‘Assassin’s Creed’ se ganó su lugar en la historia de los videojuegos, siendo el título que llevó un escalón más arriba a Ubisoft para convertirlo en uno de los estudios más grandes de la actualidad. Pasaron los años, los juegos, las historias y hasta las generaciones de consolas donde es momento de mirar al pasado y saber si el estilo clásico puede funcionar en pleno 2023.
Tuvimos la oportunidad de jugar ‘Assassin’s Creed Mirage’, sin duda retoma los mejores elementos de los primeros juegos, pero no logra dar el salto para convertirse en algo memorable, la nostalgia funciona, pero no tanto como lo esperábamos.
Basim y su historia
La saga se hará presente desde el primer momento y en este caso es como Basim, el personaje que conocimos desde ‘Valhalla’ es parte crucial de la historia, donde podremos ver la evolución del personaje. En este punto consideramos que sí le da mucho valor jugar el título anterior de la saga, pero si decidimos iniciar por aquí, tampoco perderemos interés.
El juego se encuentra ambientado en la Bagdad del siglo IX, una zona que se aleja en su totalidad a lo que vimos en la trilogía pasada. El lugar es ideal para la trama. En la historia conocemos a la Orden, el futuro de los Templarios, que van mejorando su presencia como organización con muy pocas personas que se atreven a enfrentarlos.
Nosotros controlaremos a Basin, un ladrón callejero que en su búsqueda de justicia, tendrá que encontrar al líder de la Orden para hacer pagar por todo lo que hicieron. Suena muy sencillo y de alguna manera sí lo será ya que descubriremos pistas investigando los distritos y “visitando” a sus secuaces.
En realidad de eso va toda la historia y también agradecemos que no nos quieran llenar de detalles siempre, la narrativa se simplifica, igual que el objetivo. Lo que no nos gusta es la manera en la que se lleva al personaje principal, nos gustaría ver su camino por la hermandad y todas las enseñanzas que tenemos en el camino. En muchos momentos sentimos que el juego cambia de ritmos drásticamente, podemos tener momentos llenos de información y contexto, para luego dar “saltos” de elementos que considerábamos importantes por cómo se iba manejando.
Sin profundizar mucho tampoco tendremos la presencia del Animus, la tecnología con la que podíamos conectarnos con el pasado para modificarla, aquí siempre estaremos en Bagdad y los únicos momentos de “realidad”, será en la introducción, pero tampoco profundizará mucho.
Y en este punto nos detenemos con la duración de la campaña, con poco más de 15 horas podremos finalizar la historia, obviamente si queremos completar todos los objetivos se puede duplicar, pero sigue siendo pocas horas en comparación a los últimos juegos de la franquicia.
Un viaje al pasado
Para hablar del juego en acción es importante ver el trabajo en el diseño de los escenarios, estamos ante lugares perfectos para desarrollar el sigilo, sin olvidar la estructura de los edificios que hacen ver “natural” el parkour del juego. Se siente tan bien en todo momento que este debería seguir siendo el camino de la franquicia y no apostar por mayores escalas donde se pierde la “magia”.
Bagdad es un espectáculo que pocas veces hemos visto en los videojuegos de Ubisoft, existirán momentos donde no buscaremos misiones y solamente disfrutaremos el trayecto, inclusive valdrá la pena detenerse para admirar el nivel de detalle. Ubisoft se mantiene como el líder en recreaciones de estos escenarios, su historial lo respalda y no existe ningún estudio con tantos trabajos en tan poco tiempo.
Existe vida más allá de Bagdad, cruzar por primera vez en el desierto es impresionante, resulta hasta abrumador en cierto momento. Similar cuando vamos a Alamut, la muralla que funciona como sede de los Ocultos, ante el diseño, podríamos estar sin duda a uno de los mejores trabajos del año.
Misiones y más misiones
Ubisoft tiene un estilo de juego que es fácil de reconocer, una manera de crear misiones y objetivos que es sencillo de identificar en sus títulos y acá no es la excepción. Al ser una trama tan directa, contamos con muchas misiones que funcionan para conocer más de la ciudad.
El problema es que aquí no se toman muchos riesgos, por ejemplo con la trama principal se divide en cuatro líneas para ir por cada objetivo, el detalle es que tendremos elementos similares, como ir con personas en particular que nos darán pistas, la idea es la misma y de alguna manera extrañamos más riesgos, más si tomamos en cuenta que es un juego corto. Al final el gameplay ayuda a que no se sienta pesado ni aburrido, pero sí a una oportunidad desaprovechada.
Las misiones secundarias son muy flojas en la mayoría, no solamente por su similitud, se sienten como simples objetivos necesarios de completar para obtener una recompensa. Este punto nos extraña de los desarrolladores, son expertos en contar historias y hacer misiones principales y secundarias hasta de las piedras, aquí parece que su prioridad era recrear Bagdad y no tanto su desarrollo.
