Podrá diferenciarse de la competencia con ese módulo cuadrado, pero si Huawei quiere realmente hacerlo bien deberá demostrar que las cámaras no solo son un ardid estético, sino que la combinación de potente hardware ha sido aprovechado eficazmente en el Mate 20 Pro.
Luego de la presentación de la serie Mate 20 en Londres, hemos tenido oportunidad de probar las cámaras del Mate 20 Pro por todo un día, y aunque el camino para dar un veredicto final aún no está completo, sí tenemos ya bastantes apuntes habiendo probado la variedad de opciones que ofrece el dispositivo en el apartado fotográfico. Aquí nuestras anotaciones.
Versatilidad gran angulares y telefoto
40, 20 y 8 megapixeles conforman ese cuadrado de lentes auspiciados por LEICA que ubicamos al reverso del Mate 20 Pro. El primero es un gran angular, el segundo es un ultra gran angular, y el tercero es un telefoto.
La combinación hace que en cámara tengamos cuatro opciones predeterminadas de acercamientos: 1X (modo normal ), 3x (zoom óptico con 80 milímetros de distancia focal), 5x (135 milímetros de distancia focal con zoom híbrido) y 0.6x, el ultra gran angular de 16 milímetros en donde entra ese sensor de 20 megapixeles.
Además podemos llegar a 10x con distancia focal de 270 milímetros en un zoom totalmente digital y que nada recomendable es por la aparición de grano y otras deformaciones.
Situado en el mismo lugar he tomado las siguientes tres capturas con 1x, 3x y 5x.
Gran captura de detalle se puede apreciar aún cuando hacemos uso del teleobjetivo, y aunque el ruido comienza a notarse, las condiciones lumínicas eran bastante malas. Si solucionamos el problema de la luminosidad tendremos mucha más información a cuadro.
De día, y sin luces neón de fondo, en los detalles de una de las torres de la Abadía de Westminster se aprecia mucho mejor la buena labor del teleobjetivo del dispositivo.
Pero, si solemos tener esa sensación de que una foto 1x es bastante insuficiente para capturar el momento, ahí es donde debemos recurrir al ultra gran angular.
Gran detalle se alcanzan a apreciar en las fotos ultra gran angular, lo que nos deja abierta la puerta a hacer futuros recortes en un futuro, sin necesidad de renunciar a calidad. Como siempre, al tratarse de una óptica singular, deberemos tener cuidado con las deformaciones inevitables que se forman sobre todo a los costados
Todas las opciones en conjunto establecen un ecosistema de foto que encuentra en la versatilidad una de sus mejores virtudes. Para muestra las siguientes cuatro fotos tomadas con 0.6x, 1x, 3x y 5x respectivamente.
Modos telefoto y saturación
Pero esta versatilidad no es gratuita, pues la a última foto revela el precio a pagar. Conforme utilizamos más del zoom, para compensar la pérdida de luz, vía software la foto ha sido sobre expuesta o sobresaturada, pues el teleobjetivo es el que menor diafragma tiene (f/2.4) respecto a sus compañeros.
El resultado está en tonos muy vivos en los 5x que podrían en ocasiones no ser lo más fieles a los que vemos en la vida real. Nuevamente tres capturas tomadas con 1x, 3x y 5x respectivamente.
En el siguiente caso es aún más notorio en el rojo de la pared, cuando la primera foto corresponde a 1x y la segunda a 5x.
Una IA menos agresiva con un montón de escenas
Hablando de la precisión cromática, el Mate 20 Pro incorpora inteligencia artificial para reconocer escenas y aplicar mejoras a las fotos de manera automática según lo que se esté capturando.
No es la primera vez que vemos la tecnología, pero, a diferencia de otras propuestas de Huawei, aquí la captura inteligente es bastante discreta con los efectos que aplica, al menos en la mayoría de los casos.
Las primera corresponde a una toma inteligente en donde se activó el modo "hojas de otoño", mientras que en el segundo se ha activado "vegetación". En el primero la desaturación es muy obvia, pero es agradable que en el segundo no tenemos un pasto radioactivo.
Mismo caso para la comida, en donde con toma inteligente (segunda foto), los colores resaltan, pero no con ayuda de una saturación desmedida. Por el contrario ganamos textura y un poco más de nitidez.
Y ya que hablamos de comida...
El modo calorías
Mucha atención recibió la mejora en cámara que permitiría, con inteligencia artificial, reconocer platillos que estuvieran de frente al dispositivo, mismo que podría ser capaz de calcular volumen, peso y hasta reconocerlo, y con todo ello determinar la cantidad de calorías en él para saber con precisión qué nos llevamos a la boca (y cuánto ejercicio habría que hacer para eliminar las calorías de más).
Con aproximadamente cinco tomas a diferentes comidas, quizás la mitad de ellas ha reconocido exitosamente el platillo. Al parecer debemos tener condiciones lumínicas bastante óptimas para que el reconocimiento ocurra.
El conteo de calorías es otra historia. En algún momento a un pastelillo de poco más de cinco centímetros por cinco centímetro (casi inocuo a mi modo de ver), le ha detectado 4,000 calorías.
Cuando el reconocimiento sí funciona el algoritmo procede a comparar el platillo que esté a la vista de las cámaras con una base de datos en donde se almacenan imágenes, y luego se ofrece la información calorica de la imagen consultada. Mi suposición es que esto ocurre al no poder calcular el volumen del alimento, quizás por condiciones lumínicas de cuando se captura la comida.
La idea que Huawei nos ha brindado sobre esta tecnología es mucho más sofisticada de lo que hemos probado en la vida real. Si me lo preguntan, no dudo que futuras actualizaciones permitan mejorar los algoritmos que miden volumen de una comida, y quizás funcionar mejor con condiciones regulares de luz.
Un modo nocturno que pocos extrañarían de no estar
Comencemos diciendo que el modo nocturno es bastante bueno. Pero la cámara por sí sola, sin activar la modalidad para captar más luz, lo es también.** Cinco segundos de exposición se necesitan para completar una toma** con el modo nocturno, lo que podría resultar en algunos detalles borrosos a causa del movimiento.
En este caso solo la segunda tiene modo nocturno.
El cambio de colores no es radical, pero si lo que se busca es precisión cromática el modo nocturno no es la mejor opción.
Un modo apertura que no le envidia nada al bokeh
El "fenómeno modo nocturno" es similar a lo que ocurre con el modo bokeh. Desde antes habíamos notado los buenos resultados del modo apertura, pero con la precisión que demuestra en el Mate 20 Pro, nos preguntamos su relevancia.
Y es que me he topado con un excelente procesamiento de imagen y delimitación entre planos con el modo apertura, mientras que ocasionalmente en el modo bokeh aún tenemos problemas cuando se trata de separar al sujeto del fondo. Una lástima para un tope de gama.
El problema es que el modo apertura solo está disponible para las cámaras traseras, y juega bajo diferentes condiciones dado que sus mejores resultados se dan cuando el sujeto está a una distancia de metro y medio de las cámaras. En resumen, si queremos fondos desenfocados, la mejor manera de conseguirlos es dándole el móvil a alguien más para que nos tome una foto con modo apertura. Los desenfoques podremos aplicarlos o eliminarlos con esa captura posteriormente.
Un último apunte sobre la cámara frontal. Esta cuenta con modo HDR en acceso directo en la interfaz. A propósito me he colocado en un severo contraluz y este es el resultado.
Puede que para quien no haya estado ahí pase desapercibido el azul forzado del cielo, pero si lo comparamos con el original sin duda tenemos un efecto bastante artificial. La buena noticia es que el algoritmo hará hasta lo imposible para no resultar en espacios quemados, siempre y cuando estemos dispuestos a pagar por un evidente artificio en la foto final.
Un macro que verdaderamente brilla
Llegamos a uno de los apartados más interesantes. Tenemos el tradicional modo 'macro' y un adicional 'supermacro' en las cámaras traseras del Mate 20 Pro. Antes de pasar a los detalles veamos cómo funciona con ayuda de ejemplos gráficos. En las siguientes cuatro fotografías la primera es un 0.6x, la segunda es 1x, la tercera es 3x y la cuarta es 5x.
El nivel de detalle que conseguimos en la última foto no es para nada malo. Ahora, las cuatro anteriores fotografías fueron tomadas con ayuda de la inteligencia artificial, misma que luego de activar los acercamientos de 3x y 5x, procedió a configurar las tomas con la modalidad 'supermacro'.
El problema de depender completamente de la inteligencia artificial para activar el 'supermacro' es que cuando tomamos foto de alimentos puede que el modo que prevalezca es el de 'comida'.
Ante ello, tenemos una opción más manual de activar el modo 'supermacro', que consiste en solo activar el ultra gran angular (0.6x). Esto se puede hacer en modo profesional, o bien, en el modo normal de foto, siempre y cuando no tengamos activado de manera predeterminada los 40 megapixeles de resolución en foto normal.
Sucede que el 'supermacro' se consigue con ayuda del ultra gran angular, que para el Mate 20 Pro es el de 20 megapixeles. Si de forma predeterminada se tiene activada la resolución de 40 megapixeles, estamos designándole el trabajo al principal sensor, el que funge como gran angular, no el 'ultra gran angular'.
La primera foto fue tomada con inteligencia artificial, y la saturación de colores la delata. La segunda mientras tanto fue tomada con el modo "manual" del supermacro, y aunque tenemos colores más reales, también tenemos menor profundidad de campo. Para el análisis a fondo de la cámara habrá que hacer más pruebas sobre cómo reacciona este modo con otro tipo de objetos.
De frente al Note 9
Solo por no dejar, hemos hecho algunas capturas con el Galaxy Note 9 para que ustedes noten sus diferencias.
Aún es muy pronto para dar el veredicto final, pero lo que sí es seguro es que la temperatura de color entre ambos dispositivos a cielos nublados varía bastante. Al caer la noche la cámara del Mate 20 Pro ha demostrado ser un duro contendiente en la recolección de luz, de manera que el London Eye se visualiza más nítido en su cámara.
Finalmente algunas fotos extra que he tomado con el Mate 20 pro.
Apuntes de video
Un par de breves apuntes que he podido hacer del video capturado con el Mate 20 Pro. Para ninguno de los casos he utilizado algún tipo de aditamento, todo ha sido grabado a mano alzada.
Para empezar la estabilización es brutal. En el primer video de ejemplo he realizado paneos bastante agresivos, habiendo terminado con cada movimiento de golpe. Aún así al final del movimiento en el video se visualiza un breve fade del movimiento, como si poco antes de llegar al final del paneo hubiera disminuido la velocidad.
Hablando de paneos, ¿alcanzan a ver esa línea vertical al extremo (muy extremo) derecho con un color diferente al resto del video? Al principio pensé que se trataba de una sola toma, pero me he encontrado con el mismo efecto en grabaciones de otras unidades Mate 20 Pro. El defecto no es nada menor, y por ahora no podemos más que esperar que se trate de un bendito problema localizado por la gente de Huawei y con miras en ser reparado en futuras actualizaciones.
Con poca luz encontramos grano, pero la verdad es que la cámara ha respondido bastante bien ante situaciones de luz bastante adversas e impredecibles.
Por último, Huawei incorpora en el Mate 20 Pro una serie de efectos con renderizado en tiempo real, mismos que se hacen valer del Kirin 980. Este es uno de ellos, cuya intención desde luego no tiene nada que ver con simular realidad, pero que para quienes gusten, puede dar bastante juego para creación de contenido.
La versatilidad, el punto fuerte
Con grandes angulares, un telefoto que funciona muy decentemente, videos con renders en tiempo real, un excelso modo 'supermacro' y un modo profesional que no se queda atrás, la clave de la cámara fotográfica del Mate 20 Pro es "versatilidad".
Aún así, con solo 24 horas de uso, hemos encontrado fallas importantes: entre ellos está el procesamiento de la imagen en videos con paneos, la falta de precisión en el modo de detección de calorías, un modo bokeh que pese a no ser malo casi con seguridad no está en el top tres de los mejores del mercado actualmente, y ese modo 'supermacro' cuya configuración puede no resulte fácil de entender para muchas personas.
Al menos dos de los problemas esperemos sean arreglados a la brevedad a través de actualizaciones de software, y por su magnitud es fácil pensar que ello ocurrirá, pero nos sigue quedando el sabor de boca de que un par de detalles debieron haberse afinado antes de tener el lanzamiento global.
Lo que sí es que Huawei está evolucionando a pasos agigantados. La toma de detalles no es menor, las cámaras traseras casi no extrañan el modo nocturno, y ni hablar de esa inteligencia artificial autocontenida que ha aprendido que la mejor tecnología es la que no exclama a gritos su presencia, sino la que hace tan bien su trabajo que es fácil pasar por desapercibido que siquiera está.
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