"An iPod, a Phone and Internet Communicator..."
Esas fueron las palabras con las que, en 2007, Steve Jobs anunció el iPhone, el dispositivo que —lo quieran aceptar o no— vino a revolucionar el mercado de la telefonía móvil.
En este 2017 se cumplen diez años de ese lanzamiento, y Apple lo está celebrando con su más atrevido y polémico modelo, el iPhone X. He pasado unos días probando a fondo este teléfono, así que después de unas primeras impresiones, ya tengo un veredicto final sobre cómo compite en el mercado actual y si está a la altura de un décimo aniversario.
Aquí el completo análisis del iPhone X:
Especificaciones técnicas
Se ha hablado mucho del teléfono, pero aún así creo pertinente iniciar el análisis con un completo repaso por cada una de sus especificaciones técnicas. Las resumo en esta tabla:
iPhone X | |
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DIMENSIONES FÍSICAS | 143.6 x 70.9 x 7.7 milímetros |
PESO | 174 gramos |
PANTALLA | OLED 5.8 pulgadas |
RESOLUCIÓN | 1125 x 2436 pixeles |
PROCESADOR | Apple A11 Bionic six-core |
RAM | 3GB |
ALMACENAMIENTO | 64GB/256GB |
BATERÍA | 2716 mAh |
CÁMARAS | 12 MPX (28mm con OIS) + 12MPX (56mm con OIS), frontal 7MPX |
SISTEMA OPERATIVO | iOS 11.1 |
CONECTIVIDAD | WiFi 802.11 b/g/n/ac, 4G LTE, Bluetooth 5 LE, GPS, NFC y Lightning |
PRECIO | 23,499 pesos/26,999 pesos |
Para quien desee echarle un vistazo por primera vez al iPhone X aquí nuestro unboxing y primeras impresiones:
Análisis en video
Como viene siendo habitual, hemos preparado un completo análisis en video en el que resumimos todo este post, útil por si alguien quiere conocer a detalle el teléfono y de una forma mucho visual.
Sin más, aquí dejamos el video:
Diseño
Los iPhone 8 ya nos habían dado un adelanto de lo que sería el diseño de este iPhone X, pero solo en materiales, ya que en aspecto estamos ante el iPhone más diferente desde que se presentó la primera generación.
La trasera es de cristal, ahí no hay sorpresas, sin embargo, en el frontal tenemos un diseño "todo pantalla". Pongo esa frase entre comillas porque en realidad sí tiene marcos, pequeños pero ahí están.
El que sea todo pantalla trae consigo una ausencia importante: no hay botón de inicio. Dicha decisión no solo afecta la incorporación de Touch ID (que es suplantado por un interesante reconocimiento facial), sino a la forma en la que interactuamos con el teléfono. Pero esos detalles los daremos más adelante.
Sé que para muchos, lo interesante de repasar el diseño es concluir si es bonito o no, pero lo único que puedo decir es que para gustos colores. El teléfono puede ser feo o hermoso, depende de cada persona, aunque sí puedo confirmar que está construido con el clásico cuidado al detalle de Apple.
La parte trasera tiene el sistema fotográfico en una protuberancia, es alta y notable al tacto, pero no me ha molestado en lo absoluto. La unidad que probé es la de color blanco con marcos "cromados" de acero inoxidable, Apple asegura que dicho metal pasó por cierto grado de preparación, pero es sumamente susceptible a ralladuras, no tanto como esos iPod que se rallaban con la mirada, pero con el uso diario ya se notan algunas marcas.
Como he dicho, en el frontal ya no hay botón de inicio ni esos enormes marcos que tanto criticamos en los iPhone 6, 7 y 8 (y sus variantes), ahora lo único que destaca es una muesca en la parte superior en donde se albergan todos los sensores de Face ID.
El tema de la muesca igual es en torno a gustos, al principio es difícil ignorarla, pero después de días me acostumbre a ella. Claro, a menos que quiera disfrutar algún video a pantalla completa, en ese caso tanto la muesca y las esquinas curvas se comen parte del contenido.
