El Fitbit Charge 4 se presentó a finales de marzo, y llegó a México un par de semanas después, como el sucesor de su familia de pulseras inteligentes. Durante las últimas semanas hemos estado probando sus novedades, y ahora traemos para ustedes nuestro análisis a fondo del Charge 4, la smartband definitiva para deportistas.
Sin grandes cambios exteriores, las novedades del Charge 4, respecto a su antecesor, están en el interior. Hagamos un repaso técnico:
Fitbit Charge 4 | |
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Dimensiones y peso | 35.8 x 12 x 22.7 mm, 20 gramos de peso |
Pantalla | OLED táctil monocromática |
Sensores | Acelerómetro de tres ejes Monitor óptico de ritmo cardíaco GPS NFC Motor de vibración Altímetro |
Batería | Polímero de litio, hasta 7 días de autonomía |
Conectividad y compatibilidad | Bluetooth 4.0 LE, alcance de hasta 9 metros Compatible con dispositivos Android 7.0 y superior, y iPhone 5S y superior |
Otros | Resistencia al agua hasta 50 metros |
Precio | 5,199 pesos, versión especial con correa textil 4,499 pesos versión estándar con correa de plástico |
Fitbit Charge 4, análisis en video
Diseño y pantalla: sin cambios, pero eso no es del todo malo
El Charge 4 hereda el mismo diseño de su antecesor, pero eso no es para nada malo. La diferencia fundamental es que el nuevo modelo cambia el cuerpo de aluminio por plástico, un aspecto apenas notable pues el Charge 4 se mantiene muy cómodo y ligero, tanto que casi podemos olvidar que lo llevamos puesto, tanto en el día a día como en las sesiones de entrenamiento físico, un aspecto que se agradece.
Un único botón táctil con retroalimentación háptica en el lateral izquierdo ayuda a su control, para retroceso de la navegación y para detener los entrenamientos. Otro aspecto notable de que el diseño se repita es que el sistema de correas es el mismo del Charge 3, por lo cual las correas son intercambiables entre ambos modelos, además de muy fáciles de colocar.
La pantalla del Charge 4 es OLED y su visibilidad es casi perfecta, tanto en interiores como en exteriores, aún con intensa luz natural. Eso sí, se mantiene monocromática, es decir solo muestra información en escala de grises. El panel es táctil, lo cual hace sencillo su manejo por medio de gestos, y aunque la respuesta táctil podría ser sin duda mejor, es suficiente para consultar la información de utilidad a la que tenemos acceso.
Finalmente, en la parte trasera del Charge 4 están los sensores que hacen todo el trabajo de medición y los pines magnéticos para la carga del dispositivo con el cargador propietario de Fitbit.
El hecho de que el diseño y la pantalla del Charge 4 no hayan cambiado desde la generación anterior es, dependiendo del cristal con que se mire, bueno y malo. La parte positiva es que funcionan muy bien en el día a día, sin problemas al llevarlo puesto y ver contenido. Sin embargo, la parte negativa es que el margen de mejora que dejó el Charge 3 no se aprovecha.
Desempeño: sencillo, pero suficiente para algunos
El Charge 4 es una smartband con un funcionamiento bastante sencillo. El seguimiento de actividad es automático y desde su pantalla podemos ver los pasos que hemos dado, la distancia recorrida, calorías quemadas, el clima, crear alarmas, hacer uso de cronómetro y cuenta regresiva. Además de ver la hora, por supuesto, y recibir notificaciones de las aplicaciones que activemos, previa configuración en la app de Fitbit.
Este último par de aspectos han mejorado desde la generación anterior, ya que en el Charge 3 es necesaria la app para crear alarmas, mientras que ahora las notificaciones funcionan correctamente y llegan sin retraso. No obstante, solo podemos ver las notificaciones, sin posibilidad de interacción, e incluso notificaciones de mensajes muy extensos no se muestran completas. Es así que para responder y ver mensajes completos, siempre es necesario recurrir al smartphone.
Más allá de esto, una de las principales novedades del Charge 4 es el control nativo de Spotify. Desde el nuevo dispositivo de Fitbit podemos acceder al control de la app no solo en el smartphones emparejado sino que también podemos transmitir a otros altavoces conectados mediante Spotify Connect. El control funciona bien, pero es importante tener en cuenta que debido a la pequeña pantalla del Charge 4, los aspectos están repartidos en varias pantallas.
El Charge 4 cumple con las funciones que se le pueden atribuir a un dispositivo de este tipo (medición de actividad física, notificaciones y poco más), con ciertas limitaciones. De ahí que su desempeño pueda considerarse como sencillo, pero también suficiente para personas cuya prioridad no es una total extensión del smartphone sino un complemento.
Autonomía: ni mejora ni empeora
Para cerrar este apartado, es importante hablar de autonomía. Fitbit promete hasta siete días de uso del Charge 4, pero en mi experiencia el tiempo promedio de uso fue de seis días, una marca bastante aceptable y poco lejos de la promesa de la compañía. El cargador incluido llena la batería del Charge 4 en aproximadamente una hora y media, y para su conexión es necesario quitarse la pulsera.
