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Cuphead, análisis: un imprescindible de Xbox One y PC tan maravilloso como retador

MartinPixel

Editor Senior

He jugado videojuegos desde que tengo memoria, apasionado de la tecnología y desde hace poco del comercio electrónico y los servicios de streaming. Soy un afortunado por ser parte del equipo de Xataka México y siempre dedico mi máximo esfuerzo en todas las publicaciones del sitio. LinkedIn

Fue en 2014 cuando apareció por primera vez Cuphead, como parte de los exclusivos que se preparaban para Xbox One y desde ese momento logró captar toda nuestra atención, por todo su apartado artístico, recordándonos a las primeras caricaturas a color, con una música de fondo acorde a la época.

Semanas después se confirmó que el juego era un ‘boss rush’, solamente contaría con batallas con diferentes jefes finales como se veía en el tráiler. En ese momento solamente eran tres personas trabajando en el desarrollo, pero cuando vieron las reacciones después de su tráiler, decidieron ser más ambiciosos y agregar niveles de plataforma, algo que soñaron desde un inicio.

Y así fue como Cuphead empezó a crecer, provocando que los desarrolladores dejaran sus trabajos originales y se dedicaran únicamente al juego, agregando más personas al equipo, motivo por el cual el juego se retrasó varias veces. Pero ya todo queda en el pasado, el juego ya se encuentra disponible para Xbox One, Windows 10 y Steam, les compartimos nuestro análisis.

Deudas de juego, son deudas de honor

Nuestros protagonistas son Cuphead y Mughead, un par de jóvenes que tienen cabeza en forma de tazas, un día deciden regresar a su casa por un camino totalmente diferente en el que encontrarán el tentador casino del Diablo.

Al ingresar al casino no podrán resistirse a apostar todo lo que tengan, el problema es que pierden todo y la forma de pagar será ofreciendo sus almas, después de suplicar por ellas, deciden llegar a un trato, donde tendrán que cobrar las deudas de otros clientes que tienen con el Diablo y la única forma de hacerlo, será derrotandolos.

A rasgos generales esa es la historia y por más sencilla que parezca nos agradó mucho, ya que tiene un toque muy extraño de humor que encaja a la perfección con el estilo de juego, donde todos los personajes son diferentes objetos animados.

El control nunca será un pretexto

Más allá de la trama vamos a lo importante, la jugabilidad, tendremos un pequeño mapa en el que podremos avanzar y seleccionar el nivel que queramos, estará dividido en dos tipos, batallas con jefes finales o escenarios con plataforma, nosotros decidiremos con qué queremos iniciar.

Cuphead es un juego de acción en 2D, sus desarrolladores lo definen como un ‘run and gun’ donde tendremos que avanzar por el escenario disparando en todo momento a cualquier objeto que se mueva.

Los controles son muy básicos, podremos disparar, cambiar de arma, usar un ataque especial, hacer un pequeño impulso, apuntar y otro para saltar, que tendrá el detalle de poder hacer los famosos ‘parrys’, un concepto muy popular en Street Fighter donde tenemos que presionar el botón en el momento exacto que vamos a recibir un golpe, provocando que lo detengamos sin recibir ningún daño.

Aquí los parrys son mucho más sencillos y aplicará con los saltos, en algún momento en el escenario veremos objetos en color rosa, al saltar para alcanzarlos y cuando estemos a punto de tocarlos, presionamos nuevamente el botón, si lo logramos tendremos un impulso que dará un doble salto, pero si fallamos, recibiremos un golpe.

El control es muy sencillo y funciona a la perfección, en ese punto ya todo dependerá de nuestras habilidades, lo que tendremos que hacer por los escenarios será avanzar, apuntar, disparar y saltar, algo que nos recordará de inmediato a los juegos de antaño.

Batallas contra jefes memorables

Ya mencionamos que existen dos tipos de niveles, el primero son las batallas con los jefes finales, la idea original del juego y nuestra primera impresión es que son espectaculares, los jefes estarán divididos en varias etapas, elevando su dificultad cuando sufran más daño, cambiando la forma en la que nos atacan, elevando el reto de forma gradual.