De sus dimensiones, al no tener esos enormes marcos, el teléfono es ligeramente más grande que el iPhone 6, 7 y 8 pero más pequeño que las versiones 'Plus'. Esto hace más fácil su manejo con una sola mano. Aunque la clave no es solo que tenga una pantalla más grande, sino que también hay cambios es su aspect ratio, que ahora es de 19.5:9. Mucho más alargado.
Si comparamos lado a lado un iPhone 8 Plus y un iPhone X notamos una diferencia de tamaño, pero tampoco es tanta como para decir que el iPhone X tiene "un enorme panel", ya que en superficie de pantalla este último solo llega a las 84.4 centímetros cuadrados, y su hermano 8 Plus se queda con 83.4 centímetros cuadrados.
Nos podemos poner nerds y usar el teorema de Pitágoras para comprobar que aunque los teléfonos "sin marcos" aumentan el tamaño de sus pantallas, en superficie no hay un aumento significativo, ya que los fabricantes ahora juegan con diferentes aspect ratio. En este post de The Verge lo explican muy bien. |
El cristal, como en otros teléfonos con este material, hace que el iPhone X se sienta más resbaladizo y frágil, pero cualquier protección puede solucionar ese "problema". En los días que lo utilicé lo he traído sin funda, no soy partidario de ellas, y aunque el cristal no ha sufrido daños ni se me ha resbalado, el marco cromado ya tiene un montón de marcas.
Hay dos cosas que sí hereda de los iPhone 7 y 7 Plus: no hay conector jack de 3.5 milímetros para audífonos e incorpora una resistencia al contacto con el agua bajo certificación IP67. Una carencia que ya no tiene sentido criticar (no va a volver el jack de audífonos en los iPhone) y un añadido que solo sirve como protección para accidentes.
Pantalla
Otro de los mayores cambios en este iPhone X está en su pantalla. Más allá del nuevo tamaño y aspect ratio ahora tenemos una nueva tecnología de panel, en concreto tenemos uno de tipo OLED.
Las diferencias entre un panel OLED y un LCD se basan prácticamente en el método iluminación. En los LCD se utiliza una luz de fondo para iluminar todos los pixeles, mientras que en los OLED cada pixel produce su propia iluminación. Esto permite que los paneles OLED tengan un consumo más controlado de energía, colores más saturados y negros mucho más profundos (el contraste es infinito).
Samsung es el que más fácilmente se puede identificar por el uso de este tipo de pantallas, de hecho es el que fabricó el panel de este iPhone X. Su tamaño es de 5.8 pulgadas, cuenta con una resolución de 1125 x 2436 pixeles y una densidad de 458 pixeles por pulgada.
Como hemos dicho, la saturación de colores es una característica de estos paneles, sin embargo, Apple ha sabido calibrar bien los colores para que, aún mostrando negros más profundos, tengan tonalidades apegadas a la realidad. La temperatura de color es un poco más fría que en el iPhone 8 Plus, pero solo es notable cuando los ponemos lado a lado. El panel hace uso de una matriz de pixeles Pentile, en concreto una con arreglo Diamond.
Se ha criticado mucho a las matrices Pentile por mostrar algunas distorsiones en los colores, pero el arreglo Diamond (con pixeles verdes ovalados) ha demostrado ser una buena solución para "minimizar" esos inconvenientes. Además, la alta densidad de pixeles ayuda a que las distorsiones sean mínimas. |
En torno a brillo me quedó con un buen sabor de boca, ya que el máximo (según Apple de 625 cd/m2) nos permite visualizar sin problemas la pantalla incluso bajo la luz directa del sol. El mínimo pudo haber sido más bajo, pero está dentro de lo aceptable para no lastimarnos la vista.
Sobre los ángulos de visión, cuando estos son amplios se notan algunas distorsiones en las tonalidades, aunque nada que pueda significar problemas con el día a día. Afortunadamente en el tiempo que lo utilicé no noté ninguna quemadura en la pantalla.
Apple sabe que las distorsiones de color y las "quemaduras" son puntos flojos de los paneles OLED, por ello habilitó una página en la que explica que el iPhone X está en riesgo de sufrir alguno de estos problemas, aunque esto no es exclusivo de dicho teléfono, sino de todos los que incluyen paneles fabricados con esta tecnología. |
Este panel también es compatible con tecnología HDR, así que si consumimos un contenido adaptado a ella tendrá un mejor contraste y, en general, una mejor reproducción de color. También hay que agradecer que sea compatible con el estándar de color DCI-P3, muy usado en la industria profesional, y que incluya la tecnología True Tone que regula de forma automática el brillo y la temperatura de acuerdo a la iluminación ambiente.
