Samsung presentó el Galaxy Z Flip y rápidamente se hizo camino a México, incluso antes que la familia Galaxy S20. Durante su presentación lo probamos brevemente, pero nos quedamos con ganas de más, con ganas de comprobar el avance de Samsung en el nuevo terreo de los smartphones plegables y ver cómo se desempeña en el día a día.
Afortunadamente, tuvimos oportunidad de pasar 48 horas con el Galaxy Z Flip, así fue nuestra experiencia.
Diseño conocido, actualizado
Dejando de lado su diseño, del cual ya hemos hablado, vamos a enfocarnos en la experiencia de uso del Galaxy Z Flip, en el feeling de su llamativo form-factor en el día a día.
La utilidad del Galaxy Z Flip cuando está cerrado queda limitada a la pequeña pantalla exterior: notificaciones, control de medios y tomar selfies rápidas. Para ver el contenido de una notificación debemos primero revisar cuáles hay con varios swipes, una vez detectada una de interés, seleccionar y esperar a que se muestra en forma de tira, muy al estilo de los antiguos beepers.
No está mal, pero no es lo óptimo. Es decir, si estamos en un apuro, hacer todo el proceso resulta más tardado que abrir el móvil, revisar las notificaciones todas a la vez y responder alguna de interés. En caso de tener tiempo, sin apuros, también resulta mejor desplegar el panel.
Eso no quiere decir que la pequeña pantalla externa no tenga utilidad, ya que para cuestiones como la hora y el control de música, funciona perfectamente. Más que nada lo fundamental del panel secundario es la posibilidad de ver quién llama y poder colgar directamente, sin abrir el dispositivo. Sin embargo, lo que queremos es abrir el Galaxy Z Flip.
Magia flexible
Hablando puramente de la experiencia de abrir el dispositivo, flexionar la pantalla del Galaxy Z Flip es un movimiento cómodo, natural, mucho más de lo que es en el Galaxy Fold. No se necesita mucha fuerza, pero sí la suficiente para accionar la bisagra, ya que tiene cierta resistencia al movimiento para mantener el Flex Mode, del cual hablaremos posteriormente.
Finalmente, a pesar de que quizás para algunas personas sea algo complicado, es posible abrir y cerrar el Galaxy Z Flip con una sola mano. Basta con crear una abertura entre ambas mitades con la punta del dedo.
Hablando de aberturas, también es importante mencionar que queda un pequeño espacio entre las mitades del Galaxy Z Flip cuando está cerrado. Esto se debería a la calidad de "cristal plegable" del panel del dispositivo, que no le permitiría flexionarse por completo.
Sin embargo, durante el uso del día a día, el espacio extra no es notable, por ejemplo al llevarlo en el bolsillo del pantalón, ya que los extremos del Galaxy Z Flip se doblan hasta tocarse.
Samsung tiene la tarea de resolver este problema en futuros smartphones plegables, así como también mejorar el diseño industrial de su bisagra, otro posible factor que no le permitiría al Galaxy Z Flip plegarse por completo.
Ahora, retomando el importante tema del "cristal flexible" es justo decir que la pantalla del Galaxy Z Flip se siente mejor que la de otros smartphones plegables, pero aún lejos de una pantalla de cristal tradicional. Esto se debe a que el panel si bien es de cristal, su grosor es mucho menor al estándar. Aunado a esto, para lograr la flexibilidad, este panel tiene encima una cubierta de plástico, lo cual la hace menos resistente a rayaduras.
Samsung lo deja muy claro desde el primer momento: para mantener la integridad de la pantalla pide al usuario no presionar el panel con mucha fuerza, así como asegurarse de que al cerrar el dispositivo, no queden elementos adentro que puedan afectar la flexión de bisagra y pantalla.
Sí, el punto de doblez se ve y se siente en la pantalla del Galaxy Z Flip. En ocasiones se nota más, en otras menos, dependiendo siempre de cómo la luz impacte el panel. En mi experiencia, el doblez fue como el notch: en algún punto dejas de notarlo, pero sabes que está ahí, lo que se confirma cada vez que pasas el dedo por encima al usar la pantalla.
No es un aspecto de inflexión (¡ja!, ¿entendieron?) que determine adquirir o no el Galaxy Z Flip. Es un precio justo que pagar por la maravilla de un panel capaz de doblarse por la mitad, y un aspecto que seguramente será mejorado -si no es que eliminado- en el futuro.
Un detalle que vale la pena mencionar es que no hay riesgo de flexionar el Galaxy Z Flip por error. En parte porque la bisagra es suficientemente firme para mantenerse abierta aún con algo de presión, pero también porque es importante tener en cuenta este aspecto y no ejercer demasiada fuerza. Esto cobra especial relevancia al realizar ciertas tareas, por ejemplo al jugar sosteniéndolo en horizontal.
Para cerrar este apartado, hablemos de la calidad de la pantalla del Galaxy Z Flip. Samsung utilizó un panel Dynamic AMOLED, visto en otros de sus smartphones, por lo cual su calidad, vibilidad y representación de colores son buenos, más no excelentes, como sí en otros Galaxy. Esto se debería a la capa plástica colocada encima, necesaria para lograr la flexibilidad del panel.
A pesar de esto, la pantalla del Galaxy Z Flip está por encima de lo visto en el Galaxy Fold, y quizás también el Motorola razr, aseveración atrevida teniendo en cuenta el escaso tiempo de prueba que tuvimos. La calidad de Samsung queda patente, pero limitada por la propia compañía.
