Hace poco más de un año que Google entró de lleno al mundo de los wearables con su sistema operativo dedicado a estos dispositivos. Android Wear fue anunciado en marzo del año pasado, sin embargo, fue hasta el Google I/O 2014 cuando tuvimos la oportunidad de comprar los primeros dispositivos que lo ejecutaban.
Es por ello que hemos aprovechado la llegada de una de las actualizaciones más grandes del SO para revisar cómo ha evolucionado la plataforma en estos meses. Aquí un repaso por Android Wear un año después de que haya visto la luz.
México no ha sido prioridad para la mayoría fabricantes de relojes inteligentes con Android Wear, por lo que actualmente sólo tenemos a un par de empresas comercializando dispositivos con dicho SO: Motorola y Sony, con sus Moto 360 y Smartwatch 3 respectivamente.
El Moto 360 recientemente se actualizó a la última versión del sistema operativo en México, así que nos hemos encargado de instalar la actualización en una unidad y probar hasta qué punto mejora la plataforma con las últimas adiciones, tanto en funcionalidad como en rendimiento.
Android Wear, un SO más fácil de utilizar
Sea cual sea el dispositivo, hoy en día los fabricantes de software han centrado sus esfuerzos en hacer más intuitiva la interfaz de los sistemas operativos. Por su parte, Android Wear, basa su funcionamiento en tarjetas que incluyen notificaciones e información que el servicio Google Now nos muestra de forma proactiva.
Un año después esta idea de funcionamiento sigue siendo idéntica. La plataforma se centra en mostrarnos toda la información a modo de tarjetas, y poder interactuar con ellas de forma limitada pero útil.
Un cambio introducido con la nueva versión del sistema es la posibilidad de pasar de una a otra tarjeta con un gesto de nuestra muñeca. Dicha característica funciona de forma correcta, y en la mayoría de casos el SO ha detectado el gesto que deseamos realizar. Sobre el papel, este cambio facilitaría la revisión de tarjetas, todo por no tener que tocar la pantalla, sin embargo, en el día a día, pocas situaciones invitan a utilizarlo.
Los accesos directos a configuraciones, que estarán disponibles con un gesto desde la parte superior de la pantalla, siguen presentes. Tenemos el de configuración de notificaciones, el modo teatro, la mejora del brillo —para visualización bajo la luz del sol—, y el acceso a los ajustes. Lo único que cambia de este apartado son los iconos.
No obstante, el cambio más importante de la interfaz ha sido el acceso rápido a las aplicaciones y contactos. Antes, para acceder a las aplicaciones, teníamos que hacer una navegación hasta cierto apartado, pero ahora Android Wear goza de un launcher que tan sólo con un toque de la pantalla nos muestra todas las aplicaciones instaladas y ejecutables desde el dispositivo.
Con un gesto al lateral derecho nos muestra una lista de contactos desde la que podremos enviarles correo, mensaje, o incluso llamarles. Y en la última pantalla del launcher tenemos a nuestra disposición todos los comandos de voz que podemos dictarle al dispositivo.
A nuestro parecer este launcher es una de las adiciones más importantes que ha tenido Android Wear desde su lanzamiento, si bien existían alternativas para solucionar el sistema de menús y acceso a aplicaciones de versiones anteriores, el que se integre una solución de serie —con la que se le da prioridad a las aplicaciones— es de agradecer.
También con esta actualización se añade la posibilidad de contestar mensajes com emojis dibujados. Esta función permite que realicemos un dibujo a mano alzada y que el sistema lo reconozca para enviarlo como emoji. En las pruebas el reconocimiento con emojis fáciles de dibujar era el correcto, sin embargo, la cuestión se complicó un poco cuando quisimos ser más específicos con la imagen que queríamos utilizar.
Un reloj más independiente al smartphone
Ya alejándose de las nuevas características, es inevitable no hablar de la mejora más grande que recibió respecto conectividad. Todos pensábamos que a un año de que la plataforma estuviera viva la compatibilidad con iOS se convertiría en realidad, sin embargo, Google nos cambió eso por una mayor independencia del móvil.
Esto lo logró activando el módulo WiFi que los fabricantes han incluido en sus dispositivos, Para que así el reloj se conecte a una red y no necesariamente al móvil por Bluetooth. La configuración de la red es sencilla, y la eficiencia de la conectividad depende directamente de la potencia e interferencia de la zona, no obstante, existe un problema que inevitablemente nos toparemos al optar por esta solución.
Si la autonomía ya es algo que teníamos que cuidar con pinzas, con el uso de la conexión WiFi la batería se consume el doble de rápido a que si estuviéramos conectados vía Bluetooth. Por lo que esta independencia es útil para ciertas ocasiones, pero en el día a día es algo que desearemos no utilizar si lo queremos que la batería del reloj nos dure toda una jornada.
También tenemos otras pequeñas funcionalidades, por ejemplo, la adición de un patrón de bloqueo para activar la pantalla, o las aplicaciones con pantalla activa (que podrán mantener la pantalla encendida consumiendo los mínimos recursos). Pero estas no son un factor que pueda diferenciar de forma notable al Android Wear que conocimos el año pasado.
Tenemos avances, pero puede mejorar más
En conclusión, un año después de su lanzamiento, Android Wear ha evolucionado de forma importante. Ahora dando especial protagonismo a las aplicaciones, permite una mayor personalización del los dispositivo —como sabemos en su lanzamiento no podíamos instalar carátulas personalizadas— y ha dado cierta independencia del smartphone.
No obstante, hay muchas asignaturas pendientes del sistema operativo que esperemos y con la versión perteneciente a Android M se solucionen, o en otros casos, se añadan. Aunque para esos días lo más probable es que los relojes que tenemos sean suplantados por una nueva oleada que aproveche esas nuevas capacidades. No decimos que los actuales se quedarán sin la actualización, pero como se mueve el mercado de consumo hoy en día, la nueva generación de smartwatch será la que, inevitablemente, le saque más provecho a la próxima versión de Android Wear.
Y claro, Google no puede quedarse con las manos cruzadas y ver cómo la competencia le come el mercado, así que sí o sí, tiene que dotar de nuevas capacidades y cualidades a su próxima versión de Android Wear. Dentro de un año revisaremos, una vez más, cómo ha sido la evolución de la plataforma.
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