DisplayMate ha realizado un análisis técnico bastante detallado de esta pantalla, la imagen que dejamos arriba la han capturado con un microscopio óptico y muestra el arreglo de los pixeles. |
Ahora así controlamos el iPhone
El nuevo diseño, la nueva pantalla y la omisión del botón de inicio hacen que la forma con la que interactuemos con el iPhone cambie de forma radical.
Ya no hay botón de inicio, ni para desbloquearlo, ni para trasladarnos al escritorio, ni para la multiltarea, ni para llamar a Siri. La mayoría de estos "toques" se han convertido en gestos que tendremos que realizar en la parte inferior de la pantalla, aquí algunos gif's que explican estas acciones:
Desbloquear el teléfono:
Regresar al escritorio:
Abrir multitarea:
Cambiar entre app:
Abrir el centro de control:
Abrir el centro de notificaciones:
Invocar a Siri:
Tomar captura de pantalla:
Apagar el móvil:
Como hemos dicho, estos gestos y acciones hacen que la interacción con el iPhone cambie después de diez años, un cambio que a mi parecer llega en el momento correcto, cuando se ha eliminado un elemento que robaba espacio en el frontal y cuando el SO se ha adaptado de forma casi perfecta.
Sé que para muchos estos nuevos gestos podrían ser complicados de aprender, pero son bastante intuitivos y después de unos días se integran de forma eficiente en nuestro flujo de trabajo. Este fue mi caso.
Claro que aquí no solo hay que pensar en la actualidad, sino también en el futuro. Es casi seguro que los iPhone de próxima generación hereden el diseño "todo pantalla" de este iPhone X, así que estos gestos se convertirán en la base para la nueva forma en la que interactuemos con el teléfono de Apple.
¿Qué tan bien, o mal, funciona Face ID?
Pero más allá de los gestos y nuevas acciones con los botones físicos, el cambio más radical en este iPhone X está en el método de desbloqueo, el cual se vio directamente afectado por la omisión del botón de inicio —y el Touch ID.
La tecnología lleva por nombre Face ID y no es más que un sistema de reconocimiento facial 3D. Una cámara, un proyector de puntos y una cámara IR (metidos en esa muesca que muchos odian) crean un mapa tridimensional de nuestro rostro que después se compara con uno almacenado previamente, si coinciden se nos identifica.
Puede sonar bastante sencillo, pero el proceso de identificación es muchísimo más complejo y asombroso, y de hecho su funcionamiento se merece un post entero, pero ya se hizo así que los direcciono a él. |
Pero ¿funciona?. La respuesta corta es SÍ. Lo pongo con mayúsculas porque funciona muchísimo mejor de lo que pensaba, acierta en la mayoría de ocasiones y de situaciones.
He probado el sistema bajo plena luz del día, con iluminación interior, de noche en exteriores y en plena obscuridad, y en todas las situaciones funcionó sin problemas. Lo curioso es que alguna vez me pidió ingresar el código, lo cual agradecí porque tal como lo presume Apple, Face ID aprendió de esa situación y cuando se volvió a repetir la autenticación fue inmediata.
También probé poniéndome lentes, gorra y gorros, y la experiencia fue bastante similar, en alguna ocasión me pidió el código, pero después me identificó sin problemas.
Esto último es gracias a que el mapa que realiza el sistema de Face ID es bastante detallado, tanto que la compañía asegura que aún cortándonos el cabello, dejándonos la barba o poniéndonos bufanda se nos seguirá identificando. Además esas situaciones "extrañas" son útiles para que el sistema mejore y nos conozca mejor.
Sobre su rapidez en comparación con Touch ID, tengo sentimientos encontrados. El reconocimiento es rápido, en la mayoría de situaciones, pero nos obliga a realizar un gesto adicional para realizar el desbloqueo, el cual nos "roba" algo de tiempo.