En realidad la idea de derrotarlos será muy sencilla, dispararle por mucho tiempo, pero para ello tenemos que esquivar los diferentes ataques que nos hacen, además que en cada etapa, pasan animaciones en las que no podremos atacarlos, es una coreografía espectacular.

Pero en ningún momento mencionamos que se trataba de una tarea sencilla, los controles funcionan tan bien que cualquier movimiento en falso será nuestra culpa, para ello tendremos que calcular bien cada paso que demos, no es un Dark Souls, es un juego de NES (más complicado). No existe una barra de salud, solamente tendremos tres puntos de vida, así que solamente necesitamos tres golpes para perder.

Al perder nos muestran brevemente una gráfica en la que vemos cuánto nos faltaba para terminar el nivel, no tenemos puntos de control, así que tenemos que iniciar de nuevo el nivel, aunque la ventaja es que son niveles muy cortos, una batalla con un jefe puede durar 2 o 3 minutos, pero para llegar a completarla, tendremos que perder muchas veces.

Y aquí entra una grandeza del juego, no te genera frustración perder, lo único que provoca es un reto para vencerlo, ver como con el paso de los intentos vamos avanzando más y es en ese punto cuando un nivel de 2 minutos, nos llevó más de 15 en acabarlo.

Las batallas no son contra jefes finales, son contra nuestra concentración, saber el momento correcto para presionar el botón, no desesperarnos por perder una y otra vez, los errores son castigados en el juego y es algo que aprendemos desde el inicio.

La dificultad podría parecer elevada para el jugador promedio, pero a diferencia de otros títulos difíciles de la actualidad, aquí el juego nunca es injusto, desde un inicio deja las cartas sobre la mesa y solo es cuestión de tener paciencia y eso que podía ser frustración al inicio, se terminará convirtiendo como satisfacción.

Un espectáculo para repetirlo

Al terminar cada nivel todo puede ser satisfacción, pero no, nos mostrarán una puntuación en base a diferentes objetivos que debemos completar y sí ya andamos picados, lo vamos a repetir para mejorar esas puntuaciones.

Además de los jefes tenemos los niveles normales, donde solamente tendremos que avanzar y disparar, aquí la experiencia no es tan retadora a la de los jefes, pero también estaremos repitiendo el nivel de manera constante, el diseño de los escenarios es bueno y aunque sean niveles divertidos, no son tan emocionantes como las otras fases.

Un detalle interesante es que esos niveles son opcionales, no son necesarios para llegar a la etapa final, pero su encanto es que podemos recoger monedas que nos podrán servir para comprar diferentes mejoras que nos ayudarán a lo largo de la historia.

La duración del juego es complicada de definir, en apariencia podría aparentar ser un juego de unas cuatro horas, pero será muy fácil engancharse y entre que repetimos niveles o nos estancamos, se puede elevar la duración a las 7 horas, sin problemas.

Supera nuestras expectativas

Curiosamente, no les hemos mencionado el apartado más grande de Cuphead, su apartado visual, recordando a esas animaciones de los años 30, llevando un estilo similar con los diseños de personajes, el tipo de expresiones tan exageradas que usan, es algo que no podemos dejar de admirar.

Para ello tienen un filtro que simulará a una película antigua, con las clásicas rayas y manchas constantes, que podrían desesperar en un inicio, pero cuando llevemos una hora, no podremos detenernos, es un estilo único.

Las animaciones de ese tipo tomaban vida con la música y aquí la banda sonora es un jazz clásico, no podemos decir que nos gusta más, ya que al unirlos, explotan nuestras emociones, es muy complicado imaginar que alguien logró llevar ese concepto a un videojuego.

Cuphead es un juego impresionante, logrando llevar una idea al extremo, tiene una personalidad que envidiaría la mayoría, se puede jugar solo, acompañado con un amigo o posiblemente de las dos maneras, es una adicción constante minuto a minuto.

Es retador, es memorable y es único, sin duda estamos ante uno de los mejores juegos del año y tomando en cuenta que 2017 será inolvidable, no lo podemos dejar pasar.

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