoga Slim 7 viene con una pantalla de 14 pulgadas con marcos reducidos, principalmente en los laterales, lo que hace que estamos ante un equipo que pareciera que tiene una pantalla más pequeña que la trae. La resolución es Full HD con una tasa de refresco de 60 Hz, es decir, nada fuera de los normal o espectacular. Cumple.

Uno de los problemas es que la pantalla tiene un recubrimiento de cristal que es muy reflejante y molesto en ciertos escenarios, y lamentablemente no hay opción con acabado mate. Tenemos un brillo máximo de 300 nits que nos ayuda a tener una buena visión en exteriores, pero aquí los reflejos son contra los que tendremos que luchar.

Eso sí, el panel tiene soporte para para FreeSync de AMD, con lo que podremos ajustar varios parámetros y aprovecharlos sobre todo para juegos. Según las especificaciones, el panel tiene una cobertura de color del 99% de la gama sRGB y un volumen de 103,7 % del sRGB, por lo que en teoría es capaz de mostrar el 99% de la gama sRGB. Esto se traduce en colores reales, buen contraste y negros decentes para ser un IPS.

Rendimiento que nos deja con la boca abierta

Ahora entremos a las tripas de esta Lenovo Yoga Slim 7, las cuales están gobernadas por el AMD Ryzen 7 4800U, un procesador fabricado sobre un proceso de 7 nanómetros con arquitectura Zen 2 de AMD. Cuenta con 8 núcleos y 16 hilos de ejecución con un TDP de 15W. Para este modelo, el TDP se configuró a 25W, lo que permite tener un mayor margen de maniobra sin consumir muchos recursos. La frecuencia turbo es de 4.2 GHz mientras que la base es de 1.8 GHz. La caché es de 8 MB L3 y de 4 MB L2, con soporte a memorias DDR4 a 3,200 MHz o LPDDR4 a 4,266 MHz como es el caso de esta Lenovo.

Ahora, en la práctica, el Ryzen 7 4800U nos ofrece un rendimiento de campeonato en tareas multinúcleo, incluso colocándose por encima de los Intel Core i9-9980HK, i9-10980HK y hasta del i7-9700K de escritorio. En decir, tenemos el rendimiento de una computadora de escritorio en un equipo de kilo y medio y menos de 1.5 cm de grosor. El detalle viene en las tareas single-core, donde el Ryzen 7 4800U sufre un poco y queda por debajo de la competencia.

Si ponemos a prueba su gráfica Radeon Vega 8 nos llevaremos una grata sorpresa, ya que supera a la Nvidia GeForce MX250 y nuevamente, estamos hablando de una ultrabook que en teoría no está pensada para gaming.

Con esto en mente, decidimos probar algunos juegos para ver su desempeño. Y aquí, repito, no se trata de un equipo gaming. Sin embargo, su desempeño es más que destacable. Por ejemplo, en 'Shadow of the Tomb Raider' tuvimos unos 27fps a 1080p, en 'Rocket League' se elevó esta cifra hasta los 57fps, algo similar en 'Fortnite' con 52fps. Pero cuando nos pasamos a juegos más exigentes como 'The Witcher 3' o 'Borderlands 3', tenemos un promedio de 20fps.

Pasando al tema de la unidad SSD de la Lenovo Yoga Slim 7, su desempeño va mucho en la línea de toda la computadora, ya que tendremos unas impresionantes tasas de aproximadamente 3500 MB/s de lectura y 2,000 MB/s de escritura secuencial. A modo de comparativa, la Huawei Matebook 13 nos arrojó 3248 MB/s y 2943 MB/s en el mismo apartado.

Batería para días extenuantes de trabajo

Y ya para cerrar el círculo de los buenos resultados de la Lenovo Yoga Slim 7 llegamos a la batería. Aquí tenemos una de 60.7 Wh que en el papel ofrece 18 horas de autonomía, pero en nuestro caso nos dio en promedio unas muy atractivas 17 horas en modo equilibrado.

Esta cifra cae hasta las 9 horas en modo de alto rendimiento y se extiende hasta las 19 horas y media cuando tenemos el modo de ahorro máximo. Aquí no recomendaría este modo, ya que se baja la frecuencia del procesador al mínimo, así como el brillo de pantalla, por lo que difícilmente se puede aprovechar todo lo que ofrece esta laptop.

En la caja se incluye un pequeño cargador de 65W vía USB-C, que cargará la batería en unas dos horas aproximadamente de 0 a 100% cuando la computadora está apagada o en reposo. Esta cifra se puede ir hasta las tres horas depende del uso que le estemos dando en el momento.

Lenovo Yoga Slim 7, la opinión de Xataka México

Como lo mencionaba al inicio, la Lenovo Yoga Slim 7 con AMD Ryzen 7 4800U es una grata sorpresa, ya que por poco más de 21,000 pesos tenemos un rendimiento que se equipara con un dispositivo de más de 33,000 pesos. Su diseño y construcción son una delicia, aquí no hay plástico y su estructura está pensada para durar varios años.

Dejando un poco de lado el diseño y la pantalla, el tema del rendimiento y la batería son los puntos fuertes de la Lenovo Yoga Slim 7, por lo que está dirigida a usuarios que necesitan un equipo confiable para tareas básicas, hasta para aquellos que buscan tareas más demandantes de diseño y edición.

Sin embargo, la Lenovo Yoga Slim 7 no es perfecta, me hubiera gustado un panel de mayor resolución e incluso una mayor tasa de refresco, acabado mate en la pantalla y probablemente la incorporación de Thunderbolt 3. Pero bueno, esto seguramente hubiera incrementados el precio, y siendo honestos, lo que tenemos aquí difícilmente estará disponible por esta cantidad de dinero.