Sin embargo, en los días que lo utilicé, Face ID se volvió una tecnología invisible: sí, el gesto para desbloquear el teléfono se ha convertido en la única acción por la que me tengo que preocupar, ya que no pongo atención a si el sistema reconoció o no mi rostro, pues no tengo que posicionar el teléfono a cierta altura, no me tengo que preocupar por la iluminación y porque mi mirada siempre está puesta en el teléfono.
Sé que muchos dudarán de qué tan bien o mal funciona Face ID, pero a mi parecer es una tecnología con muchísimo recorrido. Los Animojis pueden ser un feature tonto, pero son la forma más simple de comprender la capacidad de reconocimiento facial de este hardware.
Igual para que tengan una idea del modelo 3D que se crea aquí un gif que obtuve desde la app MeasureKit:
Rendimiento y batería
Pero Face ID no iba a ser posible sin un potente hardware. Tan solo basta imaginarnos todo el proceso de identificación y creación del mapa 3D de nuestro rostro para saber el potencial de cálculo que se requiere para hacer que el reconocimiento sea inmediato.
Aquí la clave es el A11 Bionic, el último SoC diseñado por Apple y que ya conocimos en los iPhone 8. El chip es idéntico: con un arreglo de seis núcleos, una GPU personalizada y un procesador neural, pero como en el 8 Plus se acompaña de 3GB de memoria RAM.
Con este hardware, el iPhone X va que vuela, algo lógico al saber que es modelo de más alta gama en el catálogo de Apple. La comparación con sus hermanos es posible, pero me ha sido difícil notar diferencias de rendimiento. Solo para tener referencias, aquí unas gráficas de benchmarks:
Más allá del rendimiento, en este apartado quiero hablar de la autonomía. Tenemos una batería con 2716 mAh, es la de mayor capacidad que ha integrado Apple en un iPhone, desgraciadamente no es la de mejor rendimiento.
Con un uso normal, he terminado el día con un 15-18% de vida restante. A estas alturas la mayoría recargamos nuestro teléfono cuando nos vamos a dormir, pero ese 15-18% se me hizo corto en los días que se me olvidó conectar el teléfono en la noche, pues amanecía prácticamente muerto.
La media de smartphones ofrecen autonomía similar, pero al menos algunas empresas se centran en incorporar sistemas de carga rápida. El iPhone X es compatible con ella, pero para disfrutarla tendremos que gastar 1,798 pesos adicionales tanto en un cargador de 29 W como en un cable de USB Type-C a Lightning. Parece una broma, pero no, es la realidad.
Eso sí, agradezco que tengamos compatibilidad con carga inalámbrica y que cualquier cargador bajo el estándar Qi funcione. Aunque esta tecnología la sigo sintiendo muy "beta", pues la carga tarda muchísimo. Pero esto es problema de todos los fabricantes, no solo de Apple.
Software
En torno al software tenemos al mismo iOS de siempre, en concreto la versión 11.1 que mejora en algunos aspectos respecto a la 11.0 que se había lanzado junto de los iPhone 8.
Lo mayores cambios del SO en este iPhone X vienen en la forma que interactuamos con el teléfono, eso ya lo detallé en un apartado anterior. Pero aquí me quiero centrar en la forma en que aprovechan, o no, la nueva pantalla las aplicaciones.
El aspect ratio de este teléfono permite crear apps que muestren mayor información de manera vertical, algo que algunos desarrolladores ya están aprovechando, pero que otros no. Si una app no está optimizada para este dispositivo se mostrará en su versión para iPhone 6, 7 y 8: con unas horribles y enormes franjas negras en la parte superior e inferior.
Algunos desarrolladores han logrado rellenar esas franjas extendiendo algunos colores de su interfaz, pero manteniendo los botones en la misma altura sin aprovechar la nueva altura del teléfono. Pero otros ya le están sacando partido mostrando elementos y botones, por ejemplo, en la parte inferior, cerca de la barra donde hacemos los gestos.
Como viene siendo habitual, depende de que los creadores adapten sus creaciones a este nuevo aspect ratio y resolución, algo que podría tomar poco o mucho tiempo. Lo que me preocupa es que, si algunos desarrolladores tardaron años en adaptar sus apps para los modelos 'Plus' ¿tenemos que esperar más años para que las adapten para el iPhone X?, sería una lástima.