¿Quién dice que el sigilo no es divertido?
Es turno de hablar del juego en acción y aunque ya sabemos que el sigilo es el elemento principal, dejamos en claro que no estamos ni cerca de un ‘Hitman’ o ‘Metal Gear Solid’, sigue siendo una experiencia amigable a la que nos podemos adaptar.
Para afrontar cada misión tendremos cierta libertad de adaptarla a nuestro estilo, ya sea usando el águila para analizar todo desde el cielo o aprovechar las sombras desde la tierra. En este aspecto el juego lo hace muy bien, encontramos siempre elementos para que todo sea más sencillo, pero si decidimos ser el asesino más silencioso, también lo podremos realizar en algunos momentos.
Lamentablemente toda esta idea se cae cuando vemos que la respuesta de la inteligencia artificial es muy pobre, así que dependerá de nosotros qué tanto nos queremos divertir. Para ellos nos podemos apoyar de las herramientas que permiten nuevas maneras de pasar desapercibido, pero sin importar esos elementos, estamos ante un juego muy sencillo.
Entre los nuevos añadidos nos encanta el filtro de detective que sustituye al radar, nos agrada que se desactivan cuando estamos en movimiento, igual contamos con la "Concentración de Asesino", donde podemos marcar varios objetivos y eliminarlos en automático. Para nuestra sorpresa, es una agradable añadido ya que tiene muchas limitaciones para no utilizarla en cada momento. Inclusive te invita a la estrategia.
También vuelven clásicos como poder sentarnos en bancos que nos sirven para ocultarnos y escuchar conversaciones, además de aprovechar los tejados y andamios para escapar.
Otro elemento es el sistema de notoriedad, si nos detectan cometiendo un crimen, incrementará nuestro indicador y deberemos sobornar a las personas o romper carteles para pasar desapercibidos, en el caso que se nos salga de las manos aparecerán unos enemigos élite que elevarán el reto en ese momento.
En conclusión, el juego es tan difícil como nosotros nos lo queramos plantear, pero si utilizamos todos los accesorios y elementos del entorno, rara vez será un reto.
Cuando el título se convierte en aliado y enemigo
Los enfrentamientos también son parte de la aventura y sin duda estamos ante uno de los elementos más flojos ya que Ubisoft decidió hacer una mezcla del combate clásico y de los últimos títulos donde tendremos que atacar, esquivar y contraatacar. El resultado final es algo que no se siente tan pulido, pero que rescata el trabajo espectacular de las animaciones.
Regresando a la exploración, tenemos los clásicos atalayas para tener el punto más alto de la zona y desbloquear el mapa como tal. Ya no es algo tan simple como escalar, se las ingeniaron para colocar en momentos hasta acertijos que aunque son sencillos, le añaden el toque de diversión.
Situación similar con las persecuciones, la ciudad encaja a la perfección para que sean muy divertidas, la implementación es fantástica. Este tipo de elementos solo demuestran el gran trabajo en la creación de Bagdad.
Para dejar en claro las inconsistencias que van más allá del gameplay, podremos seguir hablando maravillas de la ciudad, gráficamente es increíble, pero el contraste viene con el modelado y las expresiones faciales, parecen dos juegos totalmente diferentes. Tenemos el clásico modo rendimiento que es el ideal por sus 60 cuadros, mientras la calidad mejora la resolución, pero no creemos que valga tanto la pena.
No todos los juegos deben durar tanto
Los títulos como ‘Assassin’s Creed’ han dejado el escalón muy alto, tener que ofrecer montones de misiones principales, secundarias y otros objetivos como parte del contenido que deben de ofrecer para que su duración logre pasar las 50 horas por lo menos, en ‘Mirage’ no es el caso. Estamos ante una producción “menor” de la saga que parece funcionar como spin-off, entre tantos proyectos que tienen entre manos.
Creemos que en general el resultado es positivo si se considera que no estamos ante las magnitudes de ‘Valhalla’ y que le vuelve a dar otro respiro a la franquicia que siempre le vendrá bien. Mientras menos juegos veamos en la línea principal, más posibilidades tendremos de encontrar cambios significativos, algo que ya vimos en la trilogía pasada.
Si somos fanáticos de los primeros juegos sin duda no debe faltar en nuestra colección, más por recordar mecánicas o elementos de antaño que por encontrar un reto. La inteligencia artificial es un desastre y nos gustaría que esto se pudiera solucionar en un futuro, pero no lo vemos tan claro.
‘Assassin’s Creed Mirage’ no destacará entre los juegos de 2023, pero sin duda los fanáticos de antaño agradecerán ver una Bagdad inolvidable, sin importar las carencias. En el caso de buscar mayor reto y dificultad, posiblemente deberemos mirar para otro lado.
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