Cerca de ser "normal"
Queda claro que el Galaxy Z Flip no es un dispositivo ordinario, pero para fines prácticos y de utilidad en el día a día, se acerca mucho a ser "normal", como cualquier otro smartphone. Y eso es bueno.
Comenzamos con la potencia. A cargo del Snapdragon 855+ y asistida por 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento, la fuerza bruta del Galaxy Z Flip es suficiente para cumplir cualquier tarea con soltura. Desde lo más básico como es el uso de redes sociales y navegación, hasta jugar y más allá.
En este apartado no hay detalles importantes que mencionar, más que un desempeño acorde a lo que se esperaría de un smartphone de esta categoría -y precio. Aunque, es válido mencionar si bien el Snapdragon 855+ demuestra su valía, no es la actual joya de la corona de Qualcomm la que le da vida al dispositivo. No es un detalle determinante, pero que quizás algunos usuarios no perderán de vista.
Siguiendo esta misma premisa, tenemos que las cámaras del Galaxy Z Flip si bien se desempeñan notablemente, con tomas con buena captura de detalle y color (aunque con la conocida saturación de Samsung), no son lo mejor que hay en el mercado. Esto es porque básicamente son los mismos sensores presentes en el Galaxy S10+:
Sensor principal de 12 megapixeles con apertura f/1.8 con tecnología DualPixel, autoenfoque por detección de fase (PDAF) y estabilización de imagen (OIS), con captura de pixeles de 1.4 micras
Sensor ultra gran angular de 12 megapixeles con apertura f/2.2 y captura de pixeles de 1.22 micras (en el GS10+ este sensor es de 16 megapixeles, pero mantiene los demás aspectos)
Sensor frontal de 10 megapixeles con apertura f/2.4 con PDAF y captura de pixeles de 1.22 micras
Lo dicho, las fotografías con el Galaxy Z Flip son tan buenas como las tomadas con Galaxy S10+. Y es que no es algo malo, solo que sencillamente se quedan con calidad de 2019 en 2020. De nuevo, no es un aspecto determinante, pero sí un detalle a tener en cuenta.
Por otro lado, la autonomía es un aspecto que si bien en 48 horas es difícil evaluar por completo, demostró ser suficiente para un uso estándar. Durante mi prueba obtuve un día y poco más (pasando la noche) de autonomía, con aproximadamente 5 horas y media de pantalla. Bastante promedio para una batería de 3,300 mAh. La carga rápida por USB Type-C logra llenar la batería en un tiempo aproximado de una hora y media, dependiendo del uso durante el proceso.
Es decir, por el precio del Galaxy Z Flip se espera lo mejor de lo mejor, y aunque no es así, lo que se obtiene está muy cerca de la cima. Además, es importante tener en cuenta que en este dispositivo se ofrece diseño e innovación, más allá de especificaciones técnicas.
Pantalla, potencia, autonomía y cámaras, como un todo, hacen del Galaxy Z Flip un smartphone completo, muy cercano en experiencia cualquier otro dispositivo de la misma gama. Y es que este es el detalle diferenciador y determinante ya que, al desplegar la pantalla del Galaxy Z Flip su comportamiento es el "normal", con el agregado de los breves momentos que tarda flexionar la pantalla, y que valen totalmente la pena.
Evidentemente cuando el Galaxy Z Flip está cerrado su utilidad disminuye a los aspectos que ya mencioné. Pero, también como ya dije, el placer de tener un pequeño dispositivo en el bolsillo y que resulte en otro con el doble de tamaño al desplegarlo, lo vale todo.
Un abanico de posibilidades de software
El software es el último apartado para revisar, pero no por ello el menos importante. De hecho, es notorio el trabajo que ha hecho Samsung optimizando su capa One UI 2.0 para el Galaxy Z Flip ya que otorga al usuario la posibilidad de sacar más provecho de su capacidad plegable con el Flex Mode.
Al colocar el Galaxy Z Flip en un ángulo de entre 90° y 110°, la interfaz de algunas aplicaciones se adaptará automáticamente en el Flex Mode. Por ejemplo, la cámara se dividirá como en la foto sobre estas líneas, o la galería nativa de Samsung, la cual mostrará en la parte superior las imágenes y la inferior funcionará como un trackpad. Pocas aplicaciones están optimizadas para adaptarse totalmente a esta posición, pero es cuestión de Samsun incentivar a los operadores para sacar provecho.
Esta posición también permite dividir la pantalla en donde mitades de 4 pulgadas cada una, optimizando de cierta manera la multitarea a pantalla divida conocida de Android. Fuera de estos aspectos, la interfaz del Galaxy Z Flip es la conocida y vista en otros smartphones Galaxy.
Ahora sí, Samsung
El Galaxy Z Flip es el segundo intento de Samsung en el creciente mercado de smartphones plegables, pero definitivamente es un resultado mejor que el Galaxy Fold.
Sí, son premisas distintas: mientras el Galaxy Fold apuesta por la productividad de una pantalla más grande, el Galaxy Z Flip toma el tamaño regular para hacerlo más portable, con el debido toque de nostalgia -y elegancia- que eso conlleva. Pero, eso no limita que usar el Galaxy Z Flip sea mucho más cómodo e intuitivo que el Galaxy Fold.
El Galaxy Z Flip está lejos de ser perfecto. Es más, para algunos incluso puede incluso estar lejos de ser ideal por los detalles ya mencionados. Sin embargo, 48 horas fueron suficientes para convencerme de que Samsung ha tomado el camino correcto en el mercado de smartphones plegables, y si bien aún tiene mucho por recorrer, el Galaxy Z Flip es la muestra de que emocionantes cosas nos esperan en el futuro próximo.
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