Cámara
Quizá la actualización más discreta de este iPhone X respecto a sus hermanos está en la cámara. Tenemos igualmente un par de sensores de 12 megapixeles, uno gran angular y otro telefoto, pero el segundo ahora incorpora una mejor apertura (f/2.4) y estabilización óptica de imagen.
El sensor gran angular ofrece resultados bastante parecidos al iPhone 8 Plus, satura ligeramente las fotos para mantener un nivel de espectacularidad que es mucho más notable en esta pantalla OLED. Aquí algunas muestras:
El segundo sensor, el telefoto, tiene un rendimiento más interesante, principalmente de noche pues es más difícil que las fotos salgan trepidadas. El video igual se ve beneficiado, si activamos ese segundo sensor (haciendo un zoom 2x) la grabación es mucho más estable. Estos beneficios son gracias al estabilizador que compensa el movimiento al capturar la foto.
Como viene siendo habitual en un sistema de doble cámara, la estrella está en el "modo retrato" con el cuál podemos desenfocar el fondo de algún sujeto u objeto. En las pruebas que realicé los resultados son buenos pero con el clásico margen de mejora en la detección de ciertos detalles, como el pelo.
También tenemos los efectos de iluminación que ya conocimos con el iPhone 8 Plus, los cuales funcionan bien si se tiene información precisa de los planos (tanto el sujeto y el fondo). Lo bueno es que las fotos de "modo retrato" guardan información por si queremos aplicar, o eliminar, estos efectos una vez capturada la foto.
Pero la mayor novedad está en la cámara frontal. Aprovechando todo el hardware dentro de esa muesca, ahora podemos tomar selfies con "modo retrato". Los resultados son buenos, pero de más baja calidad respecto a los de la cámara principal. No soy fan de tomarme selfies, pero quien guste aquí tiene la opción de hacerlo con el fondo desenfocado.
La opinión de Xataka México
Este teléfono es todo lo que esperaba de Apple desde hace tiempo, un diseño atrevido, funcionalidades que cambian la forma en la que interactuamos con un iPhone y complementos (como el reconocimiento facial) que me hacen sentir en el futuro.
El diseño puede gustar a algunos y a otros no, pero cumple perfecto con la idea de ofrecer una pantalla de mayor tamaño en un cuerpo compacto, lo cual se adereza con un panel de enorme calidad y el clásico cuidado al detalle de la empresa. Sobre la muesca del frontal: ¿es fea? a veces, ¿pudo haberse omitido? creo que no.
Face ID es una tecnología difícil de asimilar, pero me he quedado contento con su funcionamiento, es precisa en la mayoría de condiciones y situaciones. Para mi, su aprobación llegó cuando en unos días me olvidé de su existencia, convirtiéndose en una tecnología invisible.
Del rendimiento y la cámara puedo decir que están a la altura de un teléfono de su categoría, ambos sobresalientes.
Pero no todo es perfecto en este smartphone: cuesta acostumbrarse al nuevo manejo de la interfaz basada en gestos, la batería pudo haber sido mucho mejor y hay un montón de apps que no le sacan partido a ese nuevo y enorme panel.
Pero sí, el iPhone X es el mejor iPhone jamás creado. Es el renacer del smartphone que revolucionó el mundo de la telefonía móvil en el 2007. Es el futuro. Desgraciadamente ese futuro, a día de hoy, nos costará bastante, en concreto 23,499 pesos en su versión básica (64GB) y hasta 26,999 pesos en la de mayor capacidad (256GB).
9.1
A favor
- Por fin un iPhone con diseño diferente.
- Pantalla OLED de gran calidad, en todos los aspectos.
- Face ID funciona muy bien. Es el futuro de la identificación biométrica.
- Excelente cámara, ideal para quien busque apuntar y disparar.
- Rendimiento sobresaliente, es muy rápido.
En contra
- Ese marco (al menos en el modelo de color blanco) se raya con mucha facilidad.
- Hay apps que no le sacan provecho al nuevo tamaño, y no sabemos cuánto tardarán en actualizarse.
- Se queda corto en autonomía, además no incluye cargador que le saque provecho a la carga rápida.
- En México y el mundo tiene un precio bastante elevado.
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