De nuevo, la autonomía del Charge 4 no está mal, pero desperdicia la oportunidad de mejora, sobre todo si tenemos en cuenta que actualmente hay algunas opciones en el mercado que fácilmente llegan a los 15 días de autonomía, y hasta más.
Monitoreo de actividad física: bienvenidos los Minutos en Zona Activa
Las "faltas" que el Charge 4 pueda tener se vindican, sin problemas, con su capacidad de seguimiento de actividad física, la más precisa que he probado. Y aquí es donde entra la principal novedad del Charge 4: la integración de los Minutos en Zona Activa, una característica que ayuda a llevar una cuantificación más rigurosa de las sesiones de entrenamiento.
Citando textualmente a Fitbit,
Los Minutos en Zona Activa monitorizan el tiempo que tu corazón pasa realizando una actividad que lo pone a cien. La Asociación Americana del Corazón recomienda realizar 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana.
El cuerpo de cada persona es diferente, es por eso que el cálculo de zonas de cada usuario se realiza de manera automática, teniendo en cuenta los datos que se ingresan en la aplicación, otro aspecto importante para el monitoreo de actividad. De esta manera, en mi caso mi cálculo de zonas queda así:
De 113 a 137 latidos por minuto (LMP) estoy en zona de Quema de grasas, de 138 a 170 LPM estoy en Zona Cardio y de 172 LPM en adelante es Zona Pico. Esto ayuda a cuantificar mejor el tiempo mínimo recomendado (aunque también se puede personalizar a gusto), haciendo el Charge 4 el cálculo automático dependiendo del tiempo que pasemos en cada zona durante el entrenamiento.
Aunado a esto, el Charge 4 envía notificaciones en tiempo real durante el entrenamiento cuando cambiamos de zona. Así sabemos cuándo relajarnos, pero también cuándo dar el extra necesario para cumplir nuestra meta de ejercicio.
La última gran novedad del Charge 4 es la integración de GPS, lo que permite el preciso seguimiento de actividades como correr, sin necesidad de llevar el smartphone con nosotros. Es un agregado que seguramente resultará útil para algunos, pero es importante tener en cuenta que el uso del GPS tiene un alto impacto en la autonomía del Charge 4. Fitbit promete hasta 5 horas de uso continuo del GPS; y en mi caso al utilizarlo en una carrera de alrededor de 40 minutos, el impacto fue de un día menos de autonomía.
Toda esta información está disponible en el Charge 4, pero para tener un mejor panorama de los datos cuantificados, en una interfaz ordenada por día, es necesario recurrir a la app de Fitbit, el complemento perfecto del Charge 4 -y en general de todos los dispositivos de la compañía.
En la aplicación está la información completa de nuestra actividad física, y ahondar en variedad de detalles. Por ejemplo, podemos consultar el promedio de pasos y distancia recorrida, junto con las calorías quemadas, con la marca de los días en los que hemos logrado nuestras metas -mismas que se configuran desde la app.
Vale la pena mencionar que si bien es importante marcar el inicio de una sesión de ejercicio desde el Charge 4 para una medición más certera, en general el dispositivo registra y cuantifica todo lo que hacemos. De esta manera, no se pasa por alto ninguna actividad.
Desde la aplicación también podemos configurar otros aspectos del Charge 4, y en general de nuestra cuenta y otros dispositivos Fitbit que tengamos. En el caso específico del Charge 4, podemos cambiar las carátulas (limitadas a 24 opciones de Fitbit), configurar parámetros de medición e introducir nuestros datos, importantes para el correcto cálculo de Fitbit.
Para finalizar, es importante mencionar la integración de NFC en el Charge 4 para realizar pagos por medio de Fitbit Pay. Lamentablemente, en México solo hay una institución bancaria participante, y de la cual no tengo tarjeta, por lo cual no fue posible probar este aspecto.
Charge 4, la smartband definitiva para deportistas
El Charge 4 definitivamente no compite con otros smartwatches del mercado, porque precisamente no es un reloj inteligente sino que es una banda inteligente con enfoque plenamente deportivo. Como ya vimos, sus funciones están totalmente enfocadas a la medición de actividad física y se quedan algo cortas, pero que también resultan suficientes para aquellos usuarios menos exigentes.
El Charge 4 se queda corto en mejoras respecto a su antecesor, eso es cierto, pero los Minutos en Zona Activa son una novedad importante que lo convierten en LA opción a tener en cuenta para los más deportistas, sobre todo para aquellos que están en busca de un acompañante para el entrenamiento. Eso sí, quizás dar el salto al Charge 4 desde el Charge 3 no sea la mejor opción, y valga la pena esperar.
Quizás la próxima generación muestre novedades estéticas y funciones más notables para complementar el buen trabajo de Fitbit en la medición de actividad física, es lo único que le falta.
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