En la vida diaria todos utilizamos matemáticas en su forma más frecuente que es la aritmética: sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Pero en la enseñanza de las matemáticas a nivel pre-escolar y primaria, nos damos cuenta que para el niño el concepto del número es abstracto, y que necesitaríamos un gran número de objetos para que pudiera relacionar los números con la cantidad que representan.
Sin embargo, los mayas (avanzados en muchos sentidos) tenían una concepción distinta de las matemáticas, para empezar porque su numeración se basa solamente en tres símbolos, el punto, la raya y el caracol que representa el cero.
Inspiración
Luis Fernando Magaña, yucateco de nacimiento, encontró en el libro "La relación de las cosas de Yucatán" de Fray Diego de Landa, la forma en que la cultura maya abordaba las matemáticas, lo hacían a través de un ábaco con base 20 y no con base 10 como lo hacemos en nuestros días, y el Dr. Magaña se dio a la tarea de investigar primero cómo eran esas matemáticas, y cómo podían enseñarse y después transmitirse.
Fue comisionado por el gobierno del estado de Yucatán para capacitar varias centenas de maestros de las áreas rurales en el uso del ábaco y en la realización de las cuentas a través de un método de razonamiento que pocas veces se enseña ya en las matemáticas tradicionales.
· ·· ··· = (1, 2, 3, 10)
El éxito en esta metodología de enseñanza de las matemáticas ha sido tal, que los niños yucatecos de las zonas rurales que antes bordeaban la parte inferior de la tabla en matemáticas, ahora son punteros, ya que han aprendido una manera distinta de hacer números que les permite razonar, dar respuestas correctas a los problemas y sobre todo, divertirse. De hecho, aprenden a contar y a sumar hasta el número mil, muy por encima de los requisitos que plantea la SEP para educación pre-escolar.
Algo muy interesante que apunta Luis Fernando Magaña en relación con las matemáticas y el uso de los smartphones y calculadoras, es que estas herramientas van haciendo que se pierda el gusto por razonar, son enemigos del análisis, y si a un niño le quitamos su capacidad intrínseca de analizar lo que sucede a su alrededor, lo estaremos convirtiendo en un autómata, incapaz de explicar por qué pasa lo que pasa.
Ojalá que pronto se extienda en el país este método innovador de la enseñanza de las matemáticas mayas, pues sabemos que son fundamentales para nuestra existencia, y qué mejor que sepamos entenderlas, aplicarlas, y no solo memorizarlas sin saber a ciencia cierta por qué 2+2